Ejemplos con conjuración

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

La primera de las obras citadas tiene por objeto la conjuración de Catilina, que, apurado por la deudas, y ayudado por la juventud más depravada de Roma, había concebido la idea de asesinar en una noche a los cónsules e incendiar Roma y, secundado por el pueblo y por el ejército, apoderarse de la ciudad, derribar la República y establecer un gobierno despótico.
Pero pronto las cosas empezaron a andar mal: la conjuración de Maza fue descubierta, su jefe ejecutado, y su padre, el ex gobernador Manuel Vicente Maza, asesinado en su despacho de la legislatura provincial.
La conjuración de Maza fue descubierta, su jefe ejecutado, y su padre, el ex gobernador Manuel Vicente Maza, asesinado en su despacho de la legislatura provincial.
Cuando por otra parte la descompensación del ciclo económico produce un alza inmoderada de los precios, determinantes de la escasez o carestía de los materiales y de la mano de obra, esto impide además el desarrollo de un programa de economía pública que asegure una pronta conjuración de la crisis de la vivienda.
La conjuración fue descubierta y sus jefes mendocinos arrestados y ejecutados.
Además, el Duque de Osuna fue uno de los implicados en la famosa Conjuración de Venecia, junto con el embajador español en Venecia, marqués de Bedmar y el Gobernador del Estado de Milán, Don Pedro de Toledo, trazada por la República de Venecia para desestabilizar el poder español en el norte de Italia.
Se ignora si era originario de la misma Roma o de alguna provincia, pero es indudable que Lucrecio vivió en Roma y resulta evidente, por la franja de fechas en que se desarrolló su vida, que debió asistir a las guerras civiles romanas, a las revueltas de Mario y Sila, a la conjuración de Catilina y a la ascensión de Julio César.
Un complot es una conjuración o conspiración de carácter político o social.
Su función era permitir al sacerdote la conjuración de las tormentas o realizar distintos rituales apotropaicos o propiciatorios, como la bendición de los campos u otros.
En la monografía se colocan también otros personajes de menor importancia, de manera particular concentrados en torno al jefe de la conjuración.
En efecto, según los historiadores modernos es muy verosímil, aunque no se diga abiertamente en el curso de la obra, que el futuro dictador de Roma, hubiera puesto más de una esperanza en el éxito de la conspiración catilinaria, como ya había hecho en la primera conjuración aun cuando jamás se menciona su nombre.
Lucio Sergio Catilina es el protagonista de los hechos tratados en la monografía, y es el jefe de la conjuración, a él Salustio le dedicaa todo un capítulo descriptivo: el quinto.
Salustio inserta el primer excursus en el que trata las causas de la conjuración, individuando solamente las de naturaleza política y social.
La elección de la conjuración de Catilina como temática principal de la monografía histórica se debe a lo excepcional y peligroso del hecho mismo.
Por tanto, contaré brevemente y con la mayor exactitud posible la conjuración de Catilina.
Salustio, nacido ochenta y cinco años antes de Jesucristo, escribió Historia de la conjuración de Catalina, la de la Guerra de Yugurta, y una Historia de los principales sucesos de la República, de la que sólo poseemos fragmentos.
¿A usted no le han dicho aún Pepe y Manolo que anda por debajo del suelo que pisamos una tremenda conjuración? Pues yo se lo digo para que tiemble un poquito.
Y no dijo más: salió de estampía, dejando a la pobre mujer afligida y pasmada, lamentándose de que su esposo, después de haber andado en pasos de conjuración, no hablaba de cosa alguna sin envolver su palabra en ridículos y enfadosos misterios.
A su manera, hinchando los sucesos y coloreando las impresiones, refirió Carrasco la tremenda conjuración, que habría dado al traste con la napolitana y la palaciega camarilla, si la debilidad y doblez de algunos comprometidos no malograran en ciernes, como decía Milagro, el más hermoso complot que fraguaran hombres en el mundo.
Fué esto un acuerdo tácito de toda la huerta, una conjuración instintiva, en cuya preparación apenas si mediaron palabras, pero hasta los árboles y los caminos parecían entrar en ella.
Este fue a la conjuración llevado por amistades más fuertes que sus convencimientos políticos, de ningún modo por ambición, pues un hombre que había hecho el , bien podía conformarse con un papel incoloro y secundario en aquel teatro todo mentira y rencores.
que este rasgo de malignidad lugareña, que esta calumnia de vecindad, que esta conjuración de comadres es indigna de un pueblo culto,—así como propia de gentes degradadas y ociosas, sin ambición ni porvenir, impotentes y nulas para todo lo grande y generoso.
Un fuerte ronquido anunció el aplanamiento de aquel elevado espíritu, conturbado por el vino de la conjuración.
Poco importa que apareciera o no: lo primero es, si no cierto, muy verosímil, porque el centro de la conjuración estaba en el alcázar, y los principales conspiradores eran, como todo el mundo sabe, el príncipe de Asturias, su tío, su hermano, sus amigos y adláteres, muchos gentiles hombres, altos funcionarios de la casa del Rey y algunos ministros.
El pinche me dijo que todos aquellos personajes habían venido de Madrid traídos por los confeccionadores de la conjuración, y añadió:.
Pero todo hombre que toma parte en una conjuración, debe saber cuál es el objeto de ésta.
-¿Luego hay conjuración? ¿Pero es simplemente para quitar al que nos gobierna y poner a otro, quizá peor? ¿No hay en eso ninguna idea política, ningún plan de reforma?.
La elección de Aben-Humeya nos recuerda el Pelayo de Quintana, la degollación de los cristianos en el templo y una conjuración estallando en medio de una diversión popular, entre gente sencilla, ajena de que la muerte está tan cerca de la vida, y el dolor del placer, es contraste ya presentado en La conjuración.
En el primer acto varios conjurados se quejan diciendo cada uno una frase a su vez, como en La conjuración de Venecia.
Pero no le parezca a nadie que decían esto como quien conjetura, sino que a otro que no hubiera estado tan al corriente de la petulancia de este siglo le hubieran hecho creer que el que menos se carteaba con el Gran Señor o, por el pronto, que tenía espías pagados en los Gabinetes de la Santa Alianza, riendo estaba yo de ver cómo arreglaba la suerte del mundo una copa más o menos de ron, cuando un caballero que me veía sin duda fuera de la conversación y creyó que el desprecio de las opiniones dichas era el que me hacía callar, creyéndome de su partido se arrimó con un tono tan misterioso como si fuera a descubrirme alguna conjuración contra el Estado, y me dijo al oído, con un aire de importancia que me acabó de convencer de que también estaba tocado de la politicomanía:.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba