Ejemplos con bandeja

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Un ujier se le acercó con dos vasos llenos en una bandeja.
Ferragut iba a seguir hablando, pero entraron las dos señoras con una bandeja que contenía el servicio de té y varios platos de pasteles.
Este dejó de ocuparse definitivamente de la bandeja del desayuno, presintiendo la aproximación de algo muy importante.
apareció con una bandeja en la que humeaban dos vasos de café.
La bandeja escapó de sus manos, y fué tambaleándose como un ebrio, hasta aplastar su abdomen contra la barandilla del puente.
Cuando un cuarto de hora después entró el camarero con la bandeja, ardía el fuego más que nunca claro y regocijado, y las dos butacas, colocadas a ambos lados de la chimenea, y el velador cubierto de níveo mantel, convidaban a la dulce intimidad del almuerzo.
Pilar dudó buen rato, como los niños ante una bandeja de dulces diversos, por último se decidió, eligiendo dos gotitas de agua para las orejas, y un espejo portátil de oro cincelado, joya caprichosa y novísima, que se colgaba de la cintura y sólo la sueca llevaba aún en Vichy.
El camarero que cruzaba a la sazón con una bandeja llena de platos de humeante sopa, indicó a Miranda que podía sentarse, y él en vez de oírle, tomó escalera arriba como un frenético, y entró sin respeto alguno en la cámara mortuoria.
Venían de misa, de sonreír en el atrio de la catedral a sus parientes y conocidos, de pasear por las calles limpias, esmaltadas de sol, como flores desatadas sobre una bandeja de plata con dibujos de oro.
Aresti vió todo el resto del monasterio: el refectorio, con su púlpito para la lectura, la capilla, en la que hacían los hombres sus ejercicios espirituales, colocando los Padres a la puerta una bandeja para que los jóvenes depositasen en un papel cerrado sus peticiones a la Virgen, la cocina, donde los hermanos guisanderos le explicaron los tres platos sólidos que correspondían a los individuos en cada comida: el salón acristalado, en el cual fumaban sacerdotes y seglares un cigarrillo único, pues en el resto del monasterio, aunque el fumar no estaba prohibido, era mal visto por los superiores.
Al atravesar una antesala, encontróse Currita un lacayo, que le presentó una carta en una bandeja de plata.
Al pie de la escalera, un enorme oso de Noruega sentado gravemente sobre sus patas de detrás, presentaba con las de delante una bandeja de plata destinada a recibir las tarjetas de visita.
El coche entró al fin en la casa, haciendo retemblar los cristales de la gran mampara, y se detuvo al pie de la anchurosa y alfombrada escalera También estaba esta vacía, y sólo vio el niño al pie de ella al grave oso de Noruega, , como le llamaban en casa, abriendo su gran boca armada de dientes enormes y presentándole la bandeja, como si le invitara a depositar en ella sus premios.
Y dejando abandonada a su propio impulso la filantrópica tarea de enardecer el fervor de sus operarios, retiróse a un rincón con el diplomático, llevando en la mano un fino trapito cuadrado y una bandeja de plata para colocar las hilas.
Media hora después presentábale un lacayo en una bandeja de plata la carta de Fernandito, y la dama, después de leerla, hízola mil pedazos con extraños gestos de rabia Otras dos cartas de Jacobo habían llegado en aquel mismo día a la corte: una larga y enfática para el marqués de Butrón, llena de mentiras y enredos, que sin engañar del todo al presuntuoso diplomático, hiciéronle comprender que lejos de emanciparse el joven Telémaco de su tutela, la necesitaba más que nunca, y podía, por tanto, seguir explotándole en sus trabajos políticos.
En la bandeja destinada en la antesala a recibir las tarjetas y las cartas, vio un gran oficio entrelargo y lo recogió al paso, mientras le quitaba Damián la blanca capa de santiaguista, con la roja cruz en el lado izquierdo.
Quería ver ella de cerca la impresión que causaba a este la lectura de la carta, un momento después presentábasela un criado en una bandeja de plata.
Mas, con gran sorpresa suya, pasó todo el día del lunes, y pasó también el martes, y llegó y pasó asimismo el miércoles, sin que ningún coche parase a la puerta, ni atravesase una sola visita las antesalas, ni recibiera el oso del vestíbulo en su bandeja ninguna tarjeta, ni llegara tampoco el menor recado, la más insignificante misiva de atención, de interés o de consuelo Aterróla entonces aquella soledad, que no sabía explicarse, porque ignoraba que la opinión había atravesado en el dintel de su puerta el cadáver de Jacobo, mas cuando llegaron a su noticia las voces que corrían y supo que una pérfida y misteriosa mano explotaba el funesto hallazgo de la capa de pieles, para hacer recaer sobre ella las sospechas del crimen, tuvo en su soledad vértigos de ira, estremecimientos de fiera acorralada, y decidió desafiar frente a frente a la calumnia con un golpe de enérgica audacia.
Era un desfile brillante de autoridades y uniformes, que admiraba a los papanatas, grupos de chicuelos y mujeres se agolpaban ante los Eccehomos que se exhibían en las calles sobre un pedestal: imágenes manchadas con brochazos de sangriento bermellón, la corona de espinas sobre las lacias y polvorientas melenas que agitaba el viento, una caña entre las manos y a los pies una bandeja con céntimos y un viejo pedigüeño.
La viuda de Fenelón llegó a la hora de costumbre, y a poco subió el mozo de la botica con la bandeja de dulces que mandaba Ballester.
Cuando Maximiliano entró a almorzar, ya estaba Juan Pablo sentado a la mesa, y a poco llegó doña Lupe con una bandeja de huevos fritos y lonjas de jamón.
¡Virgen del Carmen, mi bandeja de arroz con leche!.
¿No sabes lo que ha hecho? Había en el comedor una bandeja de arroz con leche.
El cura esperaba en la portalada misma: recogidas las mangas de su chaqueta, levantaba en alto un jarro de vino, y la criada sostenía la bandeja con vasos.
Contó trescientas trece sobre la bandeja que le presentaba un cofrade, y dijo naturalísimamente:.
¡Allí estaba, en sus andas de plata y oro, sobre un altar improvisado en el testero principal del aposento, vestido de riquísimo tisú, alumbrado por muchas velas, y guarnecido de hermosos ramos de flores naturales!—Servíale de dosel el estandarte de la Hermandad, colgado del techo, y, por último, en medio de la sala, sobre un velador, veíase en una bandeja un papel arrollado a modo de diploma, atado con cintas de colores.

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