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Se han encontrado 11 poemas con la palabra tirar

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Nicolás Guillén

soldado, aprende a tirar

-- de Nicolás Guillén --

Soldado, aprende a tirar:
tú no me vayas a herir,
que hay mucho que caminar.
¡Desde abajo has de tirar,
si no me quieres herir!
abajo estoy yo contigo,
soldado amigo.
Abajo, codo con codo,
sobre el lodo.
Para abajo, no,
que allí estoy yo.
Soldado, aprende a tirar:
tú no me vayas a herir,
que hay mucho que caminar.

Poema soldado, aprende a tirar de Nicolás Guillén con fondo de libro

Nicolás Guillén

fusilamiento

-- de Nicolás Guillén --

Fusilamiento
van a fusilar
a un hombre que tiene los brazos atados.
Hay cuatro soldados
para disparar.
Son cuatro soldados
callados,
que están amarrados,
lo mismo que el hombre amarrado que van
a matar.
¿Puedes escapar?
¡no puedo correr!
¡ya van a tirar!
¡qué vamos a hacer!
quizá los rifles no estén cargados...
¡Seis balas tienen de fiero plomo!
¡quizá no tiren esos soldados!
¡eres un tonto de tomo y lomo!
tiraron.
(¿Cómo fue que pudieron tirar?)
mataron.
(¿Cómo fue que pudieron matar?)
eran cuatro soldados
callados,
y les hizo una seña, bajando su sable,
un señor oficial;
eran cuatro soldados
atados,
lo mismo que el hombre que fueron
los cuatro a matar.

Poema fusilamiento de Nicolás Guillén con fondo de libro

Alejandra Pizarnik

noche

-- de Alejandra Pizarnik --

Correr no sé donde
aquí o allá
singulares recodos desnudos
basta correr!
trenzas sujetan mi anochecer
de caspa y agua colonia
rosa quemada fósforo de cera
creación sincera en surco capilar
la noche desanuda su bagaje
de blancos y negros
tirar detener su devenir

salvación

se fuga la isla.
Y la muchacha vuelve a escalar el viento
y a descubrir la muerte del pájaro profeta.
Ahora
es la carne
la hoja
la piedra
perdidas en la fuente del tormento
como el navegante en el horror de la civilización
que purifica la caída de la noche.
Ahora
la muchacha halla la máscara del infinito
y rompe el muro de la poesiacutea.

Poema noche de Alejandra Pizarnik con fondo de libro

Manuel del Palacio

El néctar de los dioses

-- de Manuel del Palacio --

Mezcla en un vaso de cristal de roca
Y á ser posible, de oro y pedrería,
Tres dracmas de placer, dos de poesía,
Y cuatro ó cinco de soberbia loca.

Del horno del amor ponle á la boca,
Y cuando no haya hervido todavía,
Añádele onza y media de alegría
Y seis gotitas de café de Moka.

Si advirtieras que forma mucha espuma,
En un trozo de blonda catalana
Colarlo debes con presteza suma.

Déjalo reposar por la mañana,
Y removido bien con una pluma
Ya lo puedes tirar por la ventana.



Jorge Manrique

pregunta (a juan álvarez gato)

-- de Jorge Manrique --

I
después que el fuego se esfuerza
del amor, en cualquier parte
no vale esfuerzo ni fuerza,
seso ni maña ni arte;
ni vale consejo ajeno,
ni hay castigo ni enmienda,
ni vale malo ni bueno,
ni vale tirar del freno,
ni vale darle la rienda.
Ii
pues no aprovecha probarlo
para haberle de matar,
muy mejor será dejarlo
que se acabe de quemar;
que con aquello que entiende
matar el fuego cruel,
con eso mismo lo prende,
porque tanto más lo enciende
cuanto más echan en él.
Iii
era excusado pedir
remedio para mi mal,
pues que tengo de morir
por remedio principal.
Así que estoy en temor
bien cierto de mala suerte,
pues me hallo ser mejor
el remedio que el dolor,
ni el remedio que la muerte.
Iv
vuestra discreción me hace
tener alguna esperanza,
y mi ventura deshace,
mi bien y mi confianza;
mas dígame lo que pido,
aunque remedio no tenga:
yo estoy cerca de perdido
y lejos de socorrido,
y quieren que me detenga.



Jorge Manrique

Pregunta: (A Juan Álvarez Gato)

-- de Jorge Manrique --

I

Después que el fuego se esfuerza
del amor, en cualquier parte
no vale esfuerzo ni fuerza,
seso ni maña ni arte;
ni vale consejo ajeno,
ni hay castigo ni enmienda,
ni vale malo ni bueno,
ni vale tirar del freno,
ni vale darle la rienda.

II

Pues no aprovecha probarlo
para haberle de matar,
muy mejor será dejarlo
que se acabe de quemar;
que con aquello que entiende
matar el fuego cruel,
con eso mismo lo prende,
porque tanto más lo enciende
cuanto más echan en él.

III

Era excusado pedir
remedio para mi mal,
pues que tengo de morir
por remedio principal.
Así que estoy en temor
bien cierto de mala suerte,
pues me hallo ser mejor
el remedio que el dolor,
ni el remedio que la muerte.

IV

Vuestra discreción me hace
tener alguna esperanza,
y mi ventura deshace,
mi bien y mi confianza;
mas dígame lo que pido,
aunque remedio no tenga:
yo estoy cerca de perdido
y lejos de socorrido,
y quieren que me detenga.



A una dama que tiró un güevo de azahar

-- de Juan de Moncayo --

En prisión breve azahares deposita
tu mano bella, siempre rigurosa,
pues con el agua quiere, cautelosa,
el fuego disfrazar, que precipita.

En el tirar de amor el golpe incita,
fiando al aire acciones de briosa;
nunca la vio la selva más hermosa,
cuando de Venus la deidad imita.

Rendido el corazón a su luz pura
y abrasando en las perlas que derrama,
a mi cuidado acrecentó desvelos.

Divina suspensión de la hermosura,
¿cómo en agua reduces tanta llama?,
¿cómo desatas tanto ardor en hielos?



Gutierre de Cetina

al príncipe de ascoli II

-- de Gutierre de Cetina --

¿qué aprovecha, señor, andar buscando
hora el puerco montés cerdoso y fiero?,
¿qué aprovecha seguir ciervo ligero
ni con hierba crüel andar tirando?;
¿qué aprovecha, señor, ir remontando
la garza con halcón muy altanero?,
¿qué aprovecha, señor, tirar certero
allí una liebre, aquí un faisán matando?;
si va siempre tras vos vuestro cuidado,
si en el alma lleváis el pensamiento,
si estáis asido dél cuando más suelto,
si traéis el pensar tan regalado
que donde estáis más libre y más contento
a las presas andáis con él envuelto.



Hernando de Acuña

Sobre la red de amor

-- de Hernando de Acuña --

Dígame quién lo sabe: ¿cómo es hecha
la red de Amor, que tanta gente prende?
¿Y cómo, habiendo tanto que la tiende,
no está del tiempo ya rota o deshecha?

¿Y cómo es hecho el arco que Amor flecha,
pues hierro ni valor se le defiende?
¿Y cómo o dónde halla, o quién le vende,
de plomo, plata y oro tanta flecha?

Y si dicen que es niño, ¿cómo viene
a vencer los gigantes? Y si es ciego,
¿cómo toma al tirar cierta la mira?

Y si, como se escribe, siempre tiene
en una mano el arco, en otra el fuego,
¿cómo tiende la red y cómo tira?



Juan Gelman

arte poética

-- de Juan Gelman --

Entre tantos oficios ejerzo éste que no es mío,
como un amo implacable
me obliga a trabajar de día, de noche,
con dolor, con amor,
bajo la lluvia, en la catástrofe,
cuando se abren los brazos de la ternura o del, alma,
cuando la enfermedad hunde las manos.
A este oficio me obligan los dolores ajenos,
las lágrimas, los pañuelos saludadores,
las promesas en medio del otoño o del fuego,
los besos del encuentro, los besos del adiós,
todo me obliga a trabajar con las palabras, con la sangre.
Nunca fui el dueño de mis cenizas, mis versos,
rostros oscuros los escriben como tirar contra la muerte.



Juan Ramón Jiménez

qué alegría este tirar

-- de Juan Ramón Jiménez --

De mi freno, cada instante;
este volver a poner
el pie en el lugar cercano,
(casi otro, casi el mismo),
de donde aprisa se iba;
este hacer la seña leve,
segundamente, inmortal!



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