Ejemplos con fingiéndome

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Sigo su conversación fingiéndome distraído.
Verdad es que yo no he propuesto todas esas reformas en nombre de Dios, ni fingiéndome inspirado por Él: mi dignidad se opone a esta superchería, pero evidentemente mí carácter de sacerdote y de cura, daba una autoridad a mis palabras, que los montañeses no habrían encontrado en la boca de una persona de otra clase.
Ya he escrito una carta a la marquesa, fingiéndome muy enamorado y diciéndole que la fuerza irresistible de mi pasión me impele a obrar así, y otras muchas cosas muy bien puestas, como que la ha escrito Santorcaz.
Yo contesté a todo, cuidando de la brevedad más que de otra cosa, y fingiéndome ignorante de varios hechos que sabía perfectamente, pero ninguna de estas estratagemas me valía, porque Fernando VII, que en el preguntar había sido siempre absoluto, no se hartaba de oír contar cada paso del ejército francés, y como además de mis palabras, le recreaba bastante, como he dicho en otra ocasión, la boca que las decía, de aquí que no llevara camino de saciar en muchas horas la curiosidad de su entendimiento y la concupiscencia de sus voraces ojos.
-¡Pero cómo! ¿Es posible, señora? -exclamé fingiéndome sorprendido y además de sorprendido encolerizado-.
Para llegar a este fin, principié fingiéndome mezquino y avaro, cual si me consumiera, como a ellos la mísera pasión del ahorro en su último delirio.
Mis celos son justosdije fingiéndome desesperadotu amor hacia un ser misterioso, te hace horrible toda demostración de amor por mi parte.
Mi contestación fue, viendo que Rufino armaba un alboroto en el fogón de mis asistentes, gritar, fingiéndome furioso, porque había recobrado la serenidad:.
-¿De qué se ríe usted? -preguntéla, fingiéndome un poco resentido.
¿Hay nada más irracional, ni más absurdo que tu desamor y tu furor de ahora, porque sabes que, en vez de ser brahman, soy israelita? Yo seguí tu humor al principio, fingiéndome brahman, pero, en lo tocante a nobleza no fingí nada.
-Pues ¿qué le tiene, si no? -repliqué fingiéndome muy serio.
Ciertamente que me hacía terribles amenazas, pero yo lo vencía con mis Mantrams y lo acompañaba a sus cavernas en el astral, y llegué hasta tomar parte en sus festines fingiéndome mago negro y hasta su colega, para así estudiar más de cerca a aquel personaje.
A veces me encontraba en el río con grupos de risueñas niñas, rodeadas de galanes en cuyos ojos veía la misma expresión con que yo había sido mirada en otros tiempos, y al verlos reír y conversar a mi lado, tratándome con desdén, volvía a mi choza y fingiéndome enferma me ocultaba bajo las cortinas de mi cama y pasaba ratos de agobiadora tristeza, mezcla de amor propio herido y abatimiento que me desgarraban el alma.
Advierto luego con vergüenza que mi pregunta equivale a esta otra, despojada ya de todo artificio retórico, en su terrible y brutal desnudez: ¿Quiero engañarme a mí mismo fingiéndome que amo ya a Costancita, cuando en realidad no amo sino su dinero? ¿Qué hipocresía absurda pretendo emplear hasta conmigo? ¿Por qué vine aquí? ¿Me atrajo la fama de las virtudes y de la hermosura de mi prima o acudí al olor del dote? Si soy un Coburgo lugareño, ¿para qué presumir del fino enamorado y romántico adorador de la señora de mis pensamientos?.
¡Es singular! En Villabermeja, y durante el viaje de Villabermeja a esta ciudad, acepté e hice sin repugnancia el papel de Coburgo, y ahora me repugna el papel y quiero cohonestar mi conducta fingiéndome enamorado.
y fingiéndome teatro me exhibí sin fronteras,.

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