Sinónimos y Antónimos de Rociándolas

A continuación se muestran los Sinónimos y Antónimos de rociándolas ordenados por sentidos. Si tienes duda sobre alguna palabra, puedes hacer clic sobre ella para conocer su significado.

Sinónimos de rociándolas

Rociándolas Como verbo, conjugación de rociar, gerundio de rociar: rociando +las.

1 En el sentido de Regándolas

Ejemplo: Helóse la sangre en las venas de la doncella al oír este mandato de su padre, y desesperada, congojosa cayó de rodillas a sus plantas, regándolas en silencio con tierno y abundoso llanto.

  • Regándolas conjugación de regar, gerundio de regar: regando +las, verbo transitivo, verbo pronominal, gerundio de regar
  • Bañándolas conjugación de bañar, gerundio de bañar: bañando +las, verbo transitivo, verbo pronominal, gerundio de bañar
  • Mojándolas conjugación de mojar, gerundio de mojar: mojando +las, verbo transitivo, verbo pronominal, verbo intransitivo, gerundio de mojar
  • Irrigándolas conjugación de irrigar, gerundio de irrigar: irrigando +las, verbo transitivo, gerundio de irrigar

2 En el sentido de Limpiándolas

Ejemplo: Antes de la comida y tras el transcurso de la misma se ofrecía a los asistentes palanganas con agua y unas toallas para que se adecentaran la cara y las manos, limpiándolas.

  • Limpiándolas conjugación de limpiar, gerundio de limpiar: limpiando +las, verbo transitivo, verbo pronominal, gerundio de limpiar
  • Lavándolas conjugación de lavar, gerundio de lavar: lavando +las, verbo transitivo, verbo pronominal, verbo intransitivo, gerundio de lavar
  • Enjuagándolas conjugación de enjuagar, gerundio de enjuagar: enjuagando +las, verbo transitivo, verbo pronominal, verbo intransitivo, gerundio de enjuagar

3 En el sentido de Remojándolas

  • Remojándolas conjugación de remojar, gerundio de remojar: remojando +las, verbo transitivo, verbo pronominal, gerundio de remojar
  • Inundándolas conjugación de inundar, gerundio de inundar: inundando +las, verbo transitivo, verbo pronominal, gerundio de inundar
  • Sumergiéndolas conjugación de sumergir, gerundio de sumergir: sumergiendo +las, verbo transitivo, verbo pronominal, gerundio de sumergir
  • Salpicándolas conjugación de salpicar, gerundio de salpicar: salpicando +las, verbo transitivo, verbo intransitivo, verbo pronominal, gerundio de salpicar
  • Impregnándolas conjugación de impregnar, gerundio de impregnar: impregnando +las, verbo transitivo, verbo pronominal, gerundio de impregnar
  • Humedeciéndolas conjugación de humedecer, gerundio de humedecer: humedeciendo +las, verbo transitivo, verbo pronominal, gerundio de humedecer
  • Empapándolas conjugación de empapar, gerundio de empapar: empapando +las, verbo transitivo, verbo pronominal, gerundio de empapar
  • Infiltrándolas conjugación de infiltrar, gerundio de infiltrar: infiltrando +las, verbo transitivo, verbo pronominal, gerundio de infiltrar

4 En el sentido de Cristalizándolas

  • Cristalizándolas conjugación de cristalizar, gerundio de cristalizar: cristalizando +las, verbo intransitivo, verbo pronominal, verbo transitivo, gerundio de cristalizar

5 En el sentido de Difundiéndolas

Ejemplo: Lo que se logra al capturar todas las escrituras al sistema de archivos con registro del servidor difundiéndolas a los clientes para que las reproduzcan.

  • Difundiéndolas conjugación de difundir, gerundio de difundir: difundiendo +las, verbo transitivo, verbo pronominal, gerundio de difundir

6 En el sentido de Batiéndolas

Ejemplo: ¡Y no se crea que la ciudad ha sido abandonada al pillaje, o que el soldado haya participado de aquel botín inmenso! No, Quiroga repetía después en Buenos Aires en los círculos de sus ''compañeros'': Yo jamás he consentido que el soldado robe, porque me ha parecido inmoral. Un chacarero se queja a Facundo en los primeros días, de que sus soldados le han tomado algunas frutas. Hácelos formar, y los culpables son reconocidos. Seiscientos azotes es la pena que cada uno sufre. El vecino, espantado, pide por las víctimas y le amenazan con llevar la misma porción. Porque así es el gaucho argentino: mata porque le mandan sus caudillos robar, y no roba porque no se lo mandan. Si queréis averiguar cómo no se sublevan estos hombres y no se desencadenan contra el que no les da nada en cambio de su sangre y de su valor, preguntadle a D. Juan Manuel Rosas todos los prodigios que pueden hacerse con el terror. ¡El sabe mucho de eso! ¡No sólo al miserable gaucho, sino al ínclito general, al ciudadano fastuoso y envanecido se le hacen obrar milagros! ¿No os decía que el terror produce resultados mayores que el patriotismo? El coronel del ejército de Chile, D. Manuel Gregorio Quiroga, ex gobernador federal de San Juan, y jefe de Estado Mayor del ejército de Quiroga, convencido de que aquel botín de medio millón es sólo para el general, que acaba de dar de bofetadas a un comandante que ha guardado para sí algunos reales de la venta de un pañuelo, concibe el proyecto de sustraer algunas alhajas de valor de las que están amontonadas en el depósito general, y resarcirse con ellas de sus sueldos. Descúbrese el robo, y el general le manda amarrar contra un poste y exponerlo a la vergüenza pública, y cuando el ejército regresa a San Juan, el coronel del ejército de Chile, ex gobernador de San Juan, el jefe del Estado Mayor, marcha a pie por caminos apenas practicables, acollarado con un ''novillo'': ¡el compañero del novillo sucumbió en Catamarca, sin que se sepa si el novillo llegó a San Juan! En fin sabe Facundo que un joven Rodríguez, de lo más esclarecido de Tucumán, ha recibido carta de los prófugos, lo hace aprehender, lo lleva él mismo a la plaza, lo cuelga y le hace dar seiscientos azotes. Pero los soldados no saben dar azotes como los que aquel crimen exige, y Quiroga toma las gruesas riendas que sirven para la ejecución, batiéndolas en el aire con su brazo hercúleo, y descarga cincuenta azotes para que sirvan de modelo. Concluido el acto, él en persona remueve la tina de salmuera, le refriega las nalgas, le arranca los pedazos flotantes, y le mete el puño en las concavidades que aquéllos han dejado. Facundo vuelve a su casa, lee las cartas interceptadas, y encuentra en ellas encargos de los maridos a sus mujeres, libranzas de los comerciantes, recomendaciones de que no tengan cuidado por ellos, etc. Una palabra no hay que pueda interesar a la política: entonces pregunta por el joven Rodríguez y le dicen que está expirando. En seguida se pone a jugar y gana miles. D. Francisco Reto y D. N. Lugones han murmurado entre sí algo sobre los horrores que presencian. Cada uno recibe trescientos azotes y la orden de retirarse a sus casas cruzando la ciudad desnudos ''completamente'', las manos puestas en la cabeza, y las asentaderas chorreando sangre, soldados armados van a la distancia para hacer que la orden se ejecute puntualmente. ¿Y queréis saber lo que es la naturaleza humana, cuando la infamia está entronizada y no hay a quién apelar en la tierra contra los verdugos? D. N. Lugones, que es de carácter travieso, se da vuelta hacia su compañero de suplicio, y le dice con la mayor compostura: Pásame, compañero, la tabaquera, ¡pitemos un cigarro! En fin, la disentería se declara en Tucumán, y los médicos aseguran que no hay remedio, que viene de afecciones morales, del terror, enfermedad contra la cual no se ha hallado remedio en la República Argentina hasta el día de hoy. Facundo se presenta un día en una casa, y pregunta por la señora a un grupo de chiquillos que juegan a las nueces, el más atisbado contesta que no está. Dile que yo he estado aquí. ¿Y quién es usted? Soy Facundo Quiroga... El niño cae redondo, y sólo el año pasado ha empezado a dar indicios de recobrar un poco la razón, los otros echan a correr llorando a gritos, uno se sube a un árbol, otro salta unas tapias y se da un terrible golpe... ¿Qué quería Facundo con esta señora?... ¡Era una hermosa viuda que había atraído sus miradas y venía a solicitarla! Porque en Tucumán el Cupido o el Sátiro no estaba ocioso. Agrádale una jovencita, le habla y le propone llevarla a San Juan. Imaginaos lo que la pobre niña podría contestar a esta deshonrosa proposición hecha por un tigre. Se ruboriza y balbuciendo, contesta que ella no puede resolver... Que su padre... Facundo se dirige al padre, y el angustiado padre disimulando su horror, objeta que quién le responde de su hija, que la abandonarán. Facundo satisface todas las objeciones, y el infeliz padre, no sabiendo lo que dice, y creyendo cortar aquel mercado abominable, propone que se le haga un documento... Facundo toma la pluma y extiende la seguridad requerida, pasando papel y pluma al padre para que firme el convenio. El padre es padre al fin, y la naturaleza habla diciendo: ¡No firmo, mátame! ¡Eh, viejo cochino!, le contesta Quiroga, y toma la puerta, ahogándose de rabia...

  • Batiéndolas conjugación de batir, gerundio de batir: batiendo +las, verbo transitivo, verbo intransitivo, verbo pronominal, gerundio de batir
  • Esparciéndolas conjugación de esparcir, gerundio de esparcir: esparciendo +las, verbo transitivo, verbo pronominal, gerundio de esparcir

7 En el sentido de Esparciéndolas

Ejemplo: Cortaron ramas, y, esparciéndolas sobre el barro, se amontonaron alrededor

  • Esparciéndolas conjugación de esparcir, gerundio de esparcir: esparciendo +las, verbo transitivo, verbo pronominal, gerundio de esparcir
  • Diseminándolas conjugación de diseminar, gerundio de diseminar: diseminando +las, verbo transitivo, verbo pronominal, gerundio de diseminar

8 En el sentido de Pulverizándolas

  • Pulverizándolas conjugación de pulverizar, gerundio de pulverizar: pulverizando +las, verbo transitivo, verbo pronominal, gerundio de pulverizar
  • Desparramándolas conjugación de desparramar, gerundio de desparramar: desparramando +las, verbo transitivo, verbo pronominal, gerundio de desparramar
  • Asperjándolas conjugación de asperjar, gerundio de asperjar: asperjando +las, verbo transitivo, gerundio de asperjar
Sinónimo de rociándolas

Antónimos de rociándolas

Rociándolas Como verbo, conjugación de rociar, gerundio de rociar: rociando +las.

1 En el sentido de Reuniéndolas

Ejemplo: La prodigiosa fecundidad de este cálculo dimana de su simplicidad, de que generaliza por decirlo así de un golpe la misma álgebra y la geometría, reuniéndolas en un solo punto que es la relacion de los límites de las diferencias de toda funcion.

  • Reuniéndolas conjugación de reunir, gerundio de reunir: reuniendo +las, verbo transitivo, verbo pronominal, gerundio de reunir
  • Empapándolas conjugación de empapar, gerundio de empapar: empapando +las, verbo transitivo, verbo pronominal, gerundio de empapar
  • Juntándolas conjugación de juntar, gerundio de juntar: juntando +las, verbo transitivo, verbo pronominal, gerundio de juntar
Antónimos de rociándolas

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