Ejemplos con caballerescos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

En su imprenta, Caxton produjo romances caballerescos, trabajos de autores clásicos, e historias romanas e inglesas.
A ambos lados de esta sala se encuentran las denominadas salas colaterales, en las que sobresale la decoración de los frisos de yeserías donde aparecen unos medallones con siluetas blancas que representan escenas de temas caballerescos y cinéticos entre esfinges y arpías.
También hay una preferencia por temas históricos, legendarios y caballerescos.
La extravagancia y la refinada perversidad de los argumentos, la coloreada violencia del estilo -tajante y pintoresco, espléndido y elocuente, tan dispuesto a la breve ironía como a la declamación, impetuoso, pero casi siempre sostenido por la despreocupada elegancia de tono de un gentilhombre revolucionario, maníaco de las bellas maneras de los ideales caballerescos -dan a estas narraciones la poderosa individualidad que a muchas de ellas les ha asegurado un renombre sostenido.
Este conjunto ajardinado se levanta sobre el antiguo Campo de la Tela, un solar donde el rey Felipe II promovía la celebración de encuentros caballerescos.
El poder militar de la Alianza lo representan la Flota Estrella Blanca, un ejército militar común liderado por soldados caballerescos Anla'Shok.
Su padre aceptaba con gestos de tristeza las noticias de ciertos amigos que se imaginaban halagar su vanidad haciéndole el relato de encuentros caballerescos en los que su primogénito rasgaba siempre la piel del adversario.
Yo sé mejor que nadie lo que es la pobreza, y por eso me irrito cuando en España y otros países que llaman, no sé por qué, caballerescos e idealistas , oigo decir a las gentes con orgullo: Yo que soy pobre, pero muy honrado.
Y de entre estos hombres de guerra altivos, crueles y caballerescos, que paseaban su arcabuz como un cetro, su casco abollado como una corona, sus harapos como una gloria, surgían Ercilla, Cerotes, Calderón y tantos otros ingenios.
Ha leído cuanto españoles y franceses escribieron de la monserga económica, y trastornado con tal pestilencia, como Don Quijote con la de los libros caballerescos, no ha parado hasta inficionar a Lucila.
Era por aquel tiempo el marqués, sin ser derrochador, bastante libertino, pero no con aquel aristocrático libertinaje de los Lauzun y los Frousac, señoriles hasta en sus vicios, caballerescos hasta en la infamia, que sacudían de sí todo lo vulgar y grosero, con la misma elegante pulcritud con que sacudían el polvillo del perfumado tabaco de sus chorreras de encaje.
Un Hércules en los tiempos prehistóricos, un Cid en los tiempos caballerescos, serían un Quijote en los tiempos de la partida doble y el tanto por ciento.
Con esto, recayó Calpena en la gravísima dolencia de sus amores furibundos, se encendió en su cerebro un hirviente volcán de ideas peregrinas, y en su voluntad resurgieron los estímulos más osados y caballerescos.
El tío Lombrijón era un viejo robusto y poderoso, de voz bronca y gestos gallardos y caballerescos.
Amaranta, después de desahogar las antiguas cóleras de su pecho, estaba meditabunda y aun diré que arrepentida de todo lo que había dicho, doña Flora preocupada, y Congosto, con los ojos fijos en el suelo, revolvía sin duda en su cabeza altos y caballerescos pensamientos.
Estos entes caballerescos son incomprensibles.
Yo te prometo, sobrina respondió don Quijote, que si estos pensamientos caballerescos no me llevasen tras sí todos los sentidos, que no habría cosa que yo no hiciese, ni curiosidad que no saliese de mis manos, especialmente jaulas y palillos de dientes.
Jamás parece tan admirable el valor como cuando está sometido a códigos caballerescos, porque sólo así surge esencialmente humano.
Una chica mimosa y llorona contribuye con sus tonterías a embrollar la cuestión, el sabio se acalora, se pone a hacer papeles caballerescos.
Estos entes caballerescos son incomprensibles.
Ha leído cuanto españoles y franceses escribieron de la monserga económica, y trastornado con tal pestilencia, como Don Quijote con la de los libros caballerescos, no ha parado hasta inficionar a Lucila.
Negábale todos los días don Jorge que tuviese hechura la concesión de la viudedad, lo cual sacaba de sus casillas a la guipuzcoana, pero a renglón seguido la invitaba a sentarse en la alcoba, y le decía que, ya que no con los títulos de General ni de Conde, había oído citar varias veces en la guerra civil al cabecilla Barbastro como uno de los jefes carlistas más valientes y distinguidos y de sentimientos más humanos y caballerescos.
Al caer Córdoba, Moreira se le fue encima con la daga levantada y en actitud de volver a herir, pero al llegar a su adversario caído, sus instintos caballerescos tuvieron más poder que la ira que lo dominaba, pero tarde ya, porque aquel desgraciado había dejado de existir, sin poder pronunciar una sola palabra.
El público aplaudió y seguirá aplaudiendo las escenas del bautismo de la barca salvavidas, la tempestad con sus correspondientes truenos y relámpagos, la oración por los náufragos, los duelos caballerescos y el acto de Catalina cuando dice a su prometido esposo: «Hay en mi vida una gran vergüenza que no puedo compartir con un hombre honrado como lo es usted.
Figuraba entre los primeros un inspirado poeta, autor de muy conocidos y celebrados romances caballerescos y antiguo Comandante de Artillería, que nos hizo los honores de la población discretísimamente, a fuer de venturoso amante de la Naturaleza y de la Historia, de las Armas y de las Letras.
En este tan reducido espacio, sin embargo, iba a decidirse la suerte de dos personas igualmente ilustres por su prosapia, sus riquezas y su valor, pero de todo punto diferentes a más no poder por prendas morales y sentimientos caballerescos.
No se hallaban de acuerdo sus nuevos ideales con la realidad burguesa de la vida a principios del siglo XIX, y creyeron que el mejor remedio era el evocar las épocas aquellas en que florecían los ideales caballerescos, tendiendo a la formación de un hombre superior, o sea el caballero en el cual convergían todos los ideales de Amor y de Belleza, de Justicia y de Fuerza.
Apenas se dignaba mirar sus ejercicios caballerescos, ni oír sus serenatas, ni sonreír agradecida a sus versos de amor.
Apasionadamente enamorada del gentil caballero don Jaime, venido de Aragón a ponerse al servicio del conde, y muy señalado ya por su habilidad y su brío en todos los ejercicios caballerescos, por sus notables proezas y, hasta por su talento y maestría en el gay saber, el conde no tuvo que oponer razón alguna contra la boda, y consintió en que don Jaime y doña Mencía se casasen, dando en dote a la doncella el dominio y la alcaidía del castillo de que voy hablando.
Y todos, salvo en las horas consagradas a ejercicios caballerescos, vestían el hábito de la orden.

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