Ejemplos con arrebol

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Bajo nubes de plata y armiño y entre tules de gayo arrebol, como un templo de gloria en Nariño, te contempla la puesta del sol.
La gran señora ha perdido el arrebol de su fresca vejez, amarillea, se lleva a los ojos las puntas de un guante.
Estaba satisfecha de su juventud, que ignoraba el adorno de los falsos cabellos, y de su piel sana, que no conocía el arrebol del colorete.
Mi tía acocaba sépalos sobre la rodilla, Angelina, pincel en mano, delante de un gran plato, y cercano el papelillo de arrebol, pintaba pétalos de rosa.
Era ninfa de apoteosis zarzuelesca, profanada por el carmín barato, los polvos de arroz y el arrebol, aprisionadas las formas en lascivas mallas, pero en su rostro no se dibujaba la sonrisa forzadamente sensual de la comiquilla aventurera.
-¡Qué me he de burlar, hija mía! ¡Qué me he de burlar! ¿Dónde se ha visto cosa más mona que tú? ¡Alabado sea Dios que quiso lucirse y echar el resto en tu persona! Así, en estos momentos, es cuando hay que ver a las mujeres para juzgar sobre su mérito, despeinadas, sin afeites, sin cascarilla ni arrebol, como el Señor las ha criado.
arrebol a la ciénaga, la estrella a las inmensidades que guardan el.
Mientras tanto, en el arrebol que abría su palio.
:::Mientras las palmas tiemblan, un arrebol ligero.
:::al teñir los palmares el postrer arrebol.
:::Cuando apagan los vientos su arrebol de verano.
»que al extender el alba su espléndido arrebol.
mas diera de ese cielo que matiza el arrebol.
Hubo noche, por ejemplo, en que esta crisis de duda colmóse en álgida desesperación, por haber percibido un inusitado arrebol de serenidad en el desenvolvimiento de las ondas de un silencio suyo, arrebol completamente extraño a todas las pausas de su voz, y que chilló aquella noche en todo mi corazón.
y de arrebol purpúreos los bueyes aradores.
Mantones de Manila, sostenidos por estoques toreros y banderillas, a manera de alzapaños, cubrían la pared, haciendo las veces de telón de fondo, y los geranios rojos, las chinescas rosas de arrebol y los claveles de oro, resaltando sobre el vivo tinte de los crespones filipinos, escalaban la pared en orgía de matices, tendían su pintado dosel por cima del escenario, y colgaban en manojos de flecos policromos, semejantes a fantásticas estalactitas, poniendo una nota hórrida de color en la grave magnificencia del hall, decorado a la moda del Renacimiento.
La gran señora ha perdido el arrebol de su fresca vejez, amarillea, se lleva á los ojos las puntas de un guante.
¡Cuántas veces sentado solo y solitario en uno de los bancos verdes de aquella plazuela vio el incendio del ocaso sobre un tejado y alguna vez destacarse sobre el oro en fuego del espléndido arrebol el contorno de un gato negro sobre la chimenea de una casa! Y en tanto, en otoño, llovían hojas amarillas, anchas hojas como de vid, a modo de manos momificadas, laminadas, sobre los jardincillos del centro con sus arriates y sus macetas de flores.
no es nube, ni arrebol, ángel ni estrella.
:Al hablarle yo, Antoñilla se encendió toda, quemado su arrebol las pecas que picaban de ingenuidad el contorno de su mirada gris.
Él, erudito de guardarropía, con una paciencia admirable hacía la historia y describía los mil detalles de cuanto llevaba sobre su persona cada mujer, él restauraba a las feas llamándolas simpáticas, él sahumaba a las hermosas comparándolas con el arrebol de la aurora o con un bouquet de violetas, lirios y rosas de Alejandría, él adulaba a la obesa mamá llamándola gentil matrona, y mal había de andar el asunto para que la enjuta y acartonada solterona de ojos de basilisco y hocico de merluza no alcanzara en sus crónicas, cuando menos, la cualidad de espiritual, hacía a todos los hombres de negocios opulentos, a todos los militares bizarros, a todos los periodistas eminentes, a todos los títulos de Castilla preclaros varones, a todos los artistas inspirados, y a todos los gacetilleros populares literatos.
cuando al fin de arrebol purpura el brío.
tiñó las tenues nubes con cálido arrebol.
En un baile, se mete con su pareja, entre los demás, rompe a una el vestido, empuja a la otra, pisa a éste un callo, quita el arrebol a esta otra, y todo se convierte en ruido y algazara, y «¡Qué don Paco, tan malo y tan gracioso!», se oye por doquier, mientras que tú, empujado por él, deshiciste las guías del bigote de un elegante y tienes un lance al día siguiente.
que es éste el arrebol que las colora.
Pensolo más, y se fue a una tienda, donde compró un poco de arrebol, se lavó, se peinó, se aderezó, se puso su colorete y se sentó a la ventana.

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