Ejemplos con voluntades

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

En resumen, las voluntades separatistas de los bolcheviques del Krivoy Rog-Donetsk contradecían las necesidades de la construcción estatal.
por bien de paz et de concordia et por tirar odios, rancores, malas voluntades, dannos, travayllos, gastos, intereses, lesiones, muertes, feridas, golpes, peleas, bregas, depredaciones, guerras, desensiones entre las dichas partidas.
La palabra es la herramienta que dá libertad de pensamiento, es el vehículo insustituible para el acuerdo de voluntades, análisis de los problemas, toma de decisiones y deliberación de los distintos asuntos.
Warlock aprovechó para entrar en contacto con el guantelete, y tuvo lugar un duelo de voluntades entre Warlock y su contrapartida mala, que acabó cuando Eternidad e Infinito se descubrieron fusionados.
Este principio parte del supuesto de la igualdad de las voluntades de las personas, de que ninguna tiene un valor superior a otra.
Es el acuerdo de voluntades entre el autor de una obra intelectual o artística y el editor, por medio del cual el primero o su causahabiente, se obliga a entregar una obra al editor, quien se obliga por su propia cuenta y a sus expensas o reproducirla, distribuirla y venderla, así como, a pagar al primero una contrapertación denominada regalía.
A esa resultante de voluntades individuales, en el marco de un contrato social que vincula a los ciudadanos, Rousseau la llamó voluntad general.
Por definición, el contrato es un acuerdo de voluntades libres.
Según la leyenda, Talmannon, aliado con las serpientes y dominando las voluntades de todos los magos mediante un artefacto llamado Shiskatchegg, el Ojo de la Serpiente, dominó Idhún durante un milenio, hasta que los unicornios, que no podían ver a sus elegidos esclavizados, decidieron actuar.
En el video en donde estaba la tía diciendo sus últimas voluntades, les deja un mensaje a Patty y a Selma de que no se quedasen solas, que formaran una familia.
Concertando voluntades y canalizando los esfuerzos e inquietudes de los diversos estamentos de la comunidad, es posible hacer realidad un mundo sin cáncer.
Como proyecto de revista y de otros productos culturales, tuvo el enorme mérito intuitivo de saber poner acuerdo y de juntar voluntades y estilos de muchas personas, de muchos entonces candidatos a artistas, que pululaban en aquel Madrid enloquecido y divertido que aspiraba a salir de su complejo de Villa y Corte rancia y franquista.
Porque se hacia la cuenta, que con abalorios que llevaba, podria comprar caballos de los indios, y cautivarles voluntades, pero como no esperaba conseguir licencia para practicar esta especie, trató de volverse al puerto en otras cuatro jornadas.
Yo bien sé que los libros son la expresión de la sociedad, y que la sociedad sólo a medias es discípula de los libros, pero ¿quién negará que cada uno de ellos es leña echada en el fuego de la concupiscencia, incentivo del general descreimiento, piedra en que tropiezan las voluntades mal inclinadas, ocasión nueva de desaliento para las voluntades marchitas? Por eso es obligación ineludible en el escritor cristiano y de bien ordenado entendimiento, aplicar su ingenio a la reparación del edificio social, lidiando por la familia, que es su primera y necesaria base.
De donde resulta el que haga moverse a sus personajes como máquinas o como víctimas fatales de dolencias hereditarias y de crisis nerviosas, con lo cual, además de decapitarse al ser humano, se aniquila todo el interés dramático de la novela, que sólo puede resultar del conflicto de dos voluntades libres o de la lucha entre la libertad y la pasión.
Y si esta energía no se desenvuelve en el vacío de la contemplación, ni se apaga estéril en el campo de las ideas y del pensamiento puro, región helada y poco accesible a la mayoría de los humanos, sino que lucha a brazo partido con las fuerzas tiránicas de la naturaleza física o con otras voluntades personales tan imperiosas y tan férreas como la del héroe mismo, la emoción llega a lo trágico, y en medio del conflicto se disfruta el espectáculo más digno de la consideración humana, el que más eleva y ennoblece el espíritu, el de un poder racional y consciente en el pleno uso y ejercicio de su soberanía, que se reconoce y afirma más a sí propia cuando más braman en torno suyo las tempestades y más amenazan vencerla y sumergirla.
Al cabo se logró apaciguar el alboroto ya que no concertar las voluntades, hacía algunos meses resfriadas.
De aquí el que fiel a su destino, Martí viviera como corresponsal de periódicos, moviéndose de acá para allá, remitiendo correspondencias a un diario denominado y después a de Buenos Aires, ganándose su subsistencia modestísimamente de este modo, a fin de girar por el mundo, aunando voluntades aquí como allí, reuniendo fondos, procurando contar con la colaboración de los que podían ponerse al frente del movimiento, y no desmayando nunca ante ningún desastre, ni ante ningún desengaño.
Era necesario , conciliar todas las voluntades, ahuyentar todos los escrúpulos, ahondar en cualquier rincón en que pudiera encontrarse un ochavo, escarbar en todo muladar en que pudiera hallarse un pelotón de hilas sucias, agotar todos los recursos de fiestas, bailes, toros, beneficios, francachelas y festivales, con que la caridad moderna ha encontrado el secreto de enjugar las lágrimas, al mismo tiempo que ensancha los corazones, refocila los estómagos y estira las piernas ¡Socorrer a los heridos del Norte! ¡Qué anzuelo tan a propósito para pescar desde las carlistas más recalcitrantes hasta las liberales más radicales! Por eso había pensado él, para dar aquel barrido general y definitivo, en un gran baile, una fiesta sonada y famosísima, de , que debía dar , Curra, convidando a todo el Madrid explotable, desde la presidenta consorte del comité carlista, hasta la ministra cesante, esposa dignísima del excelentísimo señor don Juan Antonio Martínez Y allí, al calorcillo del champagne, que ablanda los corazones compasivos, bajo la influencia de las vanidades estimuladas que excitan el deseo de figurar, tender la red de la caridad, echar el anzuelo de los infelices heridos del Norte y pescar de una sola redada entre las mallas de la asociación de señoras a todo el Madrid femenino capaz de soltar la mosca Celebraríase luego una junta general preparatoria en casa de Butrón mismo, presidida por Genoveva, y en ella había de presentarse y aprobarse por sorpresa la candidatura de una junta directiva, preparada ya antes, en que entrasen todos los elementos tan hábilmente combinados, que el partido restaurador tuviese mayoría y pudiera Butrón, entre bastidores, manejar a la Junta y a la Asociación entera con la misma facilidad con que se maneja el manubrio de un organillo.
Paco, prometiendo empleos para cuando volviese al poder, que sería pronto, vendiendo protección, y conquistando voluntades.
Para tratar, dirigir, ganar almas y someter voluntades, había sido maravilloso allá en los pueblos del extremo Oriente, pero como había salido de España muy mozo, y apenas había vivido en esta sociedad artificiosa y algo refinada de nuestro siglo, cuya cultura y usos convencionales se extienden hasta las aldeas, lo veía y estimaba todo con cierta sencillez selvática, interpretando las palabras y las acciones de diverso modo que el vulgo.
Finalmente, entre paredes y entre soledades, acompañada no mas que de mis criadas, fuí creciendo, y juntamente conmigo crecia la fama de mi gentileza, sacada en público de los criados y de aquellos que en secreto me trataban, y de un retrato que mi hermano mandó hacer a un famoso pintor, para que, como él decia, no quedase sin mí el mundo, ya que el cielo a mejor vida me llevase, pero todo esto fuera poca parte para apresurar mi perdicion, si no sucediera venir el duque de Ferrara a ser padrino de unas bodas de una prima mia, donde me llevó mi hermano con sana intencion y por honra de mi parienta: allí miré y fuí vista, allí, segun creo, rendí corazones, avasallé voluntades, allí sentí que daban gusto las alabanzas, aunque fuesen dadas por lisonjeras lenguas, allí, finalmente, vi al duque y él me vió a mí, de cuya vista ha resultado verme ahora como me veo.
Ya, señor, sabéis la riqueza y la nobleza de mis padres, y como yo soy su único heredero: si os parece que éstas son partes para que os aventuréis a hacerme en todo venturoso, recebidme luego por vuestro hijo, que si mi padre, llevado de otros disignios suyos, no gustare deste bien que yo supe buscarme, más fuerza tiene el tiempo para deshacer y mudar las cosas que las humanas voluntades.
Y, en diciendo esto, don Fernando y todos los demás se le ofrecieron, con todo lo a ellos posible para servirle, con palabras y razones tan amorosas y tan verdaderas que el capitán se tuvo por bien satisfecho de sus voluntades.
Y, como la hermosura tenga prerrogativa y gracia de reconciliar los ánimos y atraer las voluntades, luego se rindieron todos al deseo de servir y acariciar a la hermosa mora.
Bien es verdad que el Anselmo era algo más inclinado a los pasatiempos amorosos que el Lotario, al cual llevaban tras sí los de la caza, pero, cuando se ofrecía, dejaba Anselmo de acudir a sus gustos por seguir los de Lotario, y Lotario dejaba los suyos por acudir a los de Anselmo, y, desta manera, andaban tan a una sus voluntades, que no había concertado reloj que así lo anduviese.
Ella me dijo, tan segura como yo de la traición de don Fernando, que procurase volver presto, porque creía que no tardaría más la conclusión de nuestras voluntades que tardase mi padre de hablar al suyo.
Pero, puesto caso que corran igualmente las hermosuras, no por eso han de correr iguales los deseos, que no todas hermosuras enamoran, que algunas alegran la vista y no rinden la voluntad, que si todas las bellezas enamorasen y rindiesen, sería un andar las voluntades confusas y descaminadas, sin saber en cuál habían de parar, porque, siendo infinitos los sujetos hermosos, infinitos habían de ser los deseos.
La hermosura, por sí sola, atrae las voluntades de cuantos la miran y conocen, y como a señuelo gustoso se le abaten las águilas reales y los pájaros altaneros, pero si a la tal hermosura se le junta la necesidad y la estrecheza, también la embisten los cuervos, los milanos y las otras aves de rapiña, y la que está a tantos encuentros firme bien merece llamarse corona de su marido.

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