Ejemplos con caballerete

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Quedaron a solas el caballerete y Belarmino.
Dijo el caballerete, apuntando desdeñosamente con el bastón a un par de botas que yacía sobre el mostrador:.
En la zapatería aguardaba a Belarmino un caballerete.
Y, ¡cómo persigue a María Vargas ese caballerete que ha venido de París, con sus versos copiados de François Coppee, y su política de alquiler, que vino, sirviendo a la oposición y ya está poco menos que con el Gobierno! El padre de María Vargas va a ser Ministro y él quiere ser diputado.
Todo lo ve y lo mira, pero no se posa más que en lo suyo, y lo suyo es un caballerete muy simpático y muy pillo, que se llama don Halconero.
Las visitas del caballerete de la uña larga, su compañero de hospedaje, entretenían al Bailío, pero no aprovechaban a su salud, porque oyendo hablar de política, teatros, mujeres y otros mundanos asuntos, tornaba el pobre señor a sus insanas manías.
Ya lejos de la casa y divagando solo, pues Leoncio se fue por otro lado a sus quehaceres, comentó Ibero su negativa, sazonándola con cierta ironía salobre y con los granos dulces de su naciente optimismo: Yo, caballero sin caballo, aventurero desengañado de las grandezas, soñador perdido tontamente en el camino de las glorias políticas y militares, quiero darme el tono de rechazar los cien duros que me ofrece este caballerete de la por mis vanos servicios.
Llegaba a una ciudad de corto vecindario un caballerete con destino de ocho mil en Administración Subalterna, y sólo con presentarse, volvía locas a todas las señoritas de la población.
¿A qué demonios nos traen acá ese Montpensier o ? ¿Qué pito tiene que tocar entre nosotros ese caballerete? Siendo como es la Infanta la inmediata sucesora al Trono, ¿cómo no pensaron en la contingencia de que entre a reinar la segunda hija de Fernando VII? Cuando se me dijo que estaba acordado el casar a Luisa Fernanda con el hijo de Luis Felipe, se me ocurrió una idea magnífica para conciliar los deseos de la Francia con los intereses y la independencia de nuestra Nación.
Un banquero riquísimo, y muy conocido en Madrid por la protección que dispensaba a las chicas de vida alegre, le propuso descaradamente amueblarle un entresuelito y ponerle coche, un caballerete trapisondista y jugador intentó llevársela una noche a cenar, imaginando que cuatro copas de Champaña y un gabinete de fonda le asegurarían la conquista, un autor le ofreció un papel de gran lucimiento a cambio de una cita, y hasta el director de escena se brindó a solicitar para ella un beneficio, a condición de que ensayasen a solas lo que hubiera de cantar.
Ilusionarse con un caballerete porque tenga los ojos así o asado, porque tenga el bigotito de esta manera, el cuerpo derecho y el habla dengosa, es propio de hembras salvajes.
Al caballerete debió de sentarle muy mal la intemperancia de la autoridad, pues rumió no sé qué sordas imprecaciones, pero su miedo superaba indudablemente a su furor, y dispúsose a obedecer.
¡Ah!, usted, el de la golilla que parece un plato, el de la cruz de Calatrava, usted, caballerete, si viviera en estos tiempos de ahora y alcanzara el día de la justicia, no nos miraría con esos ojos.
No quise hablar más y me despedí de Halconero con breves razones amistosas, lamentando que un caballerete tan espiritual no apreciara el feo cariz del nublado cartaginés y agareno que entenebrecía el cielo español, ni viera claramente que se iniciaba un período de larga y pavorosa esclavitud.
Ya lejos de la casa y divagando solo, pues Leoncio se fue por otro lado a sus quehaceres, comentó Ibero su negativa, sazonándola con cierta ironía salobre y con los granos dulces de su naciente optimismo: «Yo, caballero sin caballo, aventurero desengañado de las grandezas, soñador perdido tontamente en el camino de las glorias políticas y militares, quiero darme el tono de rechazar los cien duros que me ofrece este caballerete de la Unión Liberal por mis vanos servicios.
de familiarizarse con la idea de que todo había concluido, y que moriría sin ver a aquel caballerete.
Llegaba a una ciudad de corto vecindario un caballerete con destino de ocho mil en Administración Subalterna, y sólo con presentarse, volvía locas a todas las señoritas de la población.
Y, ¡cómo persigue a María Vargas ese caballerete que ha venido de París, con sus versos copiados de François Coppee, y su política de alquiler, que vino, sirviendo a la oposición y ya está poco menos que con el Gobierno! El padre de María Vargas va a ser Ministro y él quiere ser diputado.
-Pues, en plata: se vió bajar a un caballerete por el balcón del cuarto de Adelina.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba