Ejemplos con cortapisas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Se ha presentado como un acrónimo de MultiMedia eXtension o Multiple Math o Matrix Math eXtension, pero oficialmente sólo es un juego de consonantes sin significado, usado con la única intención de poder poner cortapisas legales de marca registrada a los desarrollos de terceros que trataran de usarlo.
Causado por la involuntaria destrucción de dos cortapisas para los testigos de jehová Johann y Matthias Nobis en Sankt Georgen bei Salzburgo, el científico político Andreas Maislinger, nativo de la región, convidó Gunter Demnig a renovar los cubos y colocar otros en el distrito vecino Braunau am Inn.
Las Cortapisas fueron inauguradas ante políticos locales, prensa y población local, así elevando a la conciencia pública el asunto casi olvidado de las víctimas del nacionalsocialismo.
Virjinia queda satisfecha con el resultado de este primer trabajo, ya que siente todo el apoyo de su compañía discográfica para hacer el disco como siempre soñó, sin cortapisas de ninguna clase y sintiéndose ella misma en todo momento.
Formalidades habilitantes: Son aquellas formalidades establecidas en consideración de las personas incapaces o ausentes, en vistas de proteger su patrimonio con ciertas cortapisas legales que impiden a sus representantes disponer libremente de su patrimonio.
Como la televisión tenía una audiencia bastante limitada con respecto a la radio, el control del Partido era menor y se permitía un periodismo sin cortapisas.
La Institución permitió llevar a la práctica muchos de los ideales pedagógicos krausistas, libre de las cortapisas oficiales, y sirvió de elemento de concreción de las simpatías despertadas por el grupo.
Mientras estos últimos mantenían la tradición proletaria y alternativa al modelo oficial de enseñanza -al igual que los anarquistas en sus escuelas y centros de enseñanza y cuya raíz doctrinal hay que buscarla en los planteamientos de la I Internacional-, los primeros adoptaron una orientación que se fue abriendo paso desde la segunda década del siglo y que, bajo la influencia de corrientes pedagógicas europeas de carácter progresista y de la Institución Libre de Enseñanza en nuestro país, acabaría apostando por la transformación de la enseñanza pública en una enseñanza verdaderamente nacional, laica y gratuita, sin cortapisas de carácter económico o social.
Hoy que la civilización, rotas las cortapisas que detenían las conciencias y supeditaban el espíritu, nos abre vasto campo a todos por medio de la prensa para expresar nuestro libre pensamiento y emitirlo a la faz del mundo, confiado en la amistad con que usted me ha distinguido siempre, y en la benevolencia con que el público ha acogido hasta ahora los humildes partos de mi pluma, etc.
Quijote necesitaba aquel horizonte, aquel suelo sin caminos, y que, sin embargo, todo él es camino, aquella tierra sin direcciones, pues por ella se va a todas partes, sin ir determinadamente a ninguna, tierra surcada por las veredas del acaso, de la aventura, y donde todo cuanto pase ha de parecer obra de la casualidad o de los genios de la fábula, necesitaba de aquel sol que derrite los sesos y hace locos a los cuerdos, aquel campo sin fin, donde se levanta el polvo de imaginarias batallas, produciendo al transparentar de la luz, visiones de ejércitos de gigantes, de torres, de castillos, necesitaba aquella escasez de ciudades, que hace más rara y extraordinaria la presencia de un hombre, o de un animal, necesitaba aquel silencio cuando hay calma, y aquel desaforado rugir de los vientos cuando hay tempestad, calma y ruido que son igualmente tristes y extienden su tristeza a todo lo que pasa, de modo que si se encuentra un ser humano en aquellas soledades, al punto se le tiene por un desgraciado, un afligido, un menesteroso, un agraviado que anda buscando quien lo ampare contra los opresores y tiranos, necesitaba, repito, aquella total ausencia de obras humanas que representen el positivismo, el sentido práctico, cortapisas de la imaginación, que la detendrían en su insensato vuelo, necesitaba, en fin, que el hombre no pusiera en aquellos campos más muestras de su industria y de su ciencia que los patriarcales molinos de viento, los cuales no necesitaban sino hablar, para asemejarse a colosos inquietos y furibundos, que desde lejos llaman y espantan al viajero con sus gestos amenazadores.
Teresa me pusieron en el bautismo, nombre mondo y escueto, sin añadiduras ni cortapisas, ni arrequives de dones ni donas, Cascajo se llamó mi padre, y a mí, por ser vuestra mujer, me llaman Teresa Panza, que a buena razón me habían de llamar Teresa Cascajo.
los que por nuestras propias culpas y torpezas ponemos cortapisas a.
El amor en París, el amor pintado a brochazos por Goron, ex-prefecto de la policía francesa: amoríos de meretrices y chulapones asesinos, de degeneradas aristócratas y horteras de almacenes, de señoras burguesas a caza de transeúnte, de viejos sádicos y niñas incipientes, el amor monstruoso de los Eyraud, el amor inmundo de los Kat, el amor unisexual de las Siller, el perfumado amor de los palacios y el pringoso amor de las bohardillas, toda la lira del amor parisien, vibrando y culebreando sin cortapisas en el folletín de un periódico que lee todo el mundo.
Sancionó el pueblo el decreto, y no anduvo en cortapisas con Pisístrato sobre el número de los maceros, sino que le dejó mantener y llevar consigo cuantos quiso, hasta que se apoderó de la ciudadela.
Con este intento han introducido en sus ordenanzas particulares, varias exclusiones y cortapisas, que todas contribuyen a impedir el progreso de las cosechas, frutos, y manufacturas nacionales, y su despacho ventajoso a cosecheros y fabricantes, o consumidores.
Preciso es confesar que don Casto en ninguna parte como en su casa abusaba de las palabras compuestas, del tecnicismo que no entendía y de las citas inoportunas, recreábale la música de sus párrafos y: -¡Aquí que no peco! -pensaba, disparatando en el hogar doméstico más graciosamente que en la plaza pública y sin trabas ni cortapisas.
La mayoría, en efecto, es la llamada a decir cómo se va más pronto a la miseria general, la mayoría acordará, con razón o sin ella, que el país perezca o por abundancia de productos importados, o por insuficiencia de los de propia fabricación, la mayoría tendrá el bárbaro derecho de condenarnos a muerte por hambre, la mayoría estará revestida de poder bastante para hacer lo que se le antoje sin miramientos ni cortapisas de ningún género.
Recorrió medio mundo, sin más trabas ni cortapisas que las instintivas repugnancias de su naturaleza, que no era del temple de la de Sagrario.
Otra máxima: «el amor se alimenta de deseos, de privaciones y de contrariedades, dale todo cuanto pida, sin cortapisas y a pasto, y cátale muerto en dos días, y muerto por hartazgo de prosa, que es, de todos los hartazgos, el más abominable.
»Del cual salí diez meses después que mis inseparables amigas Leticia y Sagrario, muy ducha en bailar, en hacer reverencias, en modular la voz, en manejar el abanico y la cola del vestido de baile, en esgrimir los ojos y la sonrisa, según los casos, los sexos y las edades, y en el ceremonial decorativo y escénico de las prácticas religiosas, tal cual en lengua francesa, materialmente al rape en obras de costura y principios de economía doméstica, y casi, casi, en el idioma nativo, y sobre todo esto, y por razón de los contrabandos del colegio y de las incompletas ideas adquiridas en conciliábulos clandestinos, y la propia observación hecha a medias con trabas y sobresaltos, y quizás también por obra de mi temperamento o de mi carácter, franco y expansivo, un ansia, que rayaba en voracidad, de ver el mundo por dentro, de conocerle a fondo, de saborearle a mis anchas, sin los velos y cortapisas que a las puertas de él me habían, hasta entonces, despertado los apetitos.
Pero, como el hombre debe campar por sus respetos y vivir sin cortapisas, unos cuantos sabios y yo hemos convenido en dar por no hecho o no existente cuanto no explique la razón humana, o se oculte a la investigación científica.
La cárcel, residencia frecuente de su señor padre, le había enseñado, como por ensayos repetidos, la triste vida de la orfandad, y cuando al fin el autor de sus días salió de casa para no volver, porque en una ocasión, al recobrar la libertad, en vez del hogar, encontró la muerte en una misteriosa aventura, allá en la Huerta, el pobre Minguillo, que así le llamaban los demás pillastres de su barrio, al quedarse en el mundo solo, pues su madre había muerto al darle a luz, tenía un aprendizaje anulado que le sirvió no poco, de mala suerte, apuros, desvalimiento, y venía a ser a los doce años todo un hombre, y casi casi todo un pícaro, por los recursos de su ingenio, el ahínco de su trabajo, cuando tocaban a trabajar honradamente, y las tretas de su industria, la fuerza de cinismo, el vigor de los músculos y el desprecio de todas las leyes y cortapisas morales y jurídicas, que, en su opinión, se habían hecho para los ricos, porque los pobres no podían con ellas, bajo pena de matarse de hambre, que era el mayor crimen.
A los preguntadores, cortapisas y callar.

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