Ejemplos con errando

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Resulta curioso que hace poco, desde que se difundieron las noticias del resurgimiento de Diablo, un reducido número de guerreros bárbaros ha sido visto errando fuera de los confines de las Estepas, preparados para la guerra y en busca de noticias sobre los Males Fundamentales.
/Protagonizada por LOS MOJINOS ESCOZÍOS, guión de MIGUEL ANGEL RODRÍGUEZ EL SEVILLA y TONO ERRANDO / Director Producción: MARTA DEL RIO / Director Fotografía: RAIMON LORDA / Producción Ejecutiva TONI MARTÍNEZ / IBEROMEDIA ENTERTAINMENT.
En él se incluye La gran mentira del roncanro, una película dirigida por TONO ERRANDO de MUVISCAL.
Allí puede leerse un epitafio que dice A Fernando, un perrito blanco que, errando por las calles de la ciudad, despertó en infinidad de corazones un hermoso sentimiento.
Moscas, abejas de todas clases, y sobre todo hormigas, muchas hormigas, van errando por las ramas en busca de una fuente.
Un día, errando por la misma montaña donde había servido de guía a su nueva hermana, se encontró delante de la capillita que ella no había podido abrir con su débil mano.
Parecían en el primer momento caprichosos y locos, errando a la ventura, pero en realidad herían al verdadero enemigo.
El calvatrueno que adornó a la Mancha de más despojos que Jasón decreta, el jüicio que tuvo la veleta aguda donde fuera mejor ancha, el brazo que su fuerza tanto ensancha, que llegó del Catay hasta Gaeta, la musa más horrenda y más discreta que grabó versos en la broncínea plancha, el que a cola dejó los Amadises, y en muy poquito a Galaores tuvo, estribando en su amor y bizarría, el que hizo callar los Belianises, aquel que en Rocinante errando anduvo, yace debajo desta losa fría.
Habíanse éstos, creyéndose ya seguros, detenido en el pueblo de Mala, errando al caer de una tarde y en momentos en que el general se sentaba a la mesa con Alonso de Castro, su alguacil mayor y otros tres oficiales, entró corriendo un soldado, y trabucándosele las palabras, que tanto efecto hace en la lengua el miedo de perder la libertad, dijo:.
Que arrastrara la vida como una carga ofrentosa, que las pesadumbres y los dolores fueran minándola y consumiéndola por donde nadie más que ella lo notara, que encanecieran sus cabellos fuera de sazón y que no hallara, para reponer las fuerzas gastadas en los trabajos y cavilaciones del día, el descanso de la noche, la tranquilidad del sueño que no le falta al pordiosero que mata el hambre llamando de puerta en puerta y errando de monte en monte, con un zurrón a la espalda y un paluco en la mano, ¿qué importaba? Desconociéralo su hija, tuviérase por huérfana de un padre honrado, y esto solo la daba gran consuelo y las fuerzas necesarias para llevar su cruz como una carga redentora de sus delitos, imperdonables en la otra vida sin una dura penitencia en ésta.
Algún bulto que otro errando a oscuras por los pasadizos, y un olor por toda la casa a pabilo de cera, a laurel pisoteado y a romero y a tabaco de lo peor.
Con el hallazgo del filón de aquella comarca, excitóse en alto grado la ambición de los montañeses, y errando muchos de breña en breña y de monte en monte, cavando aquí y revolviendo allá, resultó que la provincia entera era un verdadero tesoro de calamina, y que lo único que se necesitaba para que todos fuésemos ricos, era dinero para explotarle.
Errando por entre aquella confusión, polvareda y gritería, dirigíase a todo escape el caballero del Cisne hacia el pabellón del príncipe aragonés, y aunque empezaba a cubrir los campos el crepúsculo de la noche, vio desde lejos venir corriendo otro guerrero en quien reconoció muy pronto al infatigable conde de Urgel.
Así que fue menguando la violencia de su aflicción, y convirtiéndose en cierto abatimiento pensativo y taciturno, dimanado de su melancolía habitual y de la soledad absoluta en que se hallaba, comenzó a volver a sus paseos favoritos, y a pasar horas enteras errando por el desierto, embelesada más que nunca con las agradables vistas de una naturaleza romántica y majestuosa.
¡Triste situación la del que se encuentra en el mundo sin amigos, sin amores, luchando con aciagas memorias, con agudos remordimientos! ¿Habría alguno capaz de resistir el suplicio de vivir eternamente bajo un cielo sin nubes, o errando por los inmensos arenales de la Libia? La idea de no poder lanzarse ya a combatir otra vez con las embravecidas ondas del Océano, es más terrible que la tempestad misma para el náufrago arrojado como un mástil en incógnitas riberas, donde tiene que sufrir la prolongada agonía de una vida errante y solitaria, en medio de áridas peñas eternamente silenciosas.
Una tarde que andaba errando por lo más espeso de la selva, oí de repente el eco de una campana: acometiome cierta alegría desconocida, y acordeme de las dulces auroras de mi infancia, de los cariños de mi buena madre y de la consoladora religión en que me habían educado.
En medio de horrorosos huracanes, de noches en las que apenas se trasluce una luna amarillenta, reclinado al pie de los sepulcros, o errando bajo los arcos de antiguos alcázares y monasterios, suele elevar su peregrino canto semejante a aquellas aves desconocidas, que sólo atraviesan los aires cuando parece anunciar el desorden de los elementos la cólera del Altísimo, o la destrucción del universo.
Y después de muchas campañas, de travesías penosas y sin número, después de haber sufrido mil tempestades, la nave, muchas veces, desgarrado el velamen, el casco hecho una ruina, con el timón roto, viene -errando el puerto- a encallar y zozobrar en los escollos de la costa.
Moscas, abejas de todas clases, y sobre todo hormigas, muchas hormigas, van errando por las ramas en busca de una fuente.
Viví errando por montes y valles, tocando mi violín y pordioseando.
Entonces, en el límite de la desesperación, lloré mi destino y pensando hacia qué lado me convendría más encaminarme, eché a andar todo derecho delante de mí y a la ventura, errando de tal suerte dos meses hasta llegar al final de la cadena de montañas, a la entrada de un valle magnífico, en el que los arroyos, los árboles y las flores glorificaban al Creador entre gorjeos de pájaros.
::::sin alma y triste errando por la tierra.
Cumque ipsius loci diu diversas diversa ambage partes oberravissem, quempiam quia nec vestigia invenire potuissem, perveni errando farum Brecantium.
Así, Agesilao mereció las alabanzas de los mismos que antes le violentaban por verse salvos, y Pompeyo, errando por condescender con otros, tuvo por acusadores a los mismos a quienes cedió.
felicidad la desdicha, que en errando los principios, todas salen falsas las consecuencias.
Todos, al fin, verás que van por extremos, errando el camino de la.
llevada errando de uno en otro instante,.
Malograron esta dicha muchos, y magnates, errando la vocación de su genio y de su ingenio.
errando de bosque en bosque, huyendo de las leyes de la patria que habían atropellado, aunque con la mejor intención.
El pobre público, que es el ''crucificado'', anda cayendo aquí y descansando allá y errando siempre de cruz en cruz, buscando con los ojos la en que ha de sucumbir.

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