Ejemplos con cortaplumas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

No quería gastar los fósforos en intentar encender hierbas demasiado húmedas, y fui cortando las zarzas y los hierbajos más secos con el cortaplumas, y los puse en una concavidad de la roca resguardada del viento.
Sobre la mesa se veía un barquito que, sin duda, el torrero estaba tallando con un cortaplumas.
Seguí cultivando mi estoicismo, recordé que debía tener un cortaplumas en el bolsillo, y esta idea me animó a esforzarme para soltar la ligadura de las manos.
Registré mis bolsillos y encontré el cortaplumas.
En otros puertos bajaba a tierra con el revólver en un bolsillo del pantalón ¡pero en Marsella! No llevaba ni un cortaplumas: sólo tenía sus puños Hubiese dado en aquel momento su buque entero, su vida, por un instrumento que le permitiese matar ¡matar de un golpe!.
Mientras el tío Frasquito buscaba en vano otro agujero y decidíase, no encontrándolo, a abrirlo él mismo disimuladamente con un cortaplumas, una gran sombra apareció en el fondo de la escena, deslizándose muy despacio, con el cuerpo agobiado, los pies arrastrados, la mano extendida Era Diógenes, el cínico Diógenes, que al ver a los tres personajes pegados al telón, vueltos de espalda y puestos en cuclillas, detúvose un momento, dejando escapar una risa silenciosa, risa de chacal, risa de hiena, que de verla el tío Frasquito hubiera sentido erizarse los pelos e su peluca.
Estas segundas vigas están muy labradas por los cortaplumas de los estudiantes, que han tallado en ellas, durante siglos, iniciales, fechas, cruces y caricaturas.
-¡Ah! Buscáis el cortaplumas, ¿no es cierto? -le preguntó Faria-.
teníamos que hacerlos a mano, o pagar muy caro el antojo al afortunado que ya poseyera el que nos faltaba, siendo muy de advertir que, por única herramienta, teníamos un cortaplumas viejo, con la hoja muy caída hacia atrás.
El fusil era una astilla grande de cabretón, pulida, con ímprobos trabajos, con el cortaplumas, ayudado a veces por el cuchillo de la cocina, que si no cortaba más que él, estaba, en cambio, mucho más sucio.
Enseguida se abría el oído con la punta del cortaplumas, si el tubo era de caña, o con un clavo, si era de latón, y al Prado de Viñas, o a la Maruca, a hacer salvas.
Verbigracia: para el acopio de varas se valía de los mismos discípulos a quienes vapuleaba todos los días, y hubo ocasión en que rompió sobre las nalgas de uno de ellos todas cuantas acababa de presentarle, recién cortadas con ímprobos trabajos, so pretexto de que no eran de las buenas, y que además estaban picadas con el cortaplumas.
pero matarlo imponiéndole mil muertes, que mil veces sufriera lo que él sufría, gozándose en atormentarlo, a fuego lento, a chuzazos, como por entre los postes de los corrales del alto, armado de un cortaplumas en los días de rabona, habíase solido pasar horas él, entretenido en chucear las reses embretadas!.
Pues Bedoya, al que le aducía este argumento en casa de Vegallana, le llamaba aparte, y sin que nadie los viera, subía con él al segundo piso, se encerraba en el salón de antigüedades, y con el mismo sigilo de ladrón con que sacaba libros del Casino, se dirigía a una silla Enrique II, le daba media vuelta, buscaba cierta parte escondida de un pie del mueble, allí había hecho él varios agujeros con un cortaplumas y los había tapado con cera del color de la silla, quitaba la cera con el cortaplumas, raspaba la madera y.
Saqué del bolsillo mi cortaplumas, arranqué el tafetán inglés que cubría las heridas, las dilaté, calenté la hoja en la chimenea, hasta enrojecerla, y practiqué el cauterio, brutalmente, como supe, como pude.
El cortaplumas cortaba como una navaja de afeitar, y en cuanto al cuchillo, reunía la ventaja de poder servir de cuchillo y de puñal.
»El cura quedó asombrado de aquella maravillosa inteligencia, e interesándose vivamente por tan rara disposición, le regaló unos cuantos cuadernos de papel, un mazo de plumas y un cortaplumas.
»Había aplicado a todos los objetos aquella facultad de imitación que tenía, y, como Giotto, dibujaba sobre las pizarras sus ovejas, los árboles, las casas y con la punta de su cortaplumas empezó a tallar la madera y a darle todas las formas que quería.
No afirmaré que lo hiciera en demostración de su aserto, pero es la verdad que, mientras tales cosas decía, raspaba con su cortaplumas una de las hojas de maíz por ambas caras, y la recortaba cuidadosamente hasta dejarla reducida al tamaño de un papel de cigarro.
No tenía mas instrumento que un cortaplumas pequeño.
Subió por él deslizándose, se agarró con la mano izquierda a un barrote y con la derecha armada del cortaplumas, comenzó a roer la madera del marco.
Sacó el cortaplumas y.
Se había roto una correa y tuvieron que arreglarla, haciéndole un agujero con el cortaplumas.
Entré en mi cuarto, y con el placer que puede sentir un africano al desbandullar a un sabio inglés, rasgué con el cortaplumas en cuatro pedazos la execrable copa.

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