Ejemplos con espumosa

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Referido únicamente a la sidra natural y no a la sidra espumosa, la acción de escanciar indica un modo particular de servir la bebida.
En Bogotá se acostumbra mezclar esta pasta con leche de vaca batiéndola para disolverla y hacerla espumosa, se acostumbra adicionar especias dulces como canela o clavos de olor.
Se producía éste cuando el agua hirviendo de la caldera se tornaba espumosa a causa del aceite y podía pasar así en forma no gaseosa a los cilindros, dañándolos gravemente a causa de su incompresibilidad.
Se inicia el proceso con el batido de la grasa con las manos y en un recipiente de madera, hasta que logre consistencia espumosa y color blanco.
Le enseñó pues a fabricar cerveza y mientras fabricaba y bebía de aquella sustancia espumosa descubrió que ya no recordaba a Fandrine y que ya no recordaba su dolor.
No soy cobarde, pero al mirar desde la borda aquella agua espumosa y gris, al pensar que era indispensable lanzarse a ella, me daba el vértigo y se me encogía el corazón.
Hundíase la cascada en una pequeña laguna, corriendo después, espumosa y susurrante, por los pendientes canalizos entre las peñas.
Al fin aparecieron en el escenario cuatro señores, don Rosendo Belinchón, Alvaro Peña, don Feliciano Gómez y don Rudesindo Cepeda, propietario y fabricante de sidra espumosa.
Allí, en las tazas de güiro posadas en trípodes de bejuco recién cortado de las cercanías, hervía la leche que, a juzgar por lo fragante y espumosa, acababa de salir de la vaca de Durham que asomó su cabeza pacífica por uno de los claros de la enredadera.
Una espesa cortina de álamos cerraba la plazoleta formada por el camino al ensancharse ante el amontonamiento de viejos tejados, paredes agrietadas y negros ventanucos del molino, fábrica antigua y ruinosa, montada sobre la acequia y apoyada en dos gruesos machones, por entre los cuales caía la corriente en espumosa cascada.
Creía yo que mi madre bendecía desde el cielo aquellos amores sencillos, puros, inmaculados como el lirio silvestre que abre su nítida corola al borde de un abismo, entre los iris de espumosa cascada, allí donde no ha de tocarle la mano del hombre.
La leche caliente y espumosa dejó en los labios de Rosa un cerco blanco a modo de bigote.
Hubo momentos angustiosos en que la turba se arremolinaba estrechándose, y parecía próxima a devorar al prisionero y a los jinetes que le custodiaban, pero estos sabían abrirse paso, y aclarándose el grupo volvía a aparecer la cara del mártir, asido con convulsas manos a los arzones, cerrados sus ojos, la frente herida y cubierta de sangre, las piernas flojas y trémulas, llevado casi en volandas y casi arrastrando, con la respiración jadeante, la boca espumosa, las ropas desgarradas.
Trájose enseguida el café puro en tazas de trasluciente China, la espumosa champaña, el coñac francés y el ron de Jamaica.
Acostumbrados al clima primaveral de sus campiñas nativas, a la poética mansedumbre de sus habitantes dedicados a hacer correr en ánforas fabricadas por ellos mismos y bellamente adornadas de artísticas pinturas, la espumosa leche de sus ovejas, a recoger la miel de las abejas del Himeto, a prensar las uvas hinchadas en las cubas rebosantes, a sacar del árbol favorito de Minerva el untuoso aceite, a encerrar en los graneros las doradas mieses, acompañando todos los trabajos con himnos y bailes sagrados, y celebrando con alegre fervor su agradecimiento por la generosidad inagotable de sus dioses, sorprendidos, chocaron éstos, en la soledad pampeana, con hombres insumisos, errantes, belicosos y brutales, sin arte ni poesía, groseros y sin disciplina.
Sólo el ''marchado'' no deshace el cuerpo, ni produce dolores en las espaldas ni en la cintura, permitiendo dormir cómodamente sobre el lomo del macho o de la mula, como en veloz esquife que, rápido, hiende las mansas aguas, dejando tras sí espumosa estela que, aunque parezca macarrónico, compararé al rastro que deja en el suelo blando el híbrido cuadrúpedo, cuya cola maniobra incesantemente a derecha e izquierda, a manera de timón cuando se mueve.
Próspera, al fin, mas no espumosa tanto.
En efecto, el mar, como un gladiador que reconcentra sus fuerzas para lanzarse con mayor brío sobre su adversario, se había retirado dos millas de la playa, y una ola gigantesca y espumosa avanzaba sobre la población.
Sentado luego con joviales amigos alrededor de una mesilla, echaba tragos de espumosa cerveza, cogía un periódico tan grande como sábana.
Dolores tiraba, al río con distracción los pétalos de un ramo de flores que llevaba en la mano, y mientras que el agua salpicaba la dorada arena a sus pies, ambos miraban con interés la suerte de aquellas florecillas en la espumosa corriente.
Así se ha ganado la parroquia, por medio de humildades dulces, de discretas confidencias de esas penas domésticas con que toda hembra simpatiza, y poniendo cuidado exquisito en entregar la labor deslumbrante de blancura, primorosa de cosido y rematado, espumosa de valenciennes, hecha un merengue a fuerza de esmero.
Al acabar de pronunciar estas palabras y con el tremendo esfuerzo que acababa de hacer, una de las venas de su pecho, tan débil ya y atormentado, se rompió, y un arroyo de sangre ardiente y espumosa vino a teñir sus labios descoloridos y su vestido blanco.
Luego por el Este una ráfaga azulada, algo negruzca, coloreó el horizonte, y saltaron las ondas tranquilamente, trocando su espumosa superficie en crines de oro.
Un día le hallaron muerto en medio de un camino real, con los pies casi despedazados, el pecho hinchado y la boca llena de espumosa sangre.
Una baba espumosa y negra brotaba de sus labios contraídos por el rictus de la muerte, chorreaba a lo largo de su barba.
Bajo los retoños de unos helechos nuevos me escurrí, sobre unas piedras deslavadas por la corriente espumosa y parlante, y a ella, a la hermosa, a la mujer, la agarré de la cintura, con este brazo antes tan musculoso, gritó, golpeé el suelo, descendimos.
El temporal había cesado casi por completo en tierra, y de la mar sólo se veía una parte de su furia, estrellándose espumosa y rugiente sobre las tristes ''Quebrantas''.
Al llegar a la puerta de la escalera encontramos a mi tía, digna compañera de su marido, como él robusta y fresca, descubiertos sus blancos y rollizos brazos hasta cerca de los codos, y llevando un gran jarro de leche, espumosa y tibia aún, en cada mano.
La copa saltó hecha pedazos, el líquido salpicó la cama, y una gota espumosa de champagne cayó de golpe sobre los labios descoloridos de la muerta.

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