Ejemplos con echaremos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Si nos molestan los chinos, los echaremos al agua.
Como venga hoy, le echaremos la sonda más abajo a ver si sale algo.
Bueno, hija, le echaremos un vistazo No es que yo crea Necesito pruebas, pero pruebas muy claritas No me fío yo de un parecido que puede ser ilusorio, y mientras Juan no me saque de dudas seguiré creyendo que a donde debe ir tu es a la Inclusa.
Si viene mañana, le echaremos el guante.
Queda pues la misma dificultad, o son simples o compuestas, si son simples, la opinion que combatimos ha venido a parar a los puntos inextensos, si compuestas, echaremos mano del mismo argumento: serán otra vez divisibles.
Las observaciones hechas hasta aquí, parecen agotar la cuestion, pero reflexionando mas sobre ella, echaremos de ver que está poco menos que intacta.
Todos haremos lo mesmo respondieron los cabreros, y echaremos suertes a quién ha de quedar a guardar las cabras de todos.
No des en eso, Altisidora amiga respondieron, que sin duda la duquesa y cuantos hay en esa casa duermen, si no es el señor de tu corazón y el despertador de tu alma, porque ahora sentí que abría la ventana de la reja de su estancia, y sin duda debe de estar despierto, canta, lastimada mía, en tono bajo y suave al son de tu arpa, y, cuando la duquesa nos sienta, le echaremos la culpa al calor que hace.
Ora venid conmigo, echaremos por el atajo del valer, que aún tendréis remedio.
que echaremos el guante á esos jilgueros?.
-Bueno, los cuatro caballos de los lacayos nos servirán como dos de amo, que echaremos a suertes, con las cuatrocientas libras se hará una mitad para uno de los desmontados, luego dejaremos las migajas de nuestros bolsillos a D'Artagnan, que tiene buena mano y que irá a jugarlas al primer garito.
Por los anchos caminos echaremos a andar.
Resolviose y dijo: «Quilino, ¿eres tú? Túmbate, hijo, y duerme, o echaremos antes un tercio de rosario si te parece».
Y atraídos por tan extraño regateo, los transeúntes y los vecinos se agruparon a nuestro alrededor en la tienda y en la calle, y murmuraban de mí en alta voz y hacían ademanes de desaprobación para conmigo, diciendo: ¡No debemos permitirle que pida más por ese miserable trozo de concha! Y decían otros: ¡Ualah! ¡cabeza dura, ojos vacíos! ¡Como no le ceda el trozo de concha, le echaremos de la ciudad!.
Si viene mañana, le echaremos el guante.
La palabra que empeñó el jefe de las manos sangrientas es nuestra y es sagrada, y si no nos dais motivos los záparos de Andoas, jamás quemaremos las prendas de la alianza, ni echaremos al río el licor de la fraternidad que debemos beber en nuestras fiestas comunes.
Cristóbal va galopando y tragándose leguas por endiablados caminos, echaremos un párrafo de historia.
aquí me trastornarían el orden de mis trabajos, además de que pronto los echaremos a tierra.
-Precisamente hoy mismo he hablado de eso con el piloto del buque, y su opinión es que mañana a más tardar echaremos la ancla en el puerto, y usted, mi venerado señor, tendrá el gusto de ver terminadas las crueles vicisitudes de este malhadado viaje.
-Corriente, señor don Santiago -dijo Ignacio-, le echaremos a la salud de usted, y a la de Catalina, y a la de la aña y la de todos los nacidos, que usted es nuestro padre.
-Pues disponga usted de ella, señor don Santiago, y de mi mujer, y de mis hijos, y de todos, que por usted nos echaremos de cabeza desde el campanario abajo, porque usted es nuestro padre.
Estas palabras indignaron profundamente al eunuco, que exclamó: ¡Parece que va a salirnos muy caro el dichoso dulce! ¡Qué maldito tazón! ¡Este hombre nos lo va a amargar! y he aquí que ahora nos seguirá a todas partes! Entonces Agib, al volverse y ver al pastelero, se puso muy colorado, y balbuceó: ¡Déjalo, Said, que el camino de Alah es libre para todos los musulmanes! Y añadió después: Si viene hasta las tiendas, ya no habrá duda de que nos persigue, y entonces lo echaremos.
Entre tanto, echaremos mano de los recursos de que podemos disponer, hoy por hoy, y con ellos solamente, yo te prometo, hija mía, que si perseveras en tus buenos propósitos, no has de aburrirte un minuto aquí, por muy recio que llegue a tronar, como Dios nos dé salud.
»Yo soy capitán bajo el estandarte del que, desde la muerte de Aben-Humeya, titúlase legítimamente rey de los andaluces, Muley-Abdalá-Mahamud-aben-Aboó, el cual, si no está ya sentado en el trono de Granada, es por la traición y cobardía con que los moros valencianos han faltado a sus compromisos y juramentos, dejando de alzarse al mismo tiempo que los moros granadinos contra el tirano común, pero de Alah recibirán el pago, y, si somos vencidos nosotros, vencidos serán también ellos y expulsados a la postre de España, sin el mérito de haber luchado hasta última hora en el campo del honor y en defensa de la justicia, y, si somos vencedores, les cortaremos el pescuezo y echaremos sus cabezas a los marranos.
»Sácame por Dios de tan horrible duda, si bien temo que me vengas diciendo que no han muerto, casi tanto como la infausta noticia, porque si llegas a escribirme que viven todavía, habré de inferir que no son míos, y ya ves si esto es cosa de afligir a un buen padre de familias, casi quisiera mejor que me dijeras que viven, pero que tú tampoco has entendido la comedia, porque entonces sacaría la consecuencia de que ni son tuyos ni míos, en cuyo caso nos echaremos a discurrir cómo han venido a casa esos angelitos.
y de repente se hubiese convertido en lluvia de flores, no hubiera causado mayor sorpresa al amante de Serafina, que la actitud de su mujer soñolienta y caprichosa, pero sin andarse en averiguaciones de causas próximas o remotas, echó sus cuentas Bonifacio, y se dijo en el fuero interno, sin pararse a examinar la exactitud de la frase, «lo echaremos todo a barato», y a la invitación de su hembra hecha por señas infalibles, que levantaban en el alma nubes melancólicas de recuerdos que se deslizaban delante de una luna de miel muy hundida en el firmamento oscuro, contestó con otras señas que fueron estimadas en lo que valían.
» Esto decía una mujer que en seguida añadió: «Escuchemos al Padre Esclapés, y no echaremos de menos a ningún otro.
¿Crees tú que los echaremos?.
¡Iremos los dos juntos! ¡Y los echaremos sin besarlos ni nada! ¡Jorge!.
, ¡los echaremos a la Inclusa! ¡Oh! ¡Lo que es en esto no cederé jamás! ¿Acepta usted? ¡Dígame que sí, por María Santísima!.

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