Ejemplos con grima

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Testamento y muerte de don Pedro de Granada , Espinar Moreno, Manuel y Grima Cervantes, Juan.
No existía parlamento ni un consejo de ancianos, sin embargo los asesores como Grima podían obtener bastante influencia sobre el rey.
SOLA, Manolo, GRIMA, Juan: Guía Cultural y Turística de Purchena.
Luego volvió a salvarle la vida del ataque de Grima Lengua de Serpiente en La Comarca.
Rápidamente Grima asesinaría a Saruman cuando se retiraban, y antes que Frodo pudiera reaccionar, los Hobbits vigilantes lanzaron flechas contra Lengua de Serpiente, que moriría inmediatamente, atravesado por tres de los proyectiles.
En español lo son en general los nombres propios y de masa y algunos sustantivos como cariz, norte, sur, oeste, este, tez, caos, cenit, nadir, salud, sed, grima, fénix etcétera.
Esas niñas que van rezumándose con los papás detrás de ellas, esos jóvenes que marchan ciñendo la orilla de los coches vuelta hacia ellos la cabeza y quitándose el sombrero cada cuatro pasos, sin conocer a nadie, sólo para que las damas pedestres los admiren y veneren, esos aristócratas que pasean en carruaje y se miran y se remiran sin cesar como si no se conociesen, aunque se están mirando desde que nacieron y se seguirán mirando hasta la hora de la muerte Dime, ¿no causa grima a cualquiera?.
Ninguna se oculta ya para ir al obscurecer acompañada de algún señorito, y a la vuelta de las romerías da grima verlas venir colgadas del brazo de ellos cantando al alta la lleva ¡Pobrecillas! No sabéis lo que os espera.
Grima sentí al ver el odioso pantalón, un levitín de paño y un chaleco rameado, que me parecieron prendas de malísimo corte, en mediano uso todavía, no mal apañadas de zurcidos y arreglos.
En casa no hay religión, no se reza, no se practica una sola devoción Da grima pensarlo.
El aspecto de la casa ponía grima: todo estaba como cuando tras larga enfermedad viene la muerte, causando momentos de perturbación y desorden: los cajones abiertos, revuelto cuanto había sobre las mesas, y las sillas con montones de ropas tiradas al descuido.
Y en efecto, en el terreno, repujado de pequeñas eminencias que contrastaban con la lisa planicie del atrio, advertía a veces el pie durezas de ataúdes mal cubiertos y blanduras y molicies que infundían grima y espanto, como si se pisaran miembros flácidos de cadáver.
Debe haber velado hasta muy entrado el día, porque está, de ojerosa y descompuesta, que da grima mirarla.
¡Qué vírgenes serán esas que salen con coronas de rosas y cirios en las manos! Una vez vi eso, y me entró tal grima, que tuve que confesarme en seguida de la cólera que me había dado.
¡Delicioso país este rincón occidental de Europa! Da grima leer la Prensa en aquellos meses.
En suma, Emma se vio con bastante menos caudal que su padre, pero ella apenas lo supo casi, porque la daban jaqueca los papeles, síncopes los números y grima la letra de los curiales.
Daba grima ver tanto dedo torpe y rígido agarrando una pluma para trazar palotes, que más se torcían cuanto mayor era el empeño en enderezarlos.
-«Da grima ver que en tal error se insista.
¡Qué vírgenes serán esas que salen con coronas de rosas y cirios en las manos! Una vez vi eso, y me entró tal grima, que tuve que confesarme en seguida de la cólera que me había dado.
-Da grima -le dije obedeciéndole-, pensar en la conducta de este renegado montañés.
Daba grima pensar que fueran ministros el Becerra, el Sagasta y el Ruiz Zorrilla.
Grima sentí al ver el odioso pantalón, un levitín de paño y un chaleco rameado, que me parecieron prendas de malísimo corte, en mediano uso todavía, no mal apañadas de zurcidos y arreglos.
Señores, esto da grima.
La risa por la risa misma me da grima, y hasta miedo.
Y aseguro que ponía grima y espanto el aspecto de aquella mujer retorciéndose convulsa, hecha una ménade, sin una lágrima en los ojos, sin una inflexión tierna en la voz, escupiendo la risa sardónica y cruel, como si se mofase, no sólo de la humanidad, sino de sí misma, de su destino, de lo más secreto y hondo de su propio ser.
posesiones le pone grima el vivir, el poder pasar, y éstos, que no tienen dónde caer muertos,.
Causóle grima a Andrenio, y propúsole a Lucindo:.
La viuda, por una parte no quiso estar á diente, por otra, viendo que el mozo se moria por sus pedazos, estuvo hecha de sal, y muy donosa, diciendo de aquella boca, que daba grima.
Más fuerte que la guerra --espanto y grima--.

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