Sinónimos de Jerarquizara

A continuación se muestran los Sinónimos de jerarquizara ordenados por sentidos. Si tienes duda sobre alguna palabra, puedes hacer clic sobre ella para conocer su significado.

Sinónimos de jerarquizara

Jerarquizara Como verbo, conjugación de jerarquizar, 1ª persona singular del pretérito imperfecto de subjuntivo de jerarquizar.

1 En el sentido de Ponderara

Ejemplo: Hacia las once de la mañana aparecieron en la casona don Pedro Nolasco y toda su familia, es decir, su hija y su nieta, y fueron recibidos en mi habitación, donde también había brasero y nos hallábamos mi tío y yo con Neluco que había ido a hacerle su visita diaria. Lita llevaba la cabeza envuelta en una esponjada toquilla de color azul celeste, que realzaba la frescura de su linda cara sonrosadita por la crudeza del aire serrano, y todo el cuerpo gentil arrebujado en un chal de lana gris, de mucho abrigo. Según entraba y hablaba en su estilo regocijado y pintoresco, iba destocándose la cabeza y desenvolviendo el airoso cuerpo con sus ágiles manos medio cubiertas por mitones rojos de estambre. Mirándola a ella y mirando al sol que inundaba el valle, tras unos días tan negros y tan tempestuosos como los recién pasados, yo no sé por qué llegué a ver en la nieta de don Pedro Nolasco, algo así como la paloma que volvía al arca anunciando que había cesado ya la ira de Dios y que toda la Naturaleza surgía de los abismos de tinieblas purificada de las culpas e iniquidades de los hombres. Don Pedro Nolasco hacía temblar las paredes con el estruendo de sus ponderaciones de lo recio y de lo crudo del temporal. No recordaba otro como él de muchos años atrás. Había estado como sin sangre en aquellos días, y no hubo durante ellos lumbre que alcanzara a meterle en calor. Y bien se conocían, sin que él los ponderara, los chamuscones que se había dado, porque apestaba desde lejos a humo de cocina, y tenía la piel como los chorizos curados y hasta con hollín. Mari Pepa no veía motivos para tantas ponderaciones: aquel temporal había sido como otros muchos que habían pasado y que pasarían. Lo único de él que la mortificó verdaderamente, fue el privarla, y privar a todos los de su casa, de ir a hacer un rato de compañía a don Celso y ver cómo andaba de salud. Y a eso iban entonces, aprovechando el primer sol que se veía después de una quincena de aguaceros y «celleriscas», y sobre todo ello se habló mucho en muy poco tiempo, quitándose unos a otros la palabra, mientras Lita, corriendo su silla hacia la mía que estaba alejada del brasero, me contaba, casi al oído, lo alarmados que estuvieron todos en su casa con las noticias que Neluco les iba dando de mi tío, al pasar por allí de vuelta de sus visitas, y el trabajo que le había costado a ella disimular la pena que acababa de sentir al encararse de pronto con don Celso. ¡Qué «mortalón» le veía, Virgen y Madre de Dios! Y tras esto, me acosó a preguntas: si comía, si descansaba, si conocía su estado, si me daba mucho que hacer, si podían ellos hacer algo en alivio nuestro, porque ya se sabía que casa sin mujeres, andaba como Dios quería en los apuros graves. Buena era Facia, buena era Tona, pero... al cabo, al cabo. Vaya, que no era lo mismo. Su madre era una gran enfermera, y ella tenía buena voluntad, y cuando llegara el caso, si desgraciadamente llegaba, que no anduviéramos con miramientos que no pegaban bien entre vecinos amigos y hasta parientes.

  • Ponderara conjugación de ponderar, 1ª persona singular del pretérito imperfecto de subjuntivo de ponderar, verbo transitivo, 1ª persona singular del pretérito imperfecto de subjuntivo de ponderar
  • Priorizara conjugación de priorizar, 1ª persona singular del pretérito imperfecto de subjuntivo de priorizar, verbo transitivo, 1ª persona singular del pretérito imperfecto de subjuntivo de priorizar
Sinónimo de jerarquizara

Jerarquizara Como verbo, conjugación de jerarquizar, 3ª persona singular del pretérito imperfecto de subjuntivo de jerarquizar.

1 En el sentido de Ponderara

Ejemplo: Hacia las once de la mañana aparecieron en la casona don Pedro Nolasco y toda su familia, es decir, su hija y su nieta, y fueron recibidos en mi habitación, donde también había brasero y nos hallábamos mi tío y yo con Neluco que había ido a hacerle su visita diaria. Lita llevaba la cabeza envuelta en una esponjada toquilla de color azul celeste, que realzaba la frescura de su linda cara sonrosadita por la crudeza del aire serrano, y todo el cuerpo gentil arrebujado en un chal de lana gris, de mucho abrigo. Según entraba y hablaba en su estilo regocijado y pintoresco, iba destocándose la cabeza y desenvolviendo el airoso cuerpo con sus ágiles manos medio cubiertas por mitones rojos de estambre. Mirándola a ella y mirando al sol que inundaba el valle, tras unos días tan negros y tan tempestuosos como los recién pasados, yo no sé por qué llegué a ver en la nieta de don Pedro Nolasco, algo así como la paloma que volvía al arca anunciando que había cesado ya la ira de Dios y que toda la Naturaleza surgía de los abismos de tinieblas purificada de las culpas e iniquidades de los hombres. Don Pedro Nolasco hacía temblar las paredes con el estruendo de sus ponderaciones de lo recio y de lo crudo del temporal. No recordaba otro como él de muchos años atrás. Había estado como sin sangre en aquellos días, y no hubo durante ellos lumbre que alcanzara a meterle en calor. Y bien se conocían, sin que él los ponderara, los chamuscones que se había dado, porque apestaba desde lejos a humo de cocina, y tenía la piel como los chorizos curados y hasta con hollín. Mari Pepa no veía motivos para tantas ponderaciones: aquel temporal había sido como otros muchos que habían pasado y que pasarían. Lo único de él que la mortificó verdaderamente, fue el privarla, y privar a todos los de su casa, de ir a hacer un rato de compañía a don Celso y ver cómo andaba de salud. Y a eso iban entonces, aprovechando el primer sol que se veía después de una quincena de aguaceros y «celleriscas», y sobre todo ello se habló mucho en muy poco tiempo, quitándose unos a otros la palabra, mientras Lita, corriendo su silla hacia la mía que estaba alejada del brasero, me contaba, casi al oído, lo alarmados que estuvieron todos en su casa con las noticias que Neluco les iba dando de mi tío, al pasar por allí de vuelta de sus visitas, y el trabajo que le había costado a ella disimular la pena que acababa de sentir al encararse de pronto con don Celso. ¡Qué «mortalón» le veía, Virgen y Madre de Dios! Y tras esto, me acosó a preguntas: si comía, si descansaba, si conocía su estado, si me daba mucho que hacer, si podían ellos hacer algo en alivio nuestro, porque ya se sabía que casa sin mujeres, andaba como Dios quería en los apuros graves. Buena era Facia, buena era Tona, pero... al cabo, al cabo. Vaya, que no era lo mismo. Su madre era una gran enfermera, y ella tenía buena voluntad, y cuando llegara el caso, si desgraciadamente llegaba, que no anduviéramos con miramientos que no pegaban bien entre vecinos amigos y hasta parientes.

  • Ponderara conjugación de ponderar, 3ª persona singular del pretérito imperfecto de subjuntivo de ponderar, verbo transitivo, 3ª persona singular del pretérito imperfecto de subjuntivo de ponderar
  • Priorizara conjugación de priorizar, 3ª persona singular del pretérito imperfecto de subjuntivo de priorizar, verbo transitivo, 3ª persona singular del pretérito imperfecto de subjuntivo de priorizar
Sinónimo de jerarquizara

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