Ejemplos con genialidades

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Cuando el Athletic va mal en algún partido, el público espera siempre una de esas genialidades de Pichichi que remedie la situación y Mario Ugarte, Rolando y muchos otros le gritan pidiendo un esfuerzo heroico.
Dago es tal vez la obra mas coherente de Robin Wood, en la que se combina las genialidades propias del autor con una linea argumental genialmente desarrollada.
Zelayeta, padre, a pesar de sus genialidades y de sus rabotadas, era hombre de tendencia progresiva, le gustaba suscribirse a los libros por entregas, sobre todo para que los leyese su hijo.
Como yo, sin oponerme a sus mandatos, indicara que las genialidades de Silvestra me amargaban la vida, la excelsa matrona rebatió mis escrúpulos con estas sendas razones: Has de persuadirte, hijo mío, de que en el carácter borrascoso y tornadizo de tu tienes un perfecto símbolo de la vida española en el aspecto político, y estoy por decir que en el militar.
Antes risueño que compadecido, Montero le incitó a llevar con paciencia las genialidades de Dorita.
Para él, quien llegaba a la silla de Toledo era un hombre perfecto, cuyos actos no se podían discutir, y hacía oídos sordos a las murmuraciones de canónigos y beneficiados, los cuales, fumando un cigarrillo en el cenador de su jardín, hablaban-de las genialidades de aquel señor de Inguanzo, indignado contra el gobierno de Fernando VII porque no era bastante neto y por miedo a los extranjeros no osaba restablecer el saludable Tribunal de la Inquisición.
Comenzó el acto: Villamelón seguía indigestado, Currita, emberrenchinada y con el rabillo del ojo alerta, Leopoldina, que era, en efecto, aficionada e inteligente, sin perder una nota, y el tío Frasquito, que allí se había quedado, muy satisfecho por hallarse al lado de Leopoldina, una de las sobrinas espurias a que más predilección mostraba, por su varonil y decidida y sus excéntricas genialidades.
Y se quedó tan orondo con la cita, porque una de las genialidades de Villamelón era la de nombrar de continuo a su madre, anteponiéndole siempre el calificativo de santa, y poniendo en su boca aforismos tan singulares, y de mal gusto a veces, como el que acababa de soltar.
En un principio el barón, como caballero que repugna publicar su desacierto, transigió con las que llamaba genialidades y ligerezas: luego trató de ocultarlas, y cuando ni esto pudo, fingió ignorarlas.
Acaso no cuadraban con el carácter de Andrés, grave, formal, modesto, casi adusto, ciertas genialidades y ligerezas del mío.
, donde, así como Bukingham dejaba caer perlas a su paso, él tiene desparramadas, entre un estilo siempre bello y facil, profundas observaciones, peregrinas ocurrencias o genialidades tan propias y exclusivas, como encantadoras y felices.
¿No tiene que transigir con las genialidades y con los caprichos, y siguiendo el consejo de San Pablo, por la paz ceder de su derecho? ¿No tiene que renunciar a hacer valer su razón, y calla como quien trata con una criatura que de ella carece, por no aceptar y educar la inteligencia en su mujer? ¿No se ve en la precisión de concederle privilegios muy parecidos a los de los niños y los locos, y cuyo límite es más fácil extender que fijar? ¿Al imponer la tiranía de los fuertes, no sufre la de los débiles, que si son queridos, pueden ejercerla?.
-No lo dudo -dice el caballero, a quien hacían suma gracia las genialidades del espolique-, basta con verte para presumirlo.
»Perdona los disgustos que te he causado, mis genialidades, mis arranques, mis rarezas, y si algo te ha de quedar de mí en el corazón, trata de que sea un poco de lástima, antes que de aversión o de despecho.
Allí donde haya arte y poesía, allí donde haya libros, cuadros, estatuas, o imágenes de estas cosas en memoria escogida, no será menester afanar por mucho tiempo los ojos o el recuerdo para acertar con la expresión del amor, porque lo mismo en cuanto a las genialidades y reconditeces del sentimiento, que el arte transparenta, que en cuanto a los casos y escenas de la vida que toma para sí y hace plásticos en sus ficciones, ningún manantial tan copioso como el que del seno del amor se difunde.
Pero observo aquí que por dar alimento a mi manía de las murmuraciones históricas, me voy olvidando que las genialidades de la Perricholi son el tema de esta tradición.
Antonio padre de la célebre y varonil doña Agueda, mujer del intendente Urrutia, sobre la que aún se hacen lenguas los viejos cuando refieren sus genialidades, entre las que la menor era agarrar por los cabezones a su manso marido el intendente de Tarma y ''coram pópulo'' romperle el bautismo.
Tus genialidades nos ponen siempre en compromisos.
Si Refugio se enmendaba, si era juiciosa, si no la entorpecía con sus genialidades, su hermana le daría cuanto necesitase.
Gozosa también Isidora de verle sin las siniestras genialidades de la pasada noche, hízole mil caricias, le vistió, le arregló, púsole una elegante corbata, que ha días tenía para él, le peinó, sacándole raya, y cuando estuvo, a su parecer, bastante acicalado y compuesto, llevole delante del espejo para que se viera, y le dijo: «Ahora sí que estás hecho una persona decente».
Aunque ésta la tenía acostumbrada a sus genialidades, que no eran siempre de color de rosa, jamás había oído de sus labios palabras tan crudas ni pensamientos tan atrevidos.
Las genialidades indómitas, no tenidas a raya por las facultades más nobles, que se debilitan en la inercia.
No era nada: genialidades de uno y otro.
Genialidades de la edad.
En tanto seguía el de Palencia en su tarea sin cerrar boca ni estarse quieto un instante, habiéndose impuesto ya a la mitad del pasaje del vapor: a unos, porque los ilustraba con sus noticias, y a otros, porque les servía de entretenimiento con sus donosas genialidades.
Irene no pudo menos de echarse a reír con estas donosas genialidades de Petrilla, que era la alegría de la casa.
Como los dos amigos ascendentes estaban bien avezados a las genialidades pomposas del descendente, no dieron la menor importancia a sus palabras ni a su finchada actitud.
Después de tratado a fondo y de conocer sus gustos y su ''correa'' para conllevar impávido contrariedades y achaques que a otres hombres más fuertes los ponen a morir, se convenía en que era mozo de raro temple, cuando estos datos se sumaban con su estilo descarnado y lacónico y con ciertas y bien comprobadas genialidades, resultaba un carácter, cosa que no abunda en los tiempos que corren, y menos en los mozos que se usan, y, por último, después de añadir a esta ya respetable suma la cuenta que daba de lo que había visto, y sentido y observado en sus largos y extraños viajes, llegaba a confesar el más duro de convencerse, que en aquel cuerpo endeble había también un alma de artista.
¿Cómo don Roque, que era una poza en la cual se reflejaban en seguida todos los relumbrones, no había de tomar por lo serio aquellos prestigios, aquellos derechos, aquella inviolabilidad del salón privilegiado y, por inapelable jurisprudencia, hasta las genialidades de aquel casi augusto senado de que él era miembro?.
La marquesa se dio por entendida con un movimiento de cabeza dirigido a la mujer, tan lleno de donaire como de mala intención, y dijo, volviéndose hacia don Santiago, que estaba en ascuas con las genialidades de aquélla:.

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