Ejemplos con banda

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

A la banda del sur, cerca de la entrada, hay un mogote alto, con una peña en lo alto, que parece tronco de árbol cortado, y hace horqueta.
Entraron a dicho puerto por la banda del norte de dicha isla, acercándose a la boca del puerto, que es bien conocida, por una isleta que está fuera y blanquea como nieve.
La banda toca desde el alba rota ya y desentonada, ante las tabernas, van y vienen coches y caballos calle Nueva arriba, calle Nueva abajo.
Los muchachos ,- a la calle cuando la banda empezó a tocar.
Llegamos a la taberna cerca de ,- estaba la banda.
La banda ,- música que oímos está en el pueblo.
Cuando una banda sonaba a distancia, como si estuviera yéndose, los muchachos, aun los más crecidos, corrían tras ella, con la cara angustiada, como si se les fuera la vida.
Por cada bocacalle entraba en la de la Victoria, con su banda de tamborines a la cabeza, una compañía de milicianos.
Mil duendecillos, de figuras repugnantes, manos de araña, vientre hinchado, boca encendida, de doble hilera de dientes, ojos redondos y libidinosos, giran constantemente alrededor de portero dormido, y le echan en los oídos jugo de adormideras, y se lo dan a respirar, y se lo untan en las sienes, y con pinceles muy delicados le humedecen las palmas de las manos, y se les encuclillan sobre las piernas, y se sientan sobre el respaldo del sillón, mirando hostilmente a todos lados, para que nadie se acerque a despertar al portero: ¡mucho suele dormir la grandeza en el alma humana! Pero cuando despierta, y abre los brazos, al primer movimiento pone en fuga a la banda de duendecillos de vientre hinchado.
Vea cómo lostrega por la banda de Sudeste.
Topábame sentado al abrigo de la capilla, en la misma puerta, y oigo golpes por la banda de dentro, respondo batiendo con el zueco, y escucho la voz de Don Farruquiño.
Era la banda de un pueblo de las cercanías, rústicos gañanes que, enfundados en un uniforme mal cortado, faja de general y ros vistoso con pompón de rabo de gallo, andaban con cierta dificultadcomo si los pies, acostumbrados a alpargatas en el resto de la semana, protestasen al verse oprimidos en botitos de gomas, mientras el sudor de su cuerpo sano y vigoroso rezumaba por todas las costuras de la guerrera.
Sonaba a lo lejos la grave melopea de la marcha solemne y religiosa que entonaba la banda militar.
Federico Ruiz iba por allí muy a menudo, y como era hombre tan comunicativo, metía baza con los curas, de lo que resultó que estos se familiarizaran por una banda con la gente de pluma, y por otra con los amigos de Rubín y Feijoo.
Llevaba designio el arraez de despuntar la isla, y tomar abrigo en ella por la banda del norte, mas sucedióle al reves su pensamiento, porque el viento cargó con tanta furia, que todo lo que habíamos navegado en dos dias, en poco mas de catorce horas nos vimos a seis millas o siete de la propia isla de donde habíamos partido, y sin remedio alguno íbamos a embestir en ella, y no en alguna playa, sino en unas muy levantadas peñas que a la vista se nos ofrecian, amenazando de inevitable muerte nuestras vidas: vimos a nuestro lado la galeota de nuestra conserva, donde estaba Leonisa, y todos sus turcos y cautivos remeros haciendo fuerza con los remos para entretenerse y no dar en las peñas: lo mismo hicieron los de la nuestra con mas ventaja y esfuerzo a lo que pareció, que los de la otra, los cuales cansados del trabajo, y vencidos del teson del viento y de la tormenta, soltando los remos se abandonaron y se dejaron ir a vista de nuestros ojos a embestir en las peñas, donde dió la galeota tan grande golpe, que toda se hizo pedazos: comenzaba a cerrar la noche, y fué tamaña la grita de los que se perdian y el sobresalto de los que en nuestro bajel temian perderse, que ninguna cosa de las que nuestro arraez mandaba se entendia ni se hacia, solo se atendia a no dejar los remos de las manos, tomando por remedio volver la proa al viento y echar dos áncoras a la mar para entretener con esto algun tiempo la muerte que por cierta tenian, y aunque el miedo de morir era general en todos, en mí era muy al contrario, porque con la esperanza engañosa de ver en el otro mundo a la que habia tan poco que deste se habia apartado, cada punto que la galeota tardaba en anegarse o en embestir en las peñas, era para mí un siglo de mas penosa muerte: las levantadas olas que por encima del bajel y de mi cabeza pasaban, me hacian estar atento a ver si en ellas venia el cuerpo de la desdichada Leonisa.
Fuéronse entrando poco a poco, y de industria los dejó llegar Ricaredo hasta tenerlos a gusto de su artillería, la cual mandó disparar a tan buen tiempo, que con cinco balas dió en la mitad de una de las galeras con tanta furia, que la abrió por medio toda, dió luego a la banda, y comenzó a irse a pique sin poderse remediar.
Vino la noche, y la banda de las palomas acudió al reclamo de la guitarra: con ellas vino la simple Leonora, temerosa y temblando de que no despertase su marido, que aunque ella vencida deste temor no habia querido venir, tantas cosas le dijeron sus criadas, especialmente la dueña, de la suavidad de la música y de la gallarda disposicion del músico pobre, que sin haberle visto le alababa y le subia sobre Absalon y sobre Orfeo, que la pobre señora convencida y persuadida dellas, hubo de hacer lo que no tenia ni tuviera jamas en voluntad.
Quien ha visto banda de palomas estar comiendo en el campo sin miedo lo que ajenas manos sembraron, que al furioso estrépito de disparada escopeta se azora y levanta, y olvidada del pasto, confusa y atónita cruza por los aires: tal se imagine que quedó la banda y corro de las bailadoras pasmadas y temerosas, oyendo la no esperada nueva que Guiomar habia traido, y procurando cada una su disculpa y todas juntas su remedio, cuál por una, y cuál por otra parte, se fueron a esconder por los desvanes y rincones de la casa, dejando solo al músico, el cual dejando la guitarra y el canto, lleno de turbacion no sabia qué hacerse.
Señal hace Monjuí de que hay bajel de remos en la costa por la banda del poniente.

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