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Se han encontrado 17 poemas con la palabra obstante

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Amado Nervo

cobardía

-- de Amado Nervo --

Pasó con su madre. ¡Qué rara belleza!
¡qué rubios cabellos de trigo garzul!
¡qué ritmo en el paso! ¡qué innata realeza
de porte! ¡qué formas bajo el fino tul...!
Pasó con su madre. Volvió la cabeza:
¡me clavó muy hondo su mirada azul!
quedé como en éxtasis...
Con febril premura,
«¡síguela!», gritaron cuerpo y alma al par.
...Pero tuve miedo de amar con locura,
de abrir mis heridas, que suelen sangrar,
¡y no obstante toda mi sed de ternura,
cerrando los ojos, la dejé pasar!

Poema cobardía de Amado Nervo con fondo de libro

Amado Nervo

Cobardía (Nervo)

-- de Amado Nervo --

Pasó con su madre, qué rara belleza,
qué rubios cabellos de trigo garzul,
qué ritmo en el paso, que innata realeza
de porte, qué formas bajo el fino tul.
Pasó con su madre, volvió la cabeza,
me clavó muy hondo su mirada azul.

Quedé como en éxtasis; con febril premura
¡Síguela! gritaron cuerpo y alma al par.
Pero tuve miedo de amar con locura,
de abrir mis heridas, que suelen sangrar,
y no obstante toda mi sed de ternura,
cerrando los ojos, la dejé pasar.

Poema Cobardía (Nervo) de Amado Nervo con fondo de libro

Jaime Torres Bodet

en abril. desamor

-- de Jaime Torres Bodet --

Esta impresión de estar
vivo ya para el cielo
y no obstante en la tierra
de tu corazón, muerto!...

Poema en abril. desamor de Jaime Torres Bodet con fondo de libro

Josefina Pla

cómo

-- de Josefina Pla --

Ay, cómo abrirte este dolor de llaves,
en soledad de pulso amurallado.
Lo que ya se llevaron, cómo darte,
sueño, renunciación, ausencia, olvido.

Cómo franquear a tu claror las puertas
tras las cuales murió crucificado
cada latido virgen de tu nombre,
desposado no obstante de tu imagen.

Cómo agotar la senda de la ausencia,
el rumbo del viaje jamás hecho,
las jornadas cautivas del suspiro.

Ay, cómo en ascua recobrar ceniza,
y de la piedra absorta hacer el nardo
que se encienda a la orilla de tu sangre...

1953



César Vallejo

al cavilar en la vida, al cavilar

-- de César Vallejo --

Al cavilar en la vida, al cavilar
despacio en el esfuerzo del torrente,
alivia, ofrece asiento el existir,
condena a muerte;
envuelto en trapos blancos cae,
cae planetariamente
el clavo hervido en pesadumbre; cae!
(acritud oficial, la de mi izquierda;
viejo bolsillo, en sí considerada, esta derecha).
¡Todo está alegre, menos mi alegría
y todo, largo, menos mi candor,
mi incertidumbre!
a juzgar por la forma, no obstante, voy de frente,
cojeando antiguamente,
y olvido por mis lágrimas mis ojos (muy interesante)
y subo hasta mis pies desde mi estrella.
Tejo; de haber hilado, héme tejiendo.
Busco lo que me sigue y se me esconde entre arzobispos,
por debajo de mi alma y tras del humo de mi aliento.
Tal era la sensual desolación
de la cabra doncella que ascendía,
exhalando petróleos fatídicos,
ayer domingo en que perdí mi sábado.
Tal es la muerte, con su audaz marido.



José María Hinojosa

puerto

-- de José María Hinojosa --

Quedó la noche vacía
y no obstante estaba llena
de siluetas y misterios.
Fuimos palpando en su frente
todos nuestros pensamientos.
Quedó la noche vacía
aún con los barcos del puerto,
¿de dónde será este barco
y quiénes sus marineros?
quedó la noche vacía,
¿y dónde irá este velero?
¿qué mares desgarrará,
y qué vientos?
el mar crujía la luz
del faro, en el antepuerto.
Cogidas de las cinturas
que sus ritmos habían hecho,
las canciones marineras
iban recorriendo el puerto,
y salían por alta mar
entre las olas de viento.
Quedó la noche vacía
de cantos de marineros.



Gustavo Adolfo Bécquer

rima xxvi

-- de Gustavo Adolfo Bécquer --

Voy contra mi interés al confesarlo;
no obstante, amada mía,
pienso cual tú que una oda solo es buena
de un billete del banco al dorso escrita.
No faltará algún necio que al oírlo
se haga cruces y diga:
mujer al fin del siglo diez y nueve
material y prosaica... ¡Boberías!
¡voces que hacen correr cuatro poetas
que en invierno se embozan con la lira!
¡ladridos de los perros a la luna!
tú sabes y yo se que en esta vida,
con genio es muy contado el que la escribe,
y con oro cualquiera hace poesía.



Gustavo Adolfo Bécquer

rima xxxiii

-- de Gustavo Adolfo Bécquer --

Es cuestión de palabras, y, no obstante,
ni tú ni yo jamás,
después de lo pasado, convendremos
en quién la culpa está.
¡Lástima que el amor un diccionario
no tenga dónde hallar
cuándo el orgullo es simplemente orgullo
y cuándo es dignidad!



Gustavo Adolfo Bécquer

rima xxxii

-- de Gustavo Adolfo Bécquer --

Pasaba arrolladora en su hermosura
y el paso le dejé,
ni aun mirarla me volví, y no obstante
algo en mi oído murmuró “esa es”.
¿Quién reunió la tarde a la mañana?
lo ignoro; sólo sé
que en una breve noche de verano
se unieron los crepúsculos y ... “Fue”.



Gustavo Adolfo Bécquer

rima lxxi

-- de Gustavo Adolfo Bécquer --

No dormía; vagaba en ese limbo
en que cambian de forma los objetos,
misteriosos espacios que separan
la vigilia del sueño.
Las ideas que en ronda silenciosa
daban vueltas en torno a mi cerebro,
poco a poco en su danza se movían
con un compás más lento.
De la luz que entra al alma por los ojos
los párpados velaban el reflejo;
pero otra luz el mundo de visiones
alumbraba por dentro.
En este punto resonó en mi oído
un rumor semejante al que en el templo
vaga confuso al terminar los fieles
con un amén sus rezos.
Y oí como una voz delgada y triste
que por mi nombre me llamo a lo lejos,
y sentí olor de cirios apagados,
de humedad y de incienso.
.......................................
Entró la noche, y del olvido en brazos
caí, cual piedra, en su profundo seno.
No obstante al despertar exclamé:
¡alguno que yo quería ha muerto!



Idea Vilariño

la soledad

-- de Idea Vilariño --

Esta limitación esta barrera
esta separación
esta soledad la conciencia
la efímera gratuita cerrada
ensimismada conciencia
esta conciencia
existiendo nombrándose
fulgurando un instante
en la nada absoluta
en la noche absoluta
en el vacío.

Esta soledad
esta vanidad la conciencia
condenada impotente
que termina en sí misma
que se acaba
enclaustrada
en la luz
y que no obstante se alza
se envanece
se ciega
tapa el vacío con cortinas de humo
manotea ilusiones
y nunca toca nada
nunca conoce nada
nunca posee nada.
Esta ausencia distancia
este confinamiento
esta desesperada
esta vana infinita soledad
la conciencia.



Hermano que tienes

-- de Vicenta Castro Cambón --

HERMANO que tienes muy sanos los ojos
y, no obstante, a ciegas por la vida vas,
para ti en el hueco de mis manos, ¡mira!,
traigo luz. ¿La quieres?... Es luz de Verdad.



Manuel Reina

En un álbum (Reina)

-- de Manuel Reina --

-Los dioses se van, ha dicho
un eminente filósofo;
-El cielo es un cementerio
azulado -grita otro.
-El Cristo ya se desploma
-escribe un genio coloso,
y la multitud exclama:
-Los templos están ruinosos.

Yo sé que las religiones
ruedan tristes en el polvo,
y sé que ante la razón
todos se postran de hinojos;
no obstante, querida mía,
yo sigo siendo católico,
y es porque la Virgen tiene,
¡Oh hermosa!, tu mismo rostro.



Marilina Rébora

renacer

-- de Marilina Rébora --

Renacer
estoy sola, señor, y hay mucha gente en torno,
estoy triste no obstante la riente algazara
y mi imagen es débil, perdida, sin contorno,
bien que la luz del sol le dé sobre la cara.
Temerosa, señor, del más humilde adorno
y de otras tantas cosas que el mundo nos depara,
pienso en la noche próxima del viaje sin retorno,
el instante postrero que a todos nos separa.
Mas te siento, señor, junto a mí por momentos,
tu divina presencia ilumina el ambiente
y percibo que vuelven a su ritmo mis días,
para que así se acaben entonces mis lamentos,
renaciendo a mi propia existencia sonriente
pues que tú me regalas con nuevas alegrías.



Mario Benedetti

la roca

-- de Mario Benedetti --

La indiferencia de la roca
me conmueve
y me aplaza
cómo irme desgranando
hora a hora
pestaña tras pestaña
pellejo tras pellejo
ante ese paradigma
de tesón
y pureza
no obstante apuesto a que
la indiferencia de la roca
quiere comunicarnos
una alarma infinita



Medardo Ángel Silva

El viajero y la sombra

-- de Medardo Ángel Silva --

A los que hemos mirado –en una noche horrenda–
a nuestra cabecera la faz de la Ignorancia,
puesto que comprendimos, se nos cayó la venda
y tenemos la ciencia de la sonrisa helada.

Y vimos –presentimos más– la cosa estupenda
y la tiniebla en que se hundirá nuestra nada
y la noche absoluta en la perdida senda
sin amores, sin albas, sin fin de la jornada.

No obstante, cautelosos, en nuestra ceguedad,
vamos hacia la fuente de Piedad y Verdad...
¡Pero el mayor suplicio es ignorar el puerto

y, en la tormenta hostil que nuestro sueño enluta,
al ser como un navío, cuyo piloto muerto
y aferrado al timón, no puede darle ruta!



Julio Herrera Reissig

amor sádico

-- de Julio Herrera Reissig --

Ya no te amaba, sin dejar por eso
de amar la sombra de tu amor distante.
Ya no te amaba, y sin embargo el beso
de la repulsa nos unió un instante...

Agrio placer y bárbaro embeleso
crispó mi faz, me demudó el semblante.
Ya no te amaba, y me turbé, no obstante,
como una virgen en un bosque espeso.

Y ya perdida para siempre, al verte
anochecer en el eterno luto,
-mudo el amor, el corazón inerte-,

huraño, atroz, inexorable, hirsuto...
¡Jamás viví como en aquella muerte,
nunca te amé como en aquel minuto!



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