Ejemplos con castiza

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Carece de la gracia castiza de otros cartones, como El cacharrero o La riña en la venta nueva.
También coincidió Adolfo de Azcárraga al afirmar en su libro Arte y artistas valencianos que Ribera Berenguer es uno de nuestros más grandes artistas por su condición de pintor de cepa castiza, perteneciente a la gran cantera realista que dio a luz el arte español de los siglos de oro.
Su madre, quien gustaba de escribir en prosa sencilla y muy castiza, influyó mucho en su estilo intelectual.
También se recoge su uso como sinónimo del castellano antiguo del siglo XV del que deriva la lengua sefardí, o lengua judeoespañola castiza.
Farsa y licencia de la reina castiza , de ValleInclán, dirigido por Enric Flores.
La verdad es que Pereda, ni entonces ni ahora, hizo otra cosa que seguir los impulsos de su peculiarísima complexión literaria, ni se mostró jamás ansioso de teorías y novedades, ni reconoció nunca otros maestros que la hermosa naturaleza que tenía enfrente y el estudio de nuestros clásicos, de quienes heredó, sin afectación de arcaísmo, el buen sabor de su prosa, tan castiza y tan serrana.
No, el fez no era de Contreras, sino de Colau, y éste, a juicio de un historiador psicólogo, la figura más saliente, pintoresca y castiza del Cantón Cartaginés.
Las borrajas, las habas, nabitos, y cuanto constituye la nutrición castiza en el país, satisfacía mi paladar y me restauraba el estómago, tan necesitado de vida nueva.
Uno de los amigos que me acompañaban aseguró que aquel era el saludo masónico en su expresión castiza, y sólo por este detalle vio en el Rey entrante una esperanza de la Patria.
Se maravilló y enojó de que los republicanos estuvieran divididos en Intransigentes y Benévolos, y me dijo que por esta castiza propensión al divorcio, estábamos tan lejos del advenimiento de la República.
Vi el , concurrido de tantos mercaderes y de la pobretería pintoresca de , juglares, mendigos y fascinadores de serpientes, admiré el con lindas casas europeas, descendí por la calle principal al , hervidero de judíos, de españoles y de otros europeos que han traído las modas haraganas de cafés y cantinas, seguí hasta el puerto, donde vi los cárabos y faluchos que hacen la navegación del Estrecho, y algún vapor de Marsella o Gibraltar, vi la Aduana opulenta con tantísimos ganapanes afanados en el mete y saca de fardos y cajones, salime luego por la puerta que da paso a la playa, corrí por las arenas de ésta, viendo la cáfila interminable de moros campesinos que llegan diariamente al mercado seguidos del burro y la familia, con cargas míseras de carbón o de leña, y por allí anduve largo rato considerando cuán intensa y lacerante es la pobreza de este pueblo marroquí, y qué poco alivio recibe de la civilización europea, por la castiza inflexibilidad y resistencia del carácter berberisco.
Su gracia persuasiva se manifestaba desde que abría la boca, y el puro lenguaje castellano, adornado de bellas imágenes, la pronunciación castiza y musical, eran el encanto de su auditorio, hecho al desabrido acento judiego-español.
Ésa es la España castiza que debe servirnos de ejemplo y a la cual queremos volver.
No, la España castiza, la España española, sin mezcla de extranjerismo, es la de los cristianos mezclados con árabes, moros y judíos, la de la tolerancia religiosa, la del engrandecimiento industrial y agrícola y los municipios libres, la que muere bajo los Reyes Católicos.
Esta máscara nos causó gran daño, pues aún quedan hoy muchos que la admiran como la más castiza representación del españolismo.
Y excitado por sus negros pensamientos, soltó una interjección castiza y obscena, recuerdo de sus tiempos de soldado.
En parte alguna se emplea con más frecuencia y en la vida práctica la frase castiza y archi-española de , esto es, de perderle, de gastarle, sin que nos pese y aburra su andar lento, infinito y callado.
Con igual maestría guisaba los delicados y finos manjares franceses que los suculentos platos de resistencia a la española, tan ricas salían de sus admirables manos, por ejemplo, las chochas a la Montmorency o las langostas a la Colbert, como la castiza perdiz estofada o la deliciosa empanada de lampreas.
En la sociedad madrileña, la más amena del mundo porque ha sabido combinar la cortesía con la confianza, hay algunos y que, aun después de haber conquistado la celebridad por diferentes conceptos, continúan nombrados con esta familiaridad democrática que demuestra la llaneza castiza del carácter español.
Tenía Julián a la mano siempre un ejemplar de la , era la modesta edición de la Librería religiosa, y castiza y admirable traducción del P.
-Este joven -dije yo- no eleva su entendimiento hasta los altos principios de la educación castiza.
Fue de castiza ralea, y tuvo asomos de dama, del gran Quijote fue llama, y fue gloria de su aldea.
Por de pronto, se encontró allí con amigos de su mayor intimidad, como que eran Leticia, su marido y el subsecretario de Gobernación, y ya se supondrá que no cuento este hallazgo entre los sucesos graves a que me he referido, aunque alguna gravedad revestía la altivez del continente de la primera, frente a la actitud algo airada y como rencorosa del tercero, pero más grave fue una estocada que este funcionario español atizó, en la madrugada del día siguiente, a un príncipe ruso bruñido a la francesa, que campaba en el sitio por su riqueza, por su boato y hasta por su estampa original y castiza.
No quería desafinar para hacerse oír, sino reforzar con su voz, debidamente disciplinada, la hermosa sinfonía genuinamente nacional y castiza.
Esa figura que tú ves, como española castiza, será morena.
Vi el Zoco grande, concurrido de tantos mercaderes y de la pobretería pintoresca de derviches, juglares, mendigos y fascinadores de serpientes, admiré el Marchan con lindas casas europeas, descendí por la calle principal al Zoco chico, hervidero de judíos, de españoles y de otros europeos que han traído las modas haraganas de cafés y cantinas, seguí hasta el puerto, donde vi los cárabos y faluchos que hacen la navegación del Estrecho, y algún vapor de Marsella o Gibraltar, vi la Aduana opulenta con tantísimos ganapanes afanados en el mete y saca de fardos y cajones, salime luego por la puerta que da paso a la playa, corrí por las arenas de ésta, viendo la cáfila interminable de moros campesinos que llegan diariamente al mercado seguidos del burro y la familia, con cargas míseras de carbón o de leña, y por allí anduve largo rato considerando cuán intensa y lacerante es la pobreza de este pueblo marroquí, y qué poco alivio recibe de la civilización europea, por la castiza inflexibilidad y resistencia del carácter berberisco.
Yo hubiera organizado este espectáculo en la Plaza Mayor, abriéndolo con un torneo y cerrándolo con un auto de fe, para que la fiesta fuese más nacional y castiza.
Las literaturas de los pueblos modernos de Europa tienen, o deben tener, para ser grandes y fecundas, raíz nacional y castiza, pero vivimos, no aislados, sino enlazados unos pueblos a otros, ya por la continuidad en la historia, y ya por las relaciones de cada instante de nuestra vida actual.
Así, por ejemplo, una empalagosa sensiblería tudesca, que nunca fue en lo antiguo española castiza, y que, o bien inmediatamente, o bien por medio de Francia, ha venido a adherirse a nuestra poesía pseudo-popular, como la filoxera o el oidium a la vid, apareciendo en seguidillas y coplas de fandango, las cuales hemos de suponer cantadas por jaques, flamencos y majas de lo más crudo.
la castiza vieja raza de selváticos poetas.

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