Ejemplos con arterías

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Luego de cruzar Avenida Callao ingresa en el barrio de Balvanera, para luego correr por Almagro donde finaliza en Avenida Córdoba, vale aclarar durante gran parte del recorrido de estas dos arterías, ambas corren en paralelo hasta la altura de Avenida Pueyrredón.
Del aspecto teórico pasó después al práctico y narró con prolijidad todas las intrigas, todas las arterías de que se valían sus contrarios para arrancarle la cátedra.
Recelo y desconfianza inútiles y que nunca me salvaron del egoísmo y de las arterías de amigos y extraños.
-Basta de lisonjas -dijo el clérigo, y luego mirándome añadió-: y usted, señor militar-teólogo, ¿de qué arterías se ha valido para sacar de su casa a esta señorita?.
''No tratamos de inculpar en modo alguno por los cuadros que vamos a describir al justo Gobierno que tenemos, no hay nación tan bien gobernada donde no tengan entrada más o menos abusos, donde el Gobierno más enérgico no pueda ser sorprendido por las arterías y manejos de los subalternos.
¿Cómo se las habría compuesto la serpezuela para anillarse al corazón del honrado viejo? ¿Qué arterías, qué travesuras, qué sortilegios usaría? ¡Sin duda, aquellos mismos que Calixto evocaba mientras el órgano emitía su vibrante raudal de sonidos plenos y graves, y en el altar, una grácil figura, envuelta en blancas sedas que la prolongaban místicamente, articulaba un «sí» apagado, un «sí» blanco también!.
-Patronio, un omne me dize: que sabe muchas maneras, tanbién de agüeros como de otras cosas, en cómo podré saber las cosas que son por venir et cómo podré fazer muchas arterías con que podré aprovechar mucho mi fazienda, pero en aquellas cosas tengo que non se puede escusar de aver ý pecado.
Otra cosa había, además, de por medio que aquejaba vivamente su voluntad, y eran los amaños y arterías que en sentido opuesto empleaba el infante don Juan, su jurado enemigo desde lo de Tordehumos.
Los Cartagineses, pues, enviaron a Regio veinte galeras, en las que iban embajadores de Hícetes a Timoleón con propuestas acomodadas a lo sucedido: pues que venían a ser arterías y apariencias muy bien disimuladas con dañados intentos, prestándose a admitir al mismo Timoleón, si quería pasar cerca de Hícetes, y tener parte con él en todos los consejos y en todos los negocios, mas con la condición de que las naves y los soldados los había de despachar a Corinto, como que de una parte faltaba muy poco para que la guerra estuviese acabada, y de la otra se hallaban los Cartagineses en ánimo de impedir el desembarco y pelear contra los que hiciesen resistencia.
En Creta hizo la guerra con los Gortinios, no como un hombre del Peloponeso y de la Arcadia, franca y generosamente, sino revistiéndose de las costumbres de Creta, y usando contra ellos mismos de sus correrías y asechanzas les hizo ver que eran unos niños que empleaban arterías despreciables y vanas en lugar de la verdadera disciplina.
Pero movámonos, opongamos la fuerza y la razón a las arterías de una ramera: tal vez lograremos impedir que empañe el honor de nuestra familia un infame bastardo, hijo acaso de algún caballero de industria.
No retrocede ante las arterías, es fácil a los besamanos femeninos, sabre oliscar el deseo de los amos, se da al mejor oferente, prospera a fuerza de marañas.

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