Ejemplos con viático

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Cerca de morir le llevaron el viático con la pompa tradicional de viejas épocas, con campanillas acompañamiento numeroso de amigos, curiosos, parientes, sacerdotes y monaguillos.
Cuando se administra la comunión a un enfermo terminal se conoce al sacramento con el nombre de viático.
Se ofrece a los que están próximos a morir, junto con la Eucaristía como un viático para el último viaje del hombre.
De allí, habiendo acopiado un buen viático, se retiró a Atenas, donde se mantuvo hasta su muerte, fuera de un poco tiempo que estuvo en Tebas.
En este sentido uno de sus cuadros más impactantes es El Viático dado a un mendigo moribundo, gracias al cual es premiado por la Diputación de Valencia con un pensionado para continuar su formación fuera de España.
En el momento de darle el Viático había unas mujeres en el pasillo del caserío con velas encendidas.
Un sacerdote vadeaba a caballo su desembocadura para llevar el Viático a un moribundo, cuando tropezó la bestia, y abriéndose el copón cayeron las hostias, siendo arrastradas por la corriente.
A la mitad de la novena sale de la sacristía un monaguillo que lleva un farol y va tocando una campanilla, detrás viene un clérigo con el Viático.
Pareciole a Mateo que tardaba mucho el santo Viático en salir de la casa, en cambio, Bruno, más sereno y menos impaciente, apreció, sin oír ni ver relojes, que habría tiempo para todo, siempre que no les entretuviesen.
Mantuviéronse los muchachos silenciosos en su habitación, mientras Doña Leandra, que ya no salía del lecho, confesaba con el cura minúsculo, y cuando su hermana Lea les dijo que muy pronto se traería el Viático, hicieron sus cálculos para la distribución del tiempo en aquella tarde, pues no podían ni querían dejar de asistir a la piadosa ceremonia en su casa y al propio tiempo deseaban echar un vistazo a los Príncipes franceses, Aumale y Montpensier, que harían su entrada solemne en la Corte, suceso extraordinario y aparatoso que despertaba curiosidad vivísima en el vecindario de los Madriles.
Pensóse entonces en traer el santo Viático al enfermo, y este acogió la noticia entornando los ojos con humildad profunda, diciendo siempre:.
Llegó el Viático, y recibiólo el enfermo con muchas lágrimas y cierta especie de pavor afectuoso y humilde, que le hacía repetir de continuo:.
Ya el doctor mandó que se disponga, y a las cinco recibirá el Viático.
¿Sí? Pues date por avisado: al Santo Viático, al granuja que lleva el farolón y a tí os tiro escaleras abajo.
Pero, entiéndelo bien, si traes confesor, viático vamos, cualquier tontería que pueda asustarle y provocar en su enfermedad una crisis peligrosa, te juro, por mi madre y por el amor de la mujer a quien quiero, que no te trataré como a hermano.
Fortunata, Fortunatita, abra usted los ojos, y no se nos muera así tan tontamente Le traeré el Viático, si quiera la Santa Unción ¡Eh!, hija, chica Quia, no se entera Esto está perdido.
Plácido, ¿va a venir el Viático?.
En la parte del corredor que había de recorrer el Viático, mandó que se pusieran las niñas que lucían pañuelo de talle, y como no tuvieran velas, ordenó que se les diesen.
La noche que me dieron el Viático, en el momento aquel, miré para este lado y lo primero que vi fue a , con una vela en la mano.
A ver, Plácido, cuéntanos aquel lance tuyo cuando te arrodillaste delante del sereno, creyendo que era el Viático.
Nada afligía tanto su honrado corazón como la idea de que Barbarita se enterara de aquel chasco del Viático.
Creyó que era el Viático, y arrodillándose y descubriéndose, según tenía por costumbre, rezó una corta oración y dijo: ¡que Dios le dé lo que mejor le convenga!.
Por el respeto con que su mamá los cogía y los guardaba, creía Barbarita que contenían algo así como el Viático para los enfermos, o lo que se da a las personas en la iglesia cuando comulgan.
La vez primera que administraron el Viático a D.
Dijo verdad, porque en oyéndola, prudentemente se retiraron a la sala las otras dos mujeres, y los hombres aún no habían vuelto de la iglesia, a donde habían ido para acompañar al viático.
=== Al oír la campanilla que anuncia el viático ===.
El santo Viático entró en un pobre corral cercano a su casa, y cuando de allí salió, después de dejar el socorro del alma, entró el de la vida, que en persona fue a llevarle Luisa.
¡Yo lo vi todo! ¡Yo vi a los enfermos salir del lecho de agonía, arrastrando las sábanas como un sudario, y perecer a manos del soldado extranjero, sobre el umbral de la misma alcoba en que penetró el día antes el Viático! ¡Yo vi tendida en esta calle a una mujer degollada, y a su lado el tierno infante, que mamaba todavía del pecho de la madre muerta! ¡Yo vi al esposo maniatado presenciar la profanación del lecho nupcial, y a los niños que lloraban en torno de tanto horror, y a la desesperación y a la inocencia apelando al suicidio, y a la impiedad escarneciendo los cadáveres! ¡Ah! ¡Malditas sean las armas extranjeras!.
incorpora a los muertos, pide el Viático,.
Pero llevando por viático treinta reales, ¿a dónde se va? Y la oscuridad de la tragedia se hacía más densa aún.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba