Ejemplos con verídica

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Relata la historia verídica de Las grandes atrocidades de Wyrley.
Así logra crear la atmósfera que pretende, más que ofrecer una representación verídica.
De ese modo, a pesar de que la experiencia narrada es verídica, el escritor consigue el alejamiento indispensable para confeccionar un relato literario fluido y correcto, donde la pasión y crudeza de los argumentos se matizan con naturalidad gracias al tamiz sutil de la mejor y más cuidada expresión narrativa.
Deberes: el derecho del pueblo a una información verídica , concretado en el derecho a recibir una imagen objetiva de la realidad por medio de una información precisa y completa , la Declaración proclama el deber de adhesión del periodista a la realidad objetiva.
Relacionado con el Principio sobre el derecho de los ciudadanos a acceder a una información verídica, el periodista tiene el deber de adherirse a la realidad objetiva.
Con esto, se ha querido reflejar de forma más verídica cómo ha cambiado en los últimos años la interacción entre profesores y alumnos en la mayoría de institutos de España.
Se denominan datos técnicos o características técnicas a la información que de forma obligatoria o voluntaria tienen que ofrecer los fabricantes de equipos industriales o maquinaria para que los posibles compradores puedan conocer de forma verídica las prestaciones de los mismos, a fin de poder elegir el más apropiado a sus necesidades así como poderlo comparar con el mismo producto que puedan fabricar otros fabricantes.
Whitmer, Cowdery y Harris firmaron luego un testamento declarando la realidad verídica de la susodicha visión.
Después de sus varios años de encuesta, el determino que esta era la más posible y verídica versión sobre la fundación de Cotija.
En la serie frecuentemente se hacía referencia a un colegio rival, llamada Bronx Science , clara referencia a la verídica Bronx High School of Science situada en el Bronx.
Después del éxito, el Boston Globe desmontó mucho de lo reseñado en Bringing Down the House, defendiendo que muchos de los hechos del libro nunca tuvieron lugar y concluyendo que no se trata de una obra verídica en ningún sentido de la palabra.
¡Lástima que muriesen sin decir palabra! Relataba la historia verídica de la caverna de Formentera, donde los normandos habían guardado los productos de sus piraterías en España e Italia: santos de oro, cálices, cadenas, joyas, piedras preciosas y monedas medidas a celemines.
Para volver a encontrar al protagonista de esta verídica historia, no nos bastaría ya la luz del candil de su taberna.
Se habían sucedido junto a él proporcionándole la dulce ilusión más o menos verídica que acompaña el amor.
Las Indias representaban, según Cervantes, el refugio y el amparo de todos los desesperados de España , y como la desesperación era el estado natural de los españoles de entonces, de aquí que el libro debió tener una segunda parte, verídica y lógica, relatando cómo el aventurero de Indias se quedaba allá para siempre, y los aventureros de Italia y Flandes, aburridos de un heroísmo pobre y sin gloria, acababan por irse al Nuevo Mundo, y el preso hacía lo mismo al salir de la cárcel, y el pleiteante seguía idéntico camino, viéndose sin otra subsistencia que la sopa boba, y hasta el fraile acababa sus días en un monasterio colonial adoctrinando vírgenes cobrizas y cuidando los naranjos recién traídos de la Península.
¿Quién era la mujer que en aquel momento obtenía los favores del sultán de Sarrió? La blonda Nieves, responderán a una voz cuantos hayan seguido el curso de esta verídica historia.
No refiero lo que Cabeza me contó del engaño y disparate de su casamiento, porque no añade ni quita interés a esta verídica historia.
Después de recorrer una por una las casas del pueblo, me ha dicho persona verídica que la brigada que manda ese señor no está ya en el ejército del Norte, sino en el de Aragón.
Concluye ésta, entre verídica o imaginaria historia, con el raro ejemplo de una mujer que todo lo pospone al deseo de ser amada.
Es cosa muy cargante para el historiador verse obligado a hacer mención de muchos pormenores y circunstancias enteramente pueriles, y que más bien han de excitar el desdén que la curiosidad del que lee, pues aunque luego resulte que estas nimiedades tienen su engranaje efectivo en la máquina de los acontecimientos, no por esto parecen dignas de que se las traiga a cuento en una relación verídica y grave.
Contó el ex-coronel aventuras con solteras y casadas, que a su amiga le parecían mentira, y no las habría creído si no las oyera de labios de persona tan verídica y formal.
¿Era su intención molestar de este modo al infame sobrino, o realmente no había en el edificio otra pieza disponible? No lo sabemos, ni las crónicas de donde esta verídica historia ha salido dicen una palabra acerca de tan importante cuestión.
Como no es indispensable para el interés de esta verídica historia, sólo haremos un extracto de tan vivo y erudito diálogo, que no era sino repetición de los que sobre puntos análogos resonaban todas las noches bajo el artesonado de la ilustre casa.
Pero Dios lo dispuso de otra manera, y llevó sanos y contentos a la villa aragonesa a los dos principales personales de esta verídica historia, los cuales, una vez descansados del viaje y repuestos del susto, no pensaron más que en casarse, acertada idea que a toda persona en aquellas circunstancias se le hubiera ocurrido.
También se habrá echado de ver en el curso de la presente verídica historia, que don Cándido, antes y después de casado, como se dice vulgarmente, no había reservado pluma.
Tenemos que dejar por breve tiempo estos personajes, para ocuparnos de otros que no por ser de inferior estofa, representan en nuestra verídica historia papel menos importante.
Dicha casucha la hemos descrito minuciosamente al final del capítulo II de esta verídica historia.
Las de la verídica historia cuya fisonomía trazamos ahora a grandes pinceladas, no eran, en general, de la clase media siquiera, ni de la que mejor educación recibe en Cuba, y puede creerse sin esfuerzo que sus rasgos de galantería y de cariño en ninguna circunstancia tenían nada de delicados ni de finos.
Habrá comprendido ya el discreto lector, que la de las anteriores páginas no es otra que Cecilia Valdés, la misma jovenzuela andariega que procuramos darle a conocer al principio de esta verídica historia.
ser mi relacion verídica, y no haber embarazo para mi transporte: pero que, atendiendo al piadoso fin que me trajo, y que estos pueblos estaban escasos de operarios apostólicos, por no haber venido los curas doctrineros, me mantuviese en dicho pueblo para dar el pasto espiritual a los indios, y finalizados que fuesen, seguiría mi viage.

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