Ejemplos con animación

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Hablaban los dos con gran animación.
Temíamos el autor y yo que pareciese esta novela conjunto de reminiscencias algo pálidas o de adivinaciones remotas, y que la ausencia del modelo vivo le quitase frescura y animación.
Todo era libertad y animación dentro de este augusto recinto, cuya entrada nunca hubo guardas que vedasen.
Y de aquel libre y único florecimiento de la plenitud de nuestra naturaleza, surgió el , una inimitable y encantadora mezcla de animación y de serenidad, una primavera del espíritu humano, una sonrisa de la historia.
Pero comprobaba el análisis también un lisonjero renacimiento de animación y de esperanza en la psicología de la juventud de que suele hablarnos una literatura que es quizá nuncio de transformaciones más hondas, renacimiento que personifican los héroes nuevos de Lemaître, de Wizewa, de Rod, y cuya más cumplida representación lo sería tal vez el con que cierta novelista inglesa contemporánea ha resumido en un solo carácter todas las penas y todas las inquietudes ideales de varias generaciones, para solucionarlas en un supremo desenlace de serenidad y amor.
Pero ellas pasanno sin haber tenido quizá su ideal como las otras, en forma negativa y con amor inconscientey de nuevo se ilumina en el espíritu de la humanidad la esperanza en el Esposo anhelado, cuya imagen, dulce y radiosa como en los versos de marfil de los místicos, basta para mantener la animación y el contento de la vida, aun cuando nunca haya de encarnarse en la realidad.
Es el salón de Damas un atractivo más del hermoso edificio donde se reconcentra la animación termal, allí las señoras abonadas al Casino pueden refugiarse, sin temor a invasiones masculinas, allí están en su casa, y son reinas absolutas, tocan el piano, bordan, charlan, y a veces se deslizan hasta el lujo de un sorbete o de alguna confitura o bombón que roen con igual deleite que si fuesen ratoncillos sueltos en un armario de golosinas.
Miranda se reía, sentado próximo a su novia, mirándola de cerca y hallándola muy linda, transformada casi con el tocado de viaje y la animación que encendía sus mejillas y arrebolaba su fresca tez.
La plazoleta presentaba un aspecto de animación y de alegría que producían una impresión grata.
Hablaban con desusada animación.
La animación del mercado iba en aumento.
Azoraba todo esto a Currita, pareciéndole indicio cierto de conjura sospechosa, y al mismo tiempo que procuraba sostener y animar la desmayada conversación de sus comensales, prestaba oído atento a lo que por fuera del comedor pasaba Sucedía de ordinario los viernes que, aun antes de terminarse la comida, poblaban ya los salones gran número de tertulianos que se apoderaban de las mesas de tresillo y de billar y formaban grupos y corrillos llenos de la alborotada animación, que duraba siempre hasta muy entrada la madrugada Nada se oía aquella noche, y cada vez más inquieta Currita procuraba alargar la comida, agotando todos los recursos de su ingenio e intercalando entre plato y plato historietas que equivalían a las más picantes salsas, con el fin de dar tiempo a la llegada de la gente y evitar que los comensales recibiesen la mala impresión de encontrar los salones desiertos.
No correspondía, sin embargo, la animación y la algazara al número y al lujo de aquella muchedumbre, marchaban los paseantes con esa curiosidad más ávida mientras más medrosa, que inspiraba siempre un espectáculo peligroso, con esa curiosidad propia del cobarde que espera oír a cada momento el estampido de un arma de fuego.
Era aquella misma tarde poca la animación y escasa la concurrencia en el de la duquesa de Bara.
El mercado debía estar en su mayor animación.
La pasada animación renació también con la tertulia.
Era domingo, y la animación ruidosa y expansiva de los días festivos inundaba la acera izquierda del paseo.
La animación iba surgiendo en la mesa.
Allí más animación, más vida, gentes que iban y venían, el alumbrado público, faroles con lámparas de petróleo, que solo servían para dejar que se viese la obscuridad, jinetes que volvían de las haciendas y de los pueblos cercanos, un almacén de ultramarinos, EL PUERTO DE VIGO, iluminado profusamente, centelleando en las botellas, en los frascos y en las latas de sardinas el reflejo de los quinqués, una botica soñolienta, hipnotizada por sus reverberos y sus aguas de colores, la botica de don Procopio Meconio, delante del mostrador un marchante en espera, detrás un mancebo que hacía píldoras, y en la puerta el dueño, de charla con un amigo.
Después del , Mauricia pareció como si resucitara, y su cara resplandecía de animación y contento.
En la segunda sala, donde se instalaba Refugio, había siempre animación campechana y confianzuda, y como el espacio es allí tan reducido, toda la parroquia venía a formar una sola tertulia.
Don Plácidodijo Fortunata con mucha animación, hágame el favor de escribir Aquí no hay mesa.
Los primeros días extrañaba la casa, teniéndola por peor que la otra, mas pronto hubo de reconocer que era mucho mejor, más espaciosa y bella, y en cuanto a los barrios, lo que la señora había perdido en tranquilidad ganábalo en animación.
Entró, y la cara de Fortunata resplandecía de contento y animación.
Animación mundana reinaba en el frugal desayuno, y aunque las monjas se esforzaban por mantener un orden cuartelesco, no lo podían conseguir.
Creyérase que Mauricia lo había olido, porque de improviso alzó la cabeza, adquiriendo tal animación y vida su cara que parecía la del otro cuando, señalando las pirámides, dijo lo de los.
Doña Lupe no había visto nunca tanto brillo en aquellos ojos ni animación semejante en aquella cara.
Un movimiento de alegría y la animación de la cara indicaron que Maximiliano había atrapado la idea.
De resultas de esto, Juan Pablo apareció un día en el café con cierta animación, mucho desenfado en sus juicios políticos, dándolas de profeta y expresando más altaneramente que nunca su desprecio de la situación dominante.
En Barcelona estuvo Jacinta muy distraída con la animación y el fecundo bullicio de aquella gran colmena de hombres.

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