Ejemplos con grillete

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Hoffman recoge sin que nadie lo note un grillete que quedó de la explosión.
Pasa luego a Ceuta para contrabandear con tabaco, incluso a cara descubierta y pregonándolo por las calles, lo que hace también en Cabra, donde vivía estos años regentando un puesto en que también expende vino, sin pagar impuesto alguno, como tiene competidores, como los Cerrato de Lucena, Francisco destroza su garito y los desafía, pero resulta herido y va a parar a galeras, aunque consigue huir cortándose el carcañal y sacándose el grillete, vuelve a Lucena, donde no tenía causas pendientes con la justicia, y vive tranquilo dos años.
A causa del grillete que había llevado se le formó un tumor del cual lo operaran dos veces y las dos sin éxito.
Si fueras tú camarera de merecerías que se te volviese un grillete esta pulsera.
Y el señor Cuadros repetía con expresión pedantesca estos y otros lugares comunes que había oído en la Bolsa de boca de ciertos pillos de levita, que con la dichosa lucha por la existencia justifican rapiñas legales que merecen un grillete.
El pobre chico sintió como si le pusieran un grillete en el alma.
Has pecado, has padecido, pecar y padecer son dos aspectos de una misma cosa, por consiguiente, tienes el sentimiento de la liberación Usando una parábola, te escuece en las muñecas el grillete de la vida.
Sé que es condición precisa del amor la no duración, y que todos los que se comprometen a adorarse mientras vivan, el noventa por ciento, créetelo, a los dos años se consideran prisioneros el uno del otro, y darían algo por soltar el grillete.
-Llama ladrones a todos los amigos de las reformas, y dice que llegará día en que el obispo de Orense ponga un grillete al pie a los pícaros que le encausaron por no querer jurar.
Sin duda es un grillete sagrado llevar a cabo la necesaria pero fastidiosa faena.
¡Y yo estoy bajo la odiosa tiranía de sus maldades! ¿Y cuando, Señor, cuando me veo oprimida entre los hierros de este grillete afrentoso? ¡Cuando las pocas fuerzas que me quedan las necesito para luchar contra el enemigo que llevo dentro del corazón! Desde que este hombre ha hablado conmigo, todas mis penas toman un tinte más negro, envuélveme el ánimo una nube densa y sofocante, y no hay desdicha que yo no tema.
¡Miserable, sí! Porque habéis de saber que, además de impío, tiene contraídos grandes méritos para estar arrastrando un grillete en el presidio de Ceuta.
¡Insensata! ¡Y a tanto se atreve cuando ya no le queda un sólo atractivo con qué justificar el oprobio que se le quiere imponer! ¡Cuando está deseando él una disculpa para deshacerse de ese grillete que le amarra y le desuella! Pero, bien mirado, ¿qué mejor ocasión que ésta para sacudirse las pulgas? Ahora o nunca.
quizá sacó alguna vez al ayuntamiento de alguna maraña peligrosa, y libró con ello de un grillete a los inocentes concejales.
-Pos entonces, ¿tú qué quieres? ¿Ser der moro y en er moro haber nacío? Y sobre to que ahora me atrevo a decírtelo: me parece a mí que a Pepa no le llamas tú ya der to como antes, que a tu Pepa no le sabrá mal del to que tú le quites el grillete, y que si tú hoy te apartas de su calor, no harás más que madrugar más que ella.
Y los tres se largaron a dormir, tan satisfechos y tranquilos, como si no fueran, cada uno a su modo, merecedores de un grillete.
-Güeno -dijo éste con voz más firme tras un breve silencio-, lo cierto es que a mi compadre al ver aquello se le ablandaron las entrañas y encomenzó a decir que aquello era un contra Dios y que yo estaba pidiendo a voces un grillete, y, camará, nunca lo hubiera dicho, al oírlo mi María se revolvió contra él como una fiera diciéndole que yo era más güeno que San Juan Evangelista, y que sí yo me había gastáo los cuatro ochavos que tenía, no había sío en vicios, sino que lo había perdío en malos negocios y que ella era tan feliz que no se cambiaba ni por la reina de España, y que no quería golver a verlo a él en mi casa, y ná, que no púe yo conseguir que lo indurtara, camará, tan no lo conseguí que no gorvió a cruzarse su palabra tan y mientras vivió con la de mi compadre Antonico el Tocinero.
-¡Pos eso es lo que se va a ver esta noche!, porque lo que es esta noche se jura aquí la Costitución, porque lo que es yo no me voy a Vélez ni conducío por la Benemérita, y esta noche duerme mi compadre en el Batatar y yo metío en un calabozo, con un grillete ar pie y esposas en dambas manos.
¡Y qué señoronas de primer lustre! Y saldrán a la calle con un palmo de hocico y atropellando a la gente menuda, cuando ellos merecían un grillete, y ellas la Galera de Alcalá.
Porque yo soy hombre de bien, Angustias, incapaz de hacer un daño conociéndole, pero he sido tonto, tonto de capirote, como aquí mismo me llamaste tú no hace muchos días, y a lo tonto, a lo tonto, he ido haciendo en la vida muchas atrocidades que no he debido de hacer, aunque ninguna tan gorda como ésta, que merece un grillete lo mismo que un santo un par de velas.
En presidio, el Chato vivirá del grillete, que es su renta.

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