Ejemplos con duele

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Hoy a la Xuantipa le duele la tripa.
Ahora, cuando pienso en ello, me duele un poco el corazón.
Dile que me duele la cabeza, que vuelva otra vez si tiene algo importante que decirme, que hoy no recibo.
¿Para nada? Pues a que no se ponen delante de mi, y abren el Tácito, o el Terencio, y traducen el pasaje que yo les señale? Pero eso sí, sin que se ayuden de versiones francesas Oye: lo que más me duele, lo que me llega a lo más vivo, lo que me desgarra el corazón, lo que siento aquí, como la hoja de un puñal, es que dicen.
Me duele el corazón cuando lo recuerdo, se me humedecen los ojos al apuntarlo aquí: mi tía Carmen se negó a medicinarse para que no me faltase nada.
Pero no me burlo de mis ensueños juveniles impunemente, cuando me río de ellos me duele el corazón.
¡Bien sabe Dios cuánto me duele esta separación! Pero no se aflija usted.
Te quiero con toda el alma, Rodolfo mío, no vivo más que para tí, y me duele mucho que me digas esas cosas tan tristes.
¡Gracias a Dios! me duele en el alma que te vayas, pero ¿no es cierto que de cuando en cuando vendrás a visitarme? Eres mi único amigo.
Lo que tú quieras, yo sé que me duele el alma, que no ceso de llorar, y que tengo que ocultar mis lágrimas.
¡Un chico como un castillo acabar tan pronto! ¡Ay, cómo me duele ese ronquido! ¡Cristo! Parece que me rasgan algo aquí, dentro de los pulmones.
¿Te duele la cabeza? No me duele nada.
¡Ah! ¿Es que te duele? ¡Pobrecito niño! Eso será frío Espérate, te pondré una bayeta caliente te daremos friegas con con árnica.
Aunque no ha de haber las paces, me duele que pase hambre.
Todos los huesos me duelen, y la cabeza la siento a ratos como si estuviera vacía, sin sesos Pero no me duele, y esto es mala señal, porque las jaquecas son un puntal de la vida.
Cuando me pongo a sacar pecados no se me puede aguantar Pues es claro, les duele, pero luego sienten alivio.
No me duele nada, me siento bien, y para colmo de felicidad no tengo ganas de comer ni de dormir.
Y si no quería ella venir, ¿qué le costaba mandar una oficiala a preguntar si vivo o si muero? Crea usted que esto me duele, porque yo, a quien me quiere como dos le quiero como catorce.
-¿Donde estás, señora mía, que no te duele mi mal? O no lo sabes, señora, o eres falsa y desleal.
Calla, amigo respondió don Quijote, que mayores secretos pienso enseñarte y mayores mercedes hacerte, y, por agora, curémonos, que la oreja me duele más de lo que yo quisiera.
No caí dijo Sancho Panza, sino que del sobresalto que tomé de ver caer a mi amo, de tal manera me duele a mí el cuerpo que me parece que me han dado mil palos.
Quiero decir dijo don Quijote que, cuando la cabeza duele, todos los miembros duelen, y así, siendo yo tu amo y señor, soy tu cabeza, y tú mi parte, pues eres mi criado, y, por esta razón, el mal que a mí me toca, o tocare, a ti te ha de doler, y a mí el tuyo.
¡Por Dios dijo Sancho, que vuesa merced me ha sacado de una gran duda, y que me la ha declarado por lindos términos! ¡Cuerpo de mí! ¿Tan encubierta estaba la causa de mi dolor que ha sido menester decirme que me duele todo todo aquello que alcanzó el palo? Si me dolieran los tobillos, aún pudiera ser que se anduviera adivinando el porqué me dolían, pero dolerme lo que me molieron no es mucho adivinar.
Haría yo una buena apuesta con vos, Sancho dijo don Quijote: que ahora que vais hablando sin que nadie os vaya a la mano, que no os duele nada en todo vuestro cuerpo.
Señor respondió Sancho, si va a decir la verdad, yo no me puedo persuadir que los azotes de mis posaderas tengan que ver con los desencantos de los encantados, que es como si dijésemos: Si os duele la cabeza, untaos las rodillas.

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