Ejemplos con cadáveres

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Tal parece lo que dicen, que se encontraron en las cuestas altas del Puerto Deseado sepulcros de gigantes, cuyos huesos eran de once pies de largo: porque los huesos de los cadáveres que ahora se encontraron, eran de estatura ordinaria.
¡Las mujeres! La irresistible tendencia que nos liga a ellas es lo único que se mantiene firme después de los trastornos morales que cambian una vida, lo que permanece de pie en medio de los cadáveres de otras ilusiones destrozadas por el cataclismo.
La cubierta chorrea sangre, los cadáveres ruedan al mar con la cabeza destrozada.
Al frente de una escuadra de negros, que eran su guardia, ataca cimitarra en mano, formando en torno de él un círculo de cadáveres, pero al fin un sollerense le atraviesa el pecho con su lanza, y al caer huyen los invasores, perdiendo su estandarte.
Veintiséis de ellos fueron a Constantinopla para hacer esta declaración, pero a pesar de su carácter sagrado de embajadores, la misma escolta bizantina que les había facilitado Andrónico los asesinó en Rodosto, despedazando los cadáveres en el matadero público y exhibiendo sus cuartos en las mesas del mercado.
Los vapores se detenían en sus anchos círculos de exploración para echar al agua las embarcaciones de auxilio, que iban recogiendo los cadáveres de los náufragos y los vivos próximos a desfallecer.
Era el azul luminoso de donde habían surgido los primeros dioses deshonrado por la mancha aceitosa que denuncia un asesinato en masa, las costas rosadas, cuyas espumas fabricaron a Venus, recibiendo racimos de cadáveres empujados por las olas, las alas de gaviota de las barcas de pesca huyendo amedrentadas ante el gris tiburón de acero, su familia y sus convecinos aterrados al despertar frente al cementerio flotante arrastrado por la noche hasta sus puertas.
Veía la muchedumbre indefensa y pacífica amontonándose en los botes, que zozobraban, las mujeres arrojándose al mar con un niño en brazos, toda la confusión mortal de la catástrofe Luego, el submarino que emergía para contemplar su obra, los alemanes agrupados en la cubierta de acero húmedo, riendo y bromeando, satisfechos de la rapidez de su labor, y en una extensión de varias millas, el mar poblado de bultos negros arrastrados lentamente por las olas: hombres que flotaban de espaldas, inmóviles, con los ojos vidriosos fijos en el cielo, niños con la rubia cabellera tendida como una máscara sobre su rostro lívido, cadáveres de madres oprimiendo sobre su seno, con fría rigidez, el pequeño cadáver de una criatura asesinada antes de que pudiera darse cuenta de la vida.
La suma de todas las materias albuminúricas flotantes en el mar se condensaba en estas nubes nutritivas, añadiéndose a ellas las secreciones de los animales vivientes, los residuos de sus cadáveres, los cuerpos arrastrados por los ríos, las briznas alimenticias de los prados de algas.
Los cadáveres de los animales neríticos y de los que nadan entre dos aguas eran el sustento directo é indirecto de la fauna abisal.
Estos bosques surgían como manchas de vida allí donde el encuentro de las corrientes superficiales hacía llover un maná de diminutos cadáveres.
¡Con qué fruición los ahogaría entre mis patas! ¡Cómo pegaría mi boca a sus corazones! ¡Y los chuparía los chuparía, hasta que no les quedase una gota de sangre, arrojando luego sus cadáveres huecos!.
Se detuvo ante los puestos de los ostricarios, examinando las valvas de concha-perla alineadas en los estantes, sobre los cestos de ostras de Fusaro, las enormes caracolas, cadáveres huecos, en cuya garganta mugía, según los vendedores, como un recuerdo, el lejano zumbido del mar.
En la Puerta Herculana, el guardián del pequeño museo dejó que Ferragut examinase en paz los vaciados de los cadáveres seculares: varios pompeyanos de yeso en la actitud del terror en que los había sorprendido la muerte.
Sus cadáveres flotaron largas horas junto al bote, como si no pudieran despegarse de él.
Una lluvia de pequeños cadáveres descendía a través de las aguas.
Tal era de fantástico aquel lago, que reflejaba un cielo de granito, que la imaginación se fingía cadáveres flotando en él.
¡Será preciso que mate a uno! ¡No me dejaréis morir en paz! ¡Malditos todos, que llegáis a esta puerta y no respetáis mi dolor! ¡Yo también seré maldito, porque vosotros no me dejáis morir arrepentido! ¡Mis horas están contadas! ¡Tengo ya la sepultura abierta! ¡Dejadme! ¡Toda la noche han aullado los perros! ¡Cierro los ojos para morir, y vuestras voces me despiertan! ¡Sois como las hienas, que desentierran a los cadáveres! ¡Tendré que mataros! ¡Dejadme, hienas y lobos y escorpiones! ¡Dejadme que muera y que la tierra caiga a puñados sobre mis ojos!.
Y cadáveres eran, realmente, los españoles, condenados a no pensar o a mentir, ocultando su pensamiento.
Mejor quiero reinar sobre cadáveres que sobre herejes , decía.
Al día siguiente, unos pescadores de Guetary encontraron atravesados en una roca los cadáveres de los niños, abrazados estrechamente aun después de la muerte En las ansias y rudo combate de aquella agonía tremenda, el escapulario de uno había pasado también al cuello del otro, y descansaba, como una contraseña del cielo, sobre los pechos de ambos.
Era este nombre harto conocido, y al horror natural que inspira todo crimen unióse entonces en los presentes ese espanto mezclado de sorpresa con que ve el vulgo derrumbarse una fortuna en el abismo de una desgracia, caer a un poderoso desde los almohadones de su coche sobre la mesa destinada en un hospital a hacer a los cadáveres la autopsia.
Porque la babucha comprada en el Gran Bazar y la necedad del tío Frasquito iban a colocarle aquel mismo día en lo alto de la columna del escándalo, en la gloriosa picota de la moda, que asentaba esta vez sus cimientos sobre los cadáveres de dos seres degradados, muerto el uno con un dogal, cosida la otra a puñaladas y arrojada en su saco de cuero, sin expirar todavía, viva y palpitante, en lo profundo del mar de Mármara.
Mas al ir a incendiar su antigua casa sintió una impresión de horror, como si tuviese ante él los cadáveres de todos sus antepasados, y arrojó los fósforos al suelo.
Parecía que del casuco abandonado fuesen a salir fantasmas en cuanto cerrase la noche, que de su interior iban a partir gritos de personas asesinadas, que toda aquella maleza era un sudario ocultando debajo de él centenares de cadáveres.
Dichos cadáveres, horriblemente destrozados, eran la propiedad, todas las clases de propiedad posibles, el Estado, la Iglesia y cuantas instituciones se derivan de estos dos principios, Matrimonio, Ejército, Crédito público, etc Con admiración de todos, Juan Pablo se lanzó a la defensa del amor libre, de las relaciones absolutamente espontáneas entre los sexos, y puso la patria potestad sobre la cabeza de la madre.
La mesa de mármol, en torno de la cual formaban animado círculo las caras de los combatientes, estaba a última hora llena de cadáveres, revueltos con las cucharillas, con los vasos que aún tenían heces de café y leche, con la ceniza de cigarro, los periódicos y los platillos de metal blanco, en los cuales la mano afanadora de D.
Entonces aparecerán los dos cadáveres atravesados por una sola espada Esta es la venganza, esta es la ley por una sola espada Y me quedaré tan fresco, como si tal cosa.
Acongojóse el espíritu de Julián pensando en que el recato de Nucha iba a ser profanado, y su cuerpo puro tratado quizás como se trata a los cadáveres en la mesa de anatomía: como materia inerte, donde no se cobija ya un alma.
Mucha pena causó al zagalillo que no le permitieran ir a contemplar de cerca los palpitantes cadáveres de los ladrones, que en horroroso grupo se distinguían a lo lejos, y siguieron todos adelante.

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