Ejemplos con fascinador

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Así, pues, confió a su mujer el del fascinador título nobiliario, y la preguntó en seguida, con el acento más dramático que pudo, si le parecería regular proteger los amores de su hija con un semejante, cuando estaba próxima a ceñir sus sienes acaso con la ducal corona.
De todo el coro de aromas se formaba uno solo, penetrante, fortísimo, que se subía a la cabeza, como si fuera la fragancia de una rosa no más, pero rosa enorme, encendida, que exhalaba de su boca de púrpura hálito fascinador y mortal.
Mil veces analizó la joven este poder fascinador de su amiga, sin lograr encontrarle nunca el sentido.
Pero Andrea no tuvo a nadie que le hiciera el sumo bien de engañarla durante algún tiempo respecto a su belleza, y entregose desde muy niña al fascinador deleite de los espejos.
Su entendimiento penetrante encuentra fácilmente razones en apoyo de lo que se propone defender, y sus palabras y escritos arrastran a los demás con ascendiente fascinador.
La sugestión surgió, imperativa, y, como si se iluminara de golpe mi cerebro, vi rodeada de un nimbo la imagen de Teresa, tal como nunca se había presentado a mis ojos ni a mi imaginación, hermosa, provocativa, con un encanto nuevo y fascinador.
Cumandá siente hambre, busca con ávidos ojos algún árbol frutal, y no tarda en descubrir uno de uva camairona a corta distancia, se dirige a él, y aun alcanza a divisar por el suelo algunos racimos de la exquisita fruta, mas cuando va a tomarlos, advierte al pie del tronco y medio escondido entre unas ramas un tigre, cuyo lomo ondea con cierto movimiento fascinador.
En estos casos, porque la vehemencia de su deseo la impulsaba, sentía yo mi brazo fuertemente oprimido contra su pecho, y veía, a través de las tenues mallas del velo, el brillo fascinador de su mirada fija en mis ojos deslumbrados.
Y yo no halló palabras con que traducir mis ideas en tumulto, ni voz con que formar las palabras, la luz de los ojos de aquella mujer irresistible me envolvía en su centelleo fascinador, veía el agitado ondular de su seno, y su boca estaba cerca de la mía.
El golpe de vista que se ofreció entonces ante el aturdido joven, produjo en el mismo un efecto profundamente fascinador.
Su rostro sonrosado, de prolongado óvalo, verdadero tipo romano, y a cuya perfección uniforme solo faltaba una nariz exenta de aquella carnosidad pulposa que la afeara, aparecía entonces radiante de majestad y energía, en términos, que acaso un fanático cualquiera hubiese entrevisto un reflejo de la Divinidad personificada en el hombre, y en verdad, que aunque profesemos diferentes ideas, no podemos menos de asegurar que de aquel rostro irradiaba un destello fascinador que imponía y que llegó a desconcertar al joven, idólatra de ciertos principios políticos ya caducados hoy de hecho.
¡Judith Israel! La bailarina sagrada que había hecho de sus danzas una evocación del Oriente remoto, la que puso en la canallesca grosería de los Music-Halls la nota exquisita de su arte exotérico, fascinador e inquietante.
A uno de los mejores, despacito, tieso, se acercó el gaucho, a pasitos cortos, arrastrados casi, sin levantar el pie para adelantar, con una mano atrás y en ella, el bozal escondido, mirando fijamente al animal con ojo fascinador.
Sin duda habrá siempre críticos que, como cierto escritor de la Saturday Review censuren con grave gesto a un autor de cuentos de hadas su insuficiente conocimiento de la historia natural, que midan una obra de fantasía con su carencia de facultad imaginativa y que alcen horrorizados sus manos manchadas de tinta cuando algún honrado caballero, que jamás ha salido de entre los árboles de su jardín, escribía un libro de viajes fascinador, como sir John Mandeville o como el gran Raleigh, una historia universal sin saber nada del pasado.
Este curioso y fascinador personaje, que durante unos años deslumbró al Londres literario y cuyo début en la vida y en las letras fue tan brillante, me parece un interesantísimo tema de reflexión.
Creía en el poder fascinador de la toilette.
Y cual si fuese ley la afinidad entre amantes separados y señuelo poderoso la distancia no acortada estando juntos, mientras allá en un rincón del bosque, con el pensamiento incendiado de deseos, él rehacía su melancólica figura hasta el extremo de sentirla junto a sí hecha hembra de turbadores contornos, ella también fantaseaba alrededor del nostálgico deliquio, entornando los párpados, para imaginarse mejor aún el tipo varonil y semibrusco, pero fascinador, de Julián.
En nuestros informes policíacos nos encontramos con el realismo llevado a sus últimos límites, pero, a pesar de ello, el resultado, preciso es confesarlo, no es ni fascinador ni artístico.
Así, pues, confió a su mujer el secreto del fascinador titulo nobiliario, y la preguntó en seguida, con el acento más dramático que pudo, si le parecía regular proteger los amores de su hija con un perdulario semejante, cuando estaba próxima a ceñir sus sienes.

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