Ejemplos con cintajo

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Y mientras Isabel hablaba con Ignacia de otras mercedes para sus hijos, Beramendi soltó así el pensamiento: Para nada nos hace falta ese cintajo.
El español con ahorros camina ciegamente hacia un hombre estirado, que se los pide mostrando un cintajo en el ojal de la levita.
Pasado algún tiempo, que las regias señoritas no podían precisar, se personó en Palacio un señor viejo, alto, amarillo, con unas patillucas cortas, el mirar tierno y bondadoso, el vestir sencillísimo y casi desaliñado, sin ninguna cruz ni cintajo ni galón.
Mas esto probaba, por el contrario, un profundo conocimiento de aquel terreno que pisaba, en que cualquier cintajo honorífico aseguraba el respeto y las consideraciones debidas a un personaje.
Un cintajo en el pelo de Sabel, un fruncido nuevo en las mangas del jubón de Clavellina, que al punto llaman la atención de tía Cimiana, bastan y sobran para excitar el entusiasmo artístico de la rústica modista.
El duque, aunque frisaba en los cincuenta y seis, era derecho, elegante, distinguidísimo hasta en su lucia y limpia calva, usaba no sé qué cintajo en el ojal, y podría usar, amén de las hidalgas veneras de Alcántara y Santiago, que ya de casta le venían, como dos docenas de insignias de órdenes nacionales y extranjeras, de las más ilustres, concedidas por diferentes gobiernos en justa recompensa del tino y acierto con que durante su ya larga carrera diplomática había desempeñado arduas y peliagudas misiones, y enredado los cabos de más de veinte madejas políticas, que el demonio que las devanase.
Niño es, en efecto, el hombre que de vanidades se nutre y al huero relumbrón endereza todas sus aspiraciones, niño cuando se pavonea con un cintajo en la solapa, como si fuera señal de sus virtudes y no de la amistad de un prócer dadivoso, niño cuando se desvela por adquirir un diploma que le autorice para estampar en coches y tarjetas dos calderos y una escoba, o cualquier otro emblema heráldico no menos expresivo y linajudo, niño cuando, ya con canas, se prenda de su apostura, y despilfarra ante el espejo las horas que niega a más honrosos y transcendentales afanes, niño cuando.
Y tú mira bien por todos lados, no se te quede aquí una liga, o botón, una peina del pelo, u otra cualisquiera inmundicia de tu persona, cintajo, cigarrillo.
El español con ahorros camina ciegamente hacia un hombre estirado, que se los pide mostrando un cintajo en el ojal de la levita.
Y mientras Isabel hablaba con Ignacia de otras mercedes para sus hijos, Beramendi soltó así el pensamiento: «Para nada nos hace falta ese cintajo.
Tienen la pretensión de sentir un amor fuerte, grande, invencible, como Lina, ya ves, quería sacrificarlo todo, abandonarlo todo, no vivir sino su amor, como Willy -¡hasta la muerte!-, pues basta un cintajo, una sombra de honor, una caricatura de gloria, para que retrocedan, encaucen la pasión, renuncien a ella.
Las señoras que por olvido ó inadvertencia salian á la calle sin el indispensable ''moño'', eran flageladas publicamente, acabando de completar la ignominia con colocarles el cintajo embreado.
Al principio se limitó á que los hombres y mugeres llevasen, éstos el cintajo del escarnio, y aquellas el memorable moño.
Poco á poco el cintajo lizo antes, ya no ofrecia espacio que no ocupase, cuando.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba