Ejemplos con zagal

Yahya envió a Muley Hacén el Viejo para hablar con el Zagal y este le respondió que estaba de acuerdo.

Cid Yahya entregó Baza a Don Fernando tras haber llegado a un acuerdo con el mediador Gutierre de Cárdenas, en el que él además de entregar Baza, pondría sus efectivos guerreros a disposición de los castellanos y Cid Hiaya sería el mediador entre Don Fernando y el Zagal, para acelerar el proceso de entrega de Almería y Guadix.

Los seguidores de el Zagal, ante la conquista ya firmada de Vera por los castellanos se fueron para Baza.

Entre todos prepararían un complot contra el Zagal y formalizarían un frente de propaganda a favor de la unión con los castellanos, por la cual obtendrían si entregaban las fortalezas una buena capitulación que posiblemente ya estarían habladas, y las implicadas mercedes territoriales y cargos de la futura administración castellana.

Pero la zona oriental seguía fiel al Zagal y las ciudades de Guadix, Baza, Los Vélez, Vera y Mojácar seguían controladas por Yahya.

Se reanudan las hostilidades en la franja occidental, el Zagal va hacia allí para defenderla y Boabdil aprovecha su ausencia para hacerse con Granada.

A partir de ahí Yahya, tendrá un doble juego, por un lado mantendrá sus relaciones secretas con Castilla y por otro seguirá fuertemente unido a el Zagal y Muley Hacén para derribar a Boabdil.

Sin embargo Cid Hiaya, no dudaba que si Boabdil se hiciera con el poder del reino se asociaría con los Reyes Católicos, a costa no sólo de traicionar a su pueblo, sino sus objetivos y a su cuñado el Zagal.

El zagal, oponente de Boabdil, es convencido para que se exilie en el Norte de África.

Cuando estos dos últimos se unen contra Boabdil, Rodrigo les ataca sin descanso hasta conseguir la huída de el Zagal, el más bravo y peligroso de todos los emires de Granada.

Fue uno de los que aconsejó a los reyes católicos que dejara libre al rey de Granada y le devolviera su trono para que continuara la guerra civil contra su padre Muley Hacén y su tío el Zagal.

La Alcazaba participó en la toma de Málaga por Fernando el Católico, quien tras vencer y conquistar a El Zagal en Vélez, asedió Málaga que estaba en manos del Zigrí y sus Gomeres.

Fue el alcazar de El Zagal, Ab `Abd All h, último rey nazarí, en cuya pacífica busca vinieron lo reyes Católicos para resolver la entrega de la plaza de Almería.

El tío Leandro, que algo sabía a qué atenerse sobre el viaje de don Germán, clavó una mirada iracunda sobre el bárbaro zagal y se le vieron intenciones claras de arrojarse sobre aquel piazo animal.

Nada tenía de particular que reanudásemos cada estío la añeja amistad, si bien no tan asidua, porque nos faltaba Celesto, el aprendiz, el cual, al pasar Belarmino a zapatero remendón, había entrado de zagal en una cochera de carruajes de alquiler.

A pesar de la separación, el zagal conservaba mucho afecto a Belarmino, a Angustias y a mí.

Soy Celesto, el zagal de Cachánrespondió una voz.

El zagal aporrea bárbaramente una puerta.

Este zagal no parecía tener otra ocupación que vagar por los caminos para saludarle y metérsele por los ojos con blanda dulzura.

Primero se ganó la vida recogiendo boñigas para estercolar huertos, después fue lazarillo de ciego, dio al fuelle en casa del herrero, se metió a zagal de diligencias por fin huyó de la comarca.

Carlos, y el infeliz zagal Mirtilo se muere de pena.

jugar una mala pasada al pobre zagal? Todo se sabe.

En tal caso, no está muy conforme con la verdad todo aquello de que el viejo rabadán no puede ya con sus huesos, ni baila, ni corre, ni guerrea, ni es capaz de cazar lobos como el zagal.

Es este Basilio un zagal vecino del mesmo lugar de Quiteria, el cual tenía su casa pared y medio de la de los padres de Quiteria, de donde tomó ocasión el amor de renovar al mundo los ya olvidados amores de Píramo y Tisbe, porque Basilio se enamoró de Quiteria desde sus tiernos y primeros años, y ella fue correspondiendo a su deseo con mil honestos favores, tanto, que se contaban por entretenimiento en el pueblo los amores de los dos niños Basilio y Quiteria.

Espantáronse todos los de la venta de la hermosura de Dorotea, y aun del buen talle del zagal Cardenio.

Con este deseo, ha no sé cuántos meses que entré en ellas, donde hallé un ganadero que me llevó por su criado a un lugar que está en las entrañas desta sierra, al cual he servido de zagal todo este tiempo, procurando estar siempre en el campo por encubrir estos cabellos que ahora, tan si pensarlo, me han descubierto.

Bien la conozco dijo Sancho, y sé decir que tira tan bien una barra como el más forzudo zagal de todo el pueblo.

Por ser todo lo que he contado tan averiguada verdad, me doy a entender que también lo es la que nuestro zagal dijo que se decía de la causa de la muerte de Grisóstomo.

Después se vino a entender que el haberse mudado de traje no había sido por otra cosa que por andarse por estos despoblados en pos de aquella pastora Marcela que nuestro zagal nombró denantes, de la cual se había enamorado el pobre difunto de Grisóstomo.

Para que con más veras pueda vuestra merced decir, señor caballero andante, que le agasajamos con prompta y buena voluntad, queremos darle solaz y contento con hacer que cante un compañero nuestro que no tardará mucho en estar aquí, el cual es un zagal muy entendido y muy enamorado, y que, sobre todo, sabe leer y escrebir y es músico de un rabel, que no hay más que desear.