Ejemplos con volviéndolo

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

El Sapa Inca Yahuar Huácac, según la tradición, tenía un hijo rebelde: Hatun Túpac, a quien castigó volviéndolo pastor de auquénidos en el destierro.
Luego el precio de Half-Life bajó, volviéndolo accesible a un mayor número de personas.
En un primer grupo de obras Calderón reordena, condensa y reelabora lo que en Lope aparece de manera difusa y caótica, estilizando su realismo costumbrista y volviéndolo más cortesano.
El Gurumukhi demuestra una fuerte conceptualización de los valores indioiranies, formándolo en un dialecto que no se deriva del punjabi, sino que más bien lo resalta volviéndolo un punjabi coloquial lejos del argot vulgar.
Si la bacteria problema fermenta lactosa y/o sacarosa, acidificará el medio en su superficie volviéndolo de color amarillo, mientras que si no lo es, la superficie del medio continuará de color rojo.
El incidente representó un momento decisivo en el futuro como relojero de Jon, volviéndolo un físico nuclear y presagiando la futura percepción que tendría del tiempo como algo predeterminado y todas las cosas dentro de él como determinadas, incluidas sus propias reacciones y emociones.
En el Siglo XX, se ha descubierto una forma de cultivar el kombu, volviéndolo barato y fácil de conseguir en cualquier lugar.
En el combate contra Jarrett, Vince Russo atacó a Killings, volviéndolo face.
Al llegar el toro a la jurisdicción del torero, este da medio giro hacia el lado contrario de por donde ha embestido el toro, levantando el capote, que pasa por encima de los lomos y volviéndolo a presentar de la misma manera, por el lado contrario.
Anubis lo hechiza volviéndolo mudo, y el Hombre Sabio entiende que no tiene otra opción más que aceptar el desafío.
La dulzura y el aroma enmascaran la alta graduación alcohólica que este licor contiene, volviéndolo potencialmente peligroso, especialmente en un cóctel conocido como hoz y martillo, donde este licor se mezcla con champán ruso.
Si se siente amenazado, Chimecho puede usar su llanto como arma defensiva, volviéndolo como ondas ultrasónicas que hacen retroceder a su enemigo.
Nikaidou crea un plan para conseguir el Embryo y secuestra a Suu , el tercer guardián de Amu , sin embargo con ayuda de los guardianes y de Ikuto, Amu la logra salvar y purifica el corazón de Nikaidou volviéndolo al lado del bien.
El pinchazo, sin embargo, hace que los oídos de Bart se inflamen, volviéndolo temporalmente sordo.
Un poderoso hechicero que antiguamente era un joven de buen corazón como Kun Lao, hasta que Shao Khang lo corrompió volviéndolo un hechicero cruel y malvado.
Sin embargo la letra también dice que no hay nada más dulce que el deseo en cadenas, reconociendo de algún modo que, los límites impuestos por las convenciones sociales y el amor, encadenan el deseo, volviéndolo paradójicamente más dulce y más deseable.
Después de darse mucha importancia, haciendo que lo enseñaba y volviéndolo a guardar, con lo cual la curiosidad de las otras llegaba al punto de la desazón nerviosa, de repente ponía el papel en las narices de sus amigas, diciendo en tono triunfal: ¿Y eso?.
El joven sacó del chaleco un sobre arrugado, y volviéndolo boca abajo encima de la mesa, hizo saltar del mismo cinco pequeñas semillas secas de naranja.
Certamen celebraban en el jardín las flores durante la primaveral estación, volviéndolo paleta, donde lucían los rosales su espléndida gama que va, por entre perfumes, desde el blanco al bermejo, los claveles, sus amarillos y sus grana, los pensamientos, sus caritas de gnomo, los lirios y violetas, sus obispales vestiduras, los jazmines, su nácar, los nardos, su marfil.
Las copas de caña con limonada, bebida clásica del paisano, eran vaciadas y vueltas a llenar con una rapidez que había entusiasmado al pulpero, volviéndolo más amable que un peluquero francés.
Corrí al campo, deposité en el hoyo el contenido de mi último viaje, arrojé lejos la tierra, que ahora reemplazaban masas enormes de oro, y volviéndolo todo a su orden habitual en la tienda, rendido de fatiga, pero el alma cerniéndose en espacios infinitos, tendime en mi cama y cerré los ojos, menos que para dormir para entregarme a mis pensamientos.
Luego alargó el brazo fuera de la ventana, empuñando el espejo y el pañuelo rojo, agitó el pañuelo tres veces, levantándolo y volviéndolo a bajar.

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