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Se han encontrado 15 poemas cortos con la palabra ahora

José Ángel Buesa

madrigal de la lluvia de abril

-- de José Ángel Buesa --

Ya no sé bien el sitio ni la hora,
ni por qué fuiste mía, ni por qué te perdí.
Sé que llovía como llueve ahora,
aunque ahora es más triste porque llueve sin ti.
Y sé que, de repente, cayeron dos diamantes
sobre tus zapaticos de charol...
Y era dulce aquel llanto de tus ojos radiantes,
como esos mediodías en que llueve con sol.

Poema madrigal de la lluvia de abril de José Ángel Buesa con fondo de libro

Gabriela Mistral

desvelada

-- de Gabriela Mistral --

Como soy reina y fui mendiga, ahora
vivo en puro temblor de que me dejes,
y te pregunto, pálida, a cada hora:
«¿estás conmigo aún? ¡ay, no te alejes!»
quisiera hacer las marchas sonriendo
y confiando ahora que has venido;
pero hasta en el dormir estoy temiendo
y pregunto entre sueños: «¿no te has ido?».

Poema desvelada de Gabriela Mistral con fondo de libro

Alfonsina Storni

Dulce tortura

-- de Alfonsina Storni --

Polvo de oro en tus manos fue mi melancolía
Sobre tus manos largas desparramé mi vida;
Mis dulzuras quedaron a tus manos prendidas;
Ahora soy un ánfora de perfumes vacía.

Cuánta dulce tortura quietamente sufrida
Cuando, picada el alma de tristeza sombría,
Sabedora de engaños, me pasaba los días
¡Besando las dos manos que me ajaban la vida!

Poema Dulce tortura de Alfonsina Storni con fondo de libro

Amado Nervo

en panne

-- de Amado Nervo --

Atiborrado de filosofía,
por culpa del afán que me devora,
yo, que ya me sabía
dos gramos del vivir, nada sé ahora.
De tanto preguntar
el camino a los sabios que pasaban,
me quedé sin llegar,
mientras tantos imbéciles llegaban...



Líber Falco

Decadencia

-- de Líber Falco --

Qué milagro el día.
Y cada día –entonces– qué milagro.

¿Cómo diré ahora que te amaba,
si pasó tanto tiempo
si apenas lo sabía entonces?

¿Cómo diré que tú vivías,
que yo te ví
y que otros te miraron?



Líber Falco

Para vivir

-- de Líber Falco --

Porque se está solo ahí,
porque en la locura y la muerte
se está solo,
porque hay un ojo fijo,
incambiado, que acecha sin sentido,
yo quiero ahora abrazaros,
y siquiera no más,
hablar de cómo cambia el cielo.



José Ángel Buesa

canzonetta ii

-- de José Ángel Buesa --

Era bella, muy bella. No fue mía.
Una tarde de lluvia la besé.
Y sin embargo yo no la quería,
y la recuerdo sin saber por qué.
No me debió dejar ninguna huella
en la memoria y en el corazón;
pero hay una canción que oí con ella,
y ahora me deja triste esa canción.



Gustavo Adolfo Bécquer

rima xxii

-- de Gustavo Adolfo Bécquer --

¿cómo vive esa rosa que has prendido
junto a tu corazón?
nunca hasta ahora contemplé en la tierra
sobre el volcán la flor.



Miguel Unamuno

En mi cuadragésimo sexto cumpleaños

-- de Miguel Unamuno --

Ahora que ya por fin ganó la cumbre,
á mis ojos la niebla cubre el valle
y no distingo á donde va la calle
de mi descenso. Con la pesadumbre

de los agüeros vuelvo hacia la lumbre
que mengua la mirada. Que se acalle
te pido esta mi ansión y que tu dalle
siegue al cabo, Señor, toda mi herrumbre.



Juan Ramón Jiménez

voces de mi copla v vivo y muerto

-- de Juan Ramón Jiménez --

v - vivo y muerto
tierra, tierra, tierra, tierra.
Y ahora yo, yo, yo, yo.
¡Cielo puro, día libre,
sostenedme en mi ilusión!



Juan Ramón Jiménez

voces de mi copla y ix a los siglos

-- de Juan Ramón Jiménez --

y ix - a los siglos
¡venid, siglos venideros,
tened! y ahora, huid, volad,
que ya os volveré a cojer
antes de vuestro final.



Francisco de Quevedo

A un médico

-- de Francisco de Quevedo --

Yacen de un home en esta piedra dura
El cuerpo yermo y las cenizas frías:
Médico fue, cuchillo de natura,
Causa de todas las riquezas mías.

Y ahora cierro en honda sepultura
Los miembros que rigió por largos días;
Y aun con ser Muerte yo, no se la diera,
Si dél para matarle no aprendiera.



Carolina Coronado

en el álbum de tomasa bretón de los herreros

-- de Carolina Coronado --

¡una corona y de laurel, señora!
no fue contigo la fortuna avara
cuando te adorna la preciosa cara
con diadema tan rica y seductora.
¡Por dios que risa te darán ahora
la pluma y cinta y flor y piedra rara!
¿mas quién ha de ostentar igual prendido
si no hay más que un bretón y es tu marido?



Ricardo Güiraldes

Antedicho

-- de Ricardo Güiraldes --

Escribir es mi vicio.
Primero, fueron cartas, luego cuentos, ahora palabras.
Y de las tres costumbres, ninguna es mejor.
Lo mismo es placer. La pluma que escriba o escriba el pensar.



Roque Dalton García

algunas nostalgias

-- de Roque Dalton García --

Encallecido privilegio este orgulloso sufrir,
no se rían.
Yo, que he amado hasta tener sed de agua, luz sucia;
yo que olvidé los nombres y no las humedades,
ahora moriría fieramente por la palabrita de consuelo de unángel,
por los dones cantables de un murciélago triste,
por el pan de la magia que me arrojara un brujo
disfrazado de reo borracho en la celda de al lado...



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