Sinónimos y Antónimos de Vuélvela

A continuación se muestran los Sinónimos y Antónimos de vuélvela ordenados por sentidos. Si tienes duda sobre alguna palabra, puedes hacer clic sobre ella para conocer su significado.

Sinónimos de vuélvela

Vuélvela Como verbo, conjugación de volver, imperativo singular de volver: vuelve +la.

1 En el sentido de Recupérala

  • Recupérala conjugación de recuperar, imperativo singular de recuperar: recupera +la, verbo transitivo, verbo pronominal, imperativo singular de recuperar
  • Repítela conjugación de repetir, imperativo singular de repetir: repite +la, verbo transitivo, verbo intransitivo, verbo pronominal, imperativo singular de repetir
  • Restablecela conjugación de restablecer, imperativo singular de restablecer: restablecé +la, verbo transitivo, verbo pronominal, imperativo singular de restablecer
  • Reiterala conjugación de reiterar, imperativo singular de reiterar: reiterá +la, verbo transitivo, verbo pronominal, imperativo singular de reiterar

2 En el sentido de Cámbiala

  • Cámbiala conjugación de cambiar, imperativo singular de cambiar: cambia +la, verbo transitivo, verbo intransitivo, verbo pronominal, imperativo singular de cambiar
  • Transfórmala conjugación de transformar, imperativo singular de transformar: transforma +la, verbo transitivo, verbo pronominal, verbo intransitivo, imperativo singular de transformar

3 En el sentido de Altérala

  • Altérala conjugación de alterar, imperativo singular de alterar: altera +la, verbo transitivo, verbo pronominal, imperativo singular de alterar

4 En el sentido de Tórnala

Ejemplo: Ignoro cómo llegó este oráculo dado a Eecion a oídos de los príncipes Baquíadas, a quienes antes se había dado acerca de las costas de Corinto otro oráculo oscuro, pero dirigido al mismo punto que el de Eecion, en estos términos: «Águila grávida sobre altos peñascos dará a luz un valiente león que corte las rodillas: atiende a ello, corintio, vecino de la linda Pirene, que moras en torno de la encumbrada Corinto.» Y si bien este oráculo era antes para los Baquíadas, a quienes se había proferido, un misterio impenetrable, apenas oyeron el otro dado entonces a Eecion, cayeron de pronto en la cuenta, y dieron de lleno en el sentido del primero, que concordaba mucho y se enlazaba con el del último. Entendiendo, pues, que se les pronosticaba su ruina, con la mira de conjurada dando la muerte al hijo de Eecion que estaba ya para nacer, llevaban su intriga con sumo secreto. En efecto, luego que parió dicha mujer destinan al pueblo en que vivía Eecion diez de su mismo gremio o clase, con orden de quitar la vida al niño recién nacido. Llegados a Petra, entran en el patio de la casa de Eecion y preguntan por el chiquillo. Labda la coja, que estaba lejos de imaginar que vinieran con ánimo dañado, antes se lisonjeaba de que aquella visita de los magnates se le hacía en atención a su padre, para congratularse con ella por su feliz alumbramiento, se lo presenta y lo pone en brazos de uno de los diez, y si bien ellos al venir hablan entre sí concertado que el primero que al niño cogiera le estrellara luego contra el suelo, quiso con todo la buena suerte, cuando Labda dejó a su hijo en brazos de aquél, que se sonriese el niño, mirando blandamente al que iba a recibirle, sonrisa que atentamente observada movió a ternura al primero que le había recibido, y le hizo tal impresión, que en vez de dar con el niño en el suelo, lo entregó al segundo y éste al tercero, de suerte que fue pasando de mano en mano por los diez infanticidas, sin que ninguno se atreviera a ensangrentar las suyas en aquella víctima de la ambición. Vuelto, pues, el hijo a la madre y salidos del atrio, se pararon ante la puerta misma de la casa, y empezaron a culparse unos a otros, pero sobre todo al primero que la recibió, por no haber ejecutado la orden que traían. No pasó mucho rato sin que se resolviesen a entrar de nuevo en la casa y concurrir todos aunados a la muerte del niño. Mas todo en vano, que el destino fatal de Corinto era, señores, que le viniera el azote de la casa de Eceion: porque Labda iba entretanto escuchando detrás de la puerta todo aquel discurso de muerte, y recelando luego que mudando de parecer y entrando segunda vez le matasen la infeliz criatura, tórnala solicita, y va afanada a esconderla donde se le ofrece que nadie lo había de sospechar, que fue bajo un celemín, bien persuadida que vueltos los diez nobles sayones no dejarían sin duda arca, ni rincón, ni escondrijo que registrar. En efecto, así fue: entran segunda vez, y todo era buscar por una y otra parta el niño, pero viendo que no podían dar con él, resolviéronse por fin a regresar y decir a los que les enviaban que todo se había hecho conforme a las órdenes dadas, y vueltos a los suyos, así realmente se lo dijeron, íbase criando después el niño, que de tal riesgo a dicha se había escapado, en casa de su padre Eecion, y por ya buena suerte de haberse librado del peligro debajo del celemín, en griego Cipsele, quedósele en adelante el nombre de Cipselo. Llegado ya a la mayor edad, diósele a una consulta que en Delfos hacía una respuesta ambigua y enrevesada, por la cual gobernándose después y esperanzado mucho en ella, logró salir con su empresa y apoderarse del dominio de Corinto. La respuesta era de este tenor: «¿Veis el gran varón que llega dentro de mi atrio, Cipselo el Eecida? rey será de la esclarecida Corinto con su prole, pero no con la prole de su prole.» Tal fue el oráculo: Cipselo llegó a ser señor de Corinto, y con esto un tirano que a muchos corintios desterró, a muchos quitó los bienes, patria y vida, después de un gobierno de treinta años, habiendo tenido la fortuna de morir en paz y en su cama: sucedióle en la tiranía su hijo Periandro, quien aunque en los principios de su gobierno se mostraba más humano y blando que su padre, con todo, por haber después comunicado por medio de unos mensajeros con el otro tirano de Mileto, el célebre Trasíbulo, llegó a hacerse mucho más cruel y sanguinario que el mismo Cipselo. Es preciso saber que envió Periandro un embajador a Trasíbulo con la comisión de preguntarle de qué medios se podría valer para estar más seguro en su dominio y para gobernar mejor su estado: pues bien, saca Trasíbulo al enviado de Periandro a paseo fuera de la ciudad, y éntrase con él por campo sembrado, y al tiempo que va pasando por aquellas sementeras le pregunta los motivos de su venida, y vuelve a preguntárselos una, y otra, y muchas veces. Era empero de notar que no paraba entretanto Trasíbulo de descabezar las espigas que entre las demás veía sobresalir, arrojándolas de sí luego de cortadas, durando en este desmoche hasta que dejó talada aquella mies, que era un primor de alta y bella. Después de corrido así todo aquel campo, despachó al enviado a Corinto sin darle respuesta alguna. Apenas llegó el mensajero, cuando le preguntó Periandro por la respuesta, pero él le dijo: —«¿Qué respuesta, señor? ninguna me dio Trasíbulo,» y añadió que no podía acabar de entender cómo te hubiese enviado Periandro a consultar un sujeto tan atronado y falto de seso como era Trasíbulo, hombre que sin causa se entretenía en echar a perder su hacienda, y con esto dióle cuenta al cabo de lo que vio hacer a Trasíbulo. Mas Periandro dio al instante en el blanco, y penetró toda el alma del negocio, comprendiendo muy bien que con lo hecho le prevenía Trasíbulo que se desembarazase de los ciudadanos más sobresalientes del estado, y desde aquel punto no dejó ni maldad ni tiranía que no ejecutase en ellos, o manera que a cuantos había el cruel Cipselo dejado vivos o sin expatriar, a todos los mató o los desterró Periandro, aun más, despojó en un solo día por causa de su mujer Melisa, ya difunta, a las mujeres todas de Corinto. Había hecho que unos mensajeros enviados hacia los Tesprotos, allá cerca del río Aqueronte, consultasen al oráculo nigromántico acerca de cierto depósito de un huésped. Aparecióseles la difunta Melisa, les respondió que no manifestaría, al menos claramente, el lugar de aquel depósito, que les decía únicamente que por hallarse desnuda padecía mucho frío, pues de nada lo servían los vestidos en que la enterraron, no habiendo sido abrasados, y que buena prueba de ser verdad lo que decía podía ser para Periandro haber él mismo metido el pan en un horno frío. Después que se dio razón a Periandro de dicha respuesta, de cuya verdad le pareció ser prueba convincente esta última indicación, por cuanto había conocido a Melisa después de muerta, sin más tardanza hace publicar luego un bando que todas las mujeres de Corinto concurran al Hereo o templo de Juno. Como si fueran ellas a celebrar alguna fiesta, iban allá con sus mejores adornos y vestidos, mientras que por medio de las guardias que tenía apostados en el templo iba despojándolas a todas, tanto a las amas como a las criadas, y acarreando después todas las galas a una grande hoya, las entregó a la hoguera el tirano, rogando e invocando a su Melisa, cuya fantasma, aplacada con este sacrificio, declaró el lugar del depósito a los diputados que segunda vez le envió Periandro. He aquí, oh lacedemonios, lo que es y lo que en una ciudad suele hacer la tiranía. Con toda verdad os digo que si antes quedamos los corintios confusos y admirados al saber que llevabais a ese Hipias, al oír ahora esa vuestra demanda nos hallamos aquí suspensos y atónitos. En suma, conjurándoos por los dioses de la Grecia, os pedimos y suplicamos, oh lacedemonios, que no intentéis autorizar la tiranía ni introducir el despotismo en las ciudades. Y si obstinados contra las leyes divinas y humanas porfiareis en restituir a Atenas a ese vuestro Hipias, protestando desde ahora solemnemente nosotros los de Corinto, os declaramos que no consentimos en ello.»

  • Tórnala conjugación de tornar, imperativo singular de tornar: torna +la, verbo transitivo, verbo pronominal, verbo intransitivo, imperativo singular de tornar

5 En el sentido de Llégala

  • Llégala conjugación de llegar, imperativo singular de llegar: llega +la, verbo intransitivo, verbo transitivo, verbo pronominal, imperativo singular de llegar
  • Arríbala conjugación de arribar, imperativo singular de arribar: arriba +la, verbo intransitivo, verbo pronominal, verbo transitivo, imperativo singular de arribar

6 En el sentido de Muévela

Ejemplo: Y Adonis, cual si comprendiera la pregunta, alza más la cabeza, muévela arriba y abajo, ladrando al mismo compás, como si quisiera decir:

  • Muévela conjugación de mover, imperativo singular de mover: mueve +la, verbo transitivo, verbo pronominal, verbo intransitivo, imperativo singular de mover
  • Húndela conjugación de hundir, imperativo singular de hundir: hunde +la, verbo transitivo, verbo pronominal, imperativo singular de hundir

7 En el sentido de Devuélvela

  • Devuélvela conjugación de devolver, imperativo singular de devolver: devuelve +la, verbo transitivo, verbo pronominal, imperativo singular de devolver

8 En el sentido de Visítala

Ejemplo: D. Pedro Miquis no participaba de esta inquina, y en las cartas que escribía a su hijo solía poner un párrafo como este: «No dejes de visitar con frecuencia a la tiíta Isabel, y aguántale sus rarezas». Otras veces le decía: «Cuidado con la tiíta. No te incomodes si la oyes decir algún disparate. Esta buena señora tiene la cabeza como Dios quiere. Siempre fue lo mismo. No hay que llevarle la contraria, sino decirle a todo amén, aunque luego no se haga lo que mande». Ya hacía tres años que Alejandro estudiaba, cuando en una carta de su padre halló esto: «Ha llegado D. Santiago Quijano y me ha dicho que la pobre está rematadamente loca. ¡Pobre señora! visítala, sírvele en lo que puedas y trátala con tacto y estudio para no ofenderla».

  • Visítala conjugación de visitar, imperativo singular de visitar: visita +la, verbo transitivo, verbo pronominal, imperativo singular de visitar
  • Asístela conjugación de asistir, imperativo singular de asistir: asiste +la, verbo transitivo, verbo intransitivo, imperativo singular de asistir

9 En el sentido de Gírala

  • Gírala conjugación de girar, imperativo singular de girar: gira +la, verbo transitivo, verbo intransitivo, imperativo singular de girar
  • Tuércela conjugación de torcer, imperativo singular de torcer: tuerce +la, verbo transitivo, verbo pronominal, verbo intransitivo, imperativo singular de torcer

10 En el sentido de Devuélvela

  • Devuélvela conjugación de devolver, imperativo singular de devolver: devuelve +la, verbo transitivo, verbo pronominal, imperativo singular de devolver
  • Tórnala conjugación de tornar, imperativo singular de tornar: torna +la, verbo transitivo, verbo pronominal, verbo intransitivo, imperativo singular de tornar

11 En el sentido de Resucítala

  • Resucítala conjugación de resucitar, imperativo singular de resucitar: resucita +la, verbo transitivo, verbo intransitivo, imperativo singular de resucitar

12 En el sentido de Gírala

  • Gírala conjugación de girar, imperativo singular de girar: gira +la, verbo transitivo, verbo intransitivo, imperativo singular de girar

13 En el sentido de Págala

Ejemplo: La desavenencia que nosotros lloramos, págala él con creces, y con vergüenza y amarguras mayores que las nuestras.

  • Págala conjugación de pagar, imperativo singular de pagar: paga +la, verbo transitivo, verbo pronominal, imperativo singular de pagar
  • Correspondela conjugación de corresponder, imperativo singular de corresponder: correspondé +la, verbo intransitivo, verbo transitivo, verbo pronominal, imperativo singular de corresponder

14 En el sentido de Devuélvela

  • Devuélvela conjugación de devolver, imperativo singular de devolver: devuelve +la, verbo transitivo, verbo pronominal, imperativo singular de devolver
  • Arrójala conjugación de arrojar, imperativo singular de arrojar: arroja +la, verbo transitivo, verbo pronominal, imperativo singular de arrojar

15 En el sentido de Llégala

  • Llégala conjugación de llegar, imperativo singular de llegar: llega +la, verbo intransitivo, verbo transitivo, verbo pronominal, imperativo singular de llegar

16 En el sentido de Gírala

  • Gírala conjugación de girar, imperativo singular de girar: gira +la, verbo transitivo, verbo intransitivo, imperativo singular de girar

17 En el sentido de Defiéndela

  • Defiéndela conjugación de defender, imperativo singular de defender: defiende +la, verbo transitivo, verbo pronominal, imperativo singular de defender
  • Ríndela conjugación de rendir, imperativo singular de rendir: rinde +la, verbo transitivo, verbo pronominal, imperativo singular de rendir
  • Oriéntala conjugación de orientar, imperativo singular de orientar: orienta +la, verbo transitivo, verbo pronominal, imperativo singular de orientar
  • Empújala conjugación de empujar, imperativo singular de empujar: empuja +la, verbo transitivo, imperativo singular de empujar
Sinónimo de vuélvela

Antónimos de vuélvela

Vuélvela Como verbo, conjugación de volver, imperativo singular de volver: vuelve +la.

1 En el sentido de Consérvala

  • Consérvala conjugación de conservar, imperativo singular de conservar: conserva +la, verbo transitivo, verbo pronominal, imperativo singular de conservar
  • Déjala conjugación de dejar, imperativo singular de dejar: deja +la, verbo transitivo, verbo pronominal, verbo intransitivo, imperativo singular de dejar
  • Desaparécela conjugación de desaparecer, imperativo singular de desaparecer: desaparece +la, verbo intransitivo, verbo transitivo, verbo pronominal, imperativo singular de desaparecer
  • Guárdala conjugación de guardar, imperativo singular de guardar: guarda +la, verbo transitivo, verbo pronominal, imperativo singular de guardar
  • Andala conjugación de ir, imperativo singular de ir: andá +la, verbo intransitivo, verbo pronominal, imperativo singular de ir
  • Mantenla conjugación de mantener, imperativo singular de mantener: mantén +la, verbo transitivo, verbo pronominal, imperativo singular de mantener
  • Marchala conjugación de marchar, imperativo singular de marchar: marchá +la, verbo intransitivo, verbo pronominal, imperativo singular de marchar
  • Róbala conjugación de robar, imperativo singular de robar: roba +la, verbo transitivo, verbo pronominal, imperativo singular de robar
  • Usúrpala conjugación de usurpar, imperativo singular de usurpar: usurpa +la, verbo transitivo, imperativo singular de usurpar
Antónimos de vuélvela

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