Ejemplos con gigantesca

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Megaflama: Dispara una gigantesca bola de fuego por la boca para incinerar a sus enemigos.
Posee forma gigantesca la arquitectura es contemporanea, posee un campanil de más de diez pisos de altura.
Abajo, encuentran múltiples laboratorios y pasillos laberínticos, hasta que abren una compuerta gigantesca, por la que Walden entra.
La curiosidad de los umojan creció cuando escucharon rumores que afirmaban que la gigantesca instalación de municiones de guerra Simonson de Korhal IV había sido cerrada de manera preventiva por orden de las fuerzas del Dominio.
Toda esta obra gigantesca, ardua, consecuente, tiene méritos en sí mismas y méritos que trascienden.
Al mismo tiempo que se desarrollan las actividades académicas y productivas la universidad enfrenta una gigantesca obra constructiva, para crear las condiciones de vida y de trabajo necesarias para el desarrollo y ampliación de sus capacidades.
Tras refugiarse en una tienda de comestibles, confirman por televisión que se trata de una gigantesca criatura que ha surgido del mar y se interna por las calles de Nueva York.
Los Señores Consejeros se movilizaron inmediatamente, pero para su inmensa sorpresa, la gigantesca flota de astronaves comenzó a efectuar saltos hacia la periferia y se desvaneció en las profundidades del espacio.
Langer, el expósito en la Edad Media fue practicado en una escala gigantesca y con absoluta impunidad, señalada por los escritores con la más frígida indiferencia.
Giga Bowser, personaje presentado por primera vez en Melee y conocido en Japón como , es una forma mejorada y gigantesca de Bowser.
En el proceso, descubre una lupa gigantesca y en forma de ojo unido a una ventana por seis barras.
Otro cambio hecho en la película es que el Conde Olaf aparece como el responsable por iniciar el incendio en la mansión de los Baudelaire enfocando una gigantesca lupa con forma de ojo en la casa.
Una frescura de ruina extendíase por esta entrada gigantesca y solitaria.
En igual proporción que la ignorancia radical, disminuyen en el ambiente de esa gigantesca democracia, la superior sabiduría y el genio.
Con faltarle su mujer, faltole al señor Joaquín la diestra mano, y fue decayendo en él aquella ufanía con que dominaba el mostrador, luciendo su estatura gigantesca, y alcanzando del más encumbrado estante los cajones de pasas, con sólo estirar su poderoso brazo y empinarse un poco sobre los anchos pies.
En los viajes anteriores, la vista de la gigantesca Virgen dorada, que brilla como una lanza de fuego en lo alto de Nuestra Señora de la Guardia, esparcía el regocijo sobre el puente del buque.
Los brazos de caña hacían voltear una hoz gigantesca.
Antes de llegar al término del malecón, percibió sobre el segundo paredón una figura gigantesca.
El hierro era purificado dentro de él por una gigantesca corriente de aire que inutilizaba el carbono, el silicio y el manganeso: así se formaba el acero.
A un extremo de la gigantesca excavación la montaña se había venido abajo, formando una cascada inmóvil de ondas de tierra y enormes pedruscos.
Esta catedral nos parece gigantesca porque bajo de sus naves somos como hormigas, y sin embargo, la catedral, vista de lejos, es una insignificante verruga, comparada con el pedazo de suelo que llamamos España, es menos que un grano de arena, y sobre la superficie de la Tierra, es un átomo nada.
Ese Dios personal, semejante a nosotros en su forma y sus pasiones, es un artesano de gigantesca talla que trabaja seis días y forma todo lo existente.
Arriba, al final de la portada, abríase, como gigantesca flor cubierta de alambrado, el rosetón de colores que daba luz a la iglesia, y en la parte baja, en la base de las columnas adornadas con escudos de Aragón, la piedra estaba gastada, las aristas y los follajes borrosos por el frote de innumerables generaciones.
En mitad del prado levantábase sobre un pedestal, resguardado por una verja, la estatua de san Ignacio de Loyola, hijo y patrono de Guipúzcoa, alzando la mano como para bendecir aquella comarca en que se meció su cuna y en que parece proyectarse aún la sombra benéfica de su figura gigantesca.
Y a renglón seguido, sin transición ninguna, Currita se enterneció profundamente al pensar en el gozo inmenso que la esperaba en Roma, besando la sandalia del Santísimo Padre Pío IX ¡Qué figura tan gigantesca la del Pontífice! ¡Qué anciano aquel tan venerable! Y todas las señoras comenzaron a ponderar su adhesión al santo Pío IX, prontas a sacrificarle vida, hacienda, todo, todo menos el alma, por tenerla ya de antiguo comprometida con el diablo Carmen Tagle dijo que le había mirado siempre como si fuese su abuelo, la señora de López Moreno añadió muy conmovida que ella le enviaba todos los años una pipa de doce arrobas del riquísimo moscatel de sus soleras jerezanas, y la duquesa, verdaderamente indignada, trajo a la memoria los atropellos a que cinco días antes se habían entregado las turbas, apedreando los faroles de la iluminación con que celebraban los católicos el aniversario del Pontificado del augusto anciano, sólo en el palacio de Medinaceli rompieron veintidós faroles y treinta y siete cristales ¡Y mientras tanto, los ministros y las autoridades se solazaban en un concierto instrumental celebrado en Palacio! ¡Qué Gobierno aquel, y qué populacho tan impío y tan asqueroso! Siquiera ellas veneraban la persona del Pontífice encendiendo faroles en honra suya, y limitábanse tan sólo a apedrear a todas horas la moral divina del Dios a quien aquel representaba.
El bandido le estaría mirando tal vez por algún agujero, tal vez preparaba su escopeta para dispararla traidoramente desde uno de los ventanillos altos, o instintivamente, con esa previsión moruna atenta a suponer en el enemigo toda clase de malas artes, resguardó su cuerpo con el tronco de una higuera gigantesca que sombreaba la barraca de.
Los pueblos y caseríos, compactos y apiñados hasta el punto de parecer de lejos una sola población, matizaban de blanco y amarillo aquel gigantesco tablero de damas, cuyos cuadros geométricos, siendo todos verdes, destacábanse unos de otros por sus diversas tonalidades, a lo lejos, el mar, como una cenefa azul, corríase por todo el horizonte con su lomo erizado de velas puntiagudas como blancas aletas, y volviendo la vista más a la izquierda, los pueblos cercanos: Godella con su obscuro pinar, que avanza como promontorio sombrío en el oleaje verde de la huerta, y por encima de esta barrera, en último término, la sierra de Espadan, irregular, gigantesca, dentellada, mostrando a las horas de sol un suave color de caramelo, surcada por las sombras de hondanadas y barrancos, decreciendo rápidamente antes de llegar al mar, y ostentando en la última de sus protuberancias, en el postrer escalón, el castillo de Sagunto, con sus bastiones irregulares, semejantes a las ondulaciones de una culebra inmóvil y dormida bajo el sol.
Los convidados de doña Manuela veían a poca distancia los famosos Silos de Burjasot, gigantesca plataforma de piedra, cuadrada meseta agujereada a trechos por la boca de los profundos depósitos y en la cual hormigueaba un enjambre alegre y ruidoso: corros en que sonaban guitarras, acordeones y castañuelas acompañando alborozados bailes, grupos de gente formal entregada sin rubor a los juegos de la infancia, docenas de muchachos ocupados en dar vuelo a sus cometas con grotescos figurones pintados, que al remontarse moviendo los inquietos rabos hacían el efecto de parches aplicados al azul cutis del infinito y daban al paisaje un aspecto chinesco de abanico o de pañolón de Manila.
En aquella plaza larga, ligeramente arqueada y estrecha en sus extremos, como un intestino hinchado, amontonábanse las nubes de alimentos que habían de desparramarse como nutritiva lluvia sobre las mesas, satisfaciendo la gigantesca gula de la Navidad, fiesta gastronómica, que es como el estómago del año.
—Digo más: hasta hace dos horas y media, no ha sabido nadie en la Ciudad si era muerto o vivo, si habia logrado enriquecer o estaba en la miseria, ni qué zona, clima o region del globo presenciaba su gigantesca lucha con el Hado.

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