Ejemplos con conjurados

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Los conjurados que se quedaron en Roma, entre los cuales se contaba a Publio Lentulo Sura y Cayo Cetego, fueron arrestados, el senado se reunió entonces para deliberar acerca de su condena.
Salustio no condividía los ideales políticos de Cicerón y estaba listo para defender a César de cualquier tipo de acusación y la más ignominiosa de ellas era el de haber dirigido a los conjurados.
Prisionero de los conjurados, se evadió en el camino a Lima, no sin antes enterarse que su residencia cusqueña había sido saqueada.
Ese día el dux se adelantó a los conjurados y desarticuló la operación.
Sobre un gran tablado visible desde gran distancia, los conjurados colocaron una estatua de madera que representaba al rey vestido de luto y ataviado con la corona, el bastón y la espada reales.
Un grupo de senadores conjurados contra César le apuñala y asesina en los idus de marzo.
Ninguno de los conjurados sobrevive.
Terminada la entrevista, Rada y sus secuaces salieron de la casa del marqués y fueron a contar a los conjurados almagristas los pormenores de la plática que habían sostenido con Pizarro, hicieron sus cálculos de posibilidades, estudiaron la estrategia a seguir y determinaron matar a Pizarro cuando este estuviera en la iglesia en la misa del día de San Juan.
Al saber que el rey estará presente los conjurados convienen que será allí donde actuarán.
Durante tres días quedó en manos de los conjurados sufriendo todo tipo de injurias, incluidas las de tipo físico, hasta que el pueblo de Anagni se sublevó en su defensa obligando a sus captores a liberarle y huir de la ciudad.
A pesar de haber logrado la detención de los generales París, Fonseca y Navas, así como la del comandante del ejército, general Iván Berrío Jaramillo y el candidato presidencial Alberto Lleras Camargo, la operación fracasó al no haber logrado los conjurados la retención del almirante Rubén Piedrahíta Arango, integrante de la Junta, quien pudo tomar el control del poder y poner en libertad al general París y sus demás compañeros.
Ábrese la escena en su casa, donde se reúnen los principales conjurados a convenir en los medios de derribar la tiranía oligárquica de Venecia, durante su famoso carnaval: la libertad y confusión de esta temporada de alegría y festividad parecen prestarse a las ocultas maquinaciones de los conjurados.
En los utópicos planes de los conjurados se pensaba, incluso, en raptar a la infanta María Teresa.
El motín no era para él una novedad porque días antes le denunciaron el día y hora en que se verificaría, pero no se había atrevido a sorprender a los conjurados y prenderlos, por no faltar al art.
Paradójicamente, fue Alcibíades quien proporcionó a los oligarcas conjurados la excusa para actuar.
Los estrategos León y Diomedonte, el trierarca Trasíbulo y el hoplita Trasilo, se enteraron de la conjura de los oligarcas y lo comunicaron a los marinos, cuya mayoría pertenecía a la clase de los thetés, a los que armaron contra los conjurados.
Henry murió, Boisdeffre dimitió, Gonse no tenía ninguna autoridad y du Paty fue muy seriamente comprometido por Esterházy: para los conjurados, era el derrumbe.
Suponiendo que se trataba de un navío de Buenos Aires, entonces gobernada por el Primer Triunvirato, los conjurados tomaron la decisión audaz de capturarlo.
Los conjurados lo convencieron entonces de que la mejor opción era que dispusiera el desembarco de al menos cuarenta hombres con sus hachuelas de abordaje para cortar leña de los arbustos de piquillín, lo que con el auxilio de baqueanos que enviarían con dos carretillas, le permitiría zarpar en uno o dos días.
Su puesto en Barcelona le hacía el militar de mayor rango de los conjurados en Cataluña, debía liderar este la revuelta en Cataluña hasta la llegada de Manuel Goded desde Mallorca, bajo cuyas órdenes debía de ponerse.
Un día, al anochecer, en que los conjurados comenzaron a gritar, los prendimos y se les cogió el escrito de asociación y un trozo cuadrado de tela negra.
Para dar eficacia positiva al pensamiento de los conjurados se acordó el siguiente plan: Enganchadas las baterías en el cuartel de San Gil y en el del Retiro, con su oficialidad y jefes naturales a la cabeza, saldrían a la calle con la marcialidad que es de rigor así en las paradas como en los pronunciamientos.
En la frecuentación de los revolucionarios durante los preparativos del complot no había podido, dominado como estaba por otra idea, poner mientes en las razones que los armaban: el amor a la libertad, el odio a la tiranía, la sed de justicia, el ideal de fraternidad eran incomprensibles para el enamorado vengador, pero, cuando arrestado y enjuiciado, conoció el trato brutal de la policía, la inconsciencia de los jueces, el heroísmo de los conjurados, cuando se vio desterrado de la patria, cuando observó, recorriendo el mundo, con la muerte en el alma, el doloroso contraste de las grandezas soberbias y de las miserias incurables, un nuevo ideal lució repentinamente ante sus ojos: la redención humana.
Muriel, a pesar de ver reconocida su superioridad, no tenía confianza ciega en algunos de los conjurados, por lo cual se ocupaba en vigilarlos con mucha atención para cerciorarse de que su complacencia no era una vana fórmula hija del miedo que había logrado infundirles.
También los conjurados cubanos de anteriores intentonas malogradas, o se hallaban aún lejos de la patria, o habían muerto en el destierro, o se les había entibiado el ardor patriótico y llevaban vida oscura y pacífica, consagrados a la reparación de los estragos que habían producido en su salud y su fortuna, el tiempo y las contradicciones de los hombres.

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