Ejemplos con vendo

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

La producción de este disco estuvo a cargo del reconocido músico Afo Verde, y se compone, el primer álbum de once temas de estudio, donde Natalia participa en Una Fiesta, Yo vendo unos ojos negros, Quiéreme como te quiero yo y se incluye su versión solista de Si supieras, donde demuestra su madurez como vocalista y como intérprete.
Tengo cara de niña, pero con rasgos sensuales, sin embargo, no me vendo como una bomba sexual, soy una profesional con historial, vengo del teatro y del cine.
Me dije: Si la vendo, me vuelvo loco.
Incluso rozan esta vez, un canto más ligado al folklore puro en canciones como, la potente El que toca nunca baila o la gran adaptación interpretada años atrás por Los Chalchaleros, Yo vendo unos ojos negros, y que fuera para muchos piedra basal en la iniciación folklórica.
Vendo por un pedazo de pan mis tiradas de prosa política, mis ideas no las vendo por ningún tesoro.
¿Y qué hago yo con un triste estipendio? ¿Cree que yo me vendo?.
Es que yo no me he vendido, me contestó con una expresión singular: por lo mismo la vendo a ella.
Cuando recojo mis racimos y los prenso en el lagar, y hago el vino rojo, y lo vendo, y lo cato, he cumplido la tarea que el Señor me impuso.
¡Oh, no, no me caso! Pero, entre tanto, ¿qué debo yo a esa sociedad? ¿Por qué he de temerla? Además, ¿no está demostrado que represento por hombre, y por hombre ilustrado, un capital mucho mayor que el que pueda tener en dinero mi mujer, por grande que él sea? Luego si me caso con Teresa, no me vendo: será que yo la elijo, no que ella me compra.
-¿Y eso por quién, por mó de ése?, ¡a ése lo jago yo cisco y lo vendo por carboncilla! ¡por ése.
–Pues aquel sujeto, ahí donde usted le ve tan bien vestido, suele traerme los días que hay apretura para ver la ópera algunos billetes, que le vendo por una friolera: al duplo o al triplo, según es aquélla, da una gratificación por una o dos docenas a quien se las proporciona a poco más del justo precio, y viene a sacar veinte, cuarenta o sesenta reales en luneta, estoy seguro que la Semíramis le ha valido más de tres onzas, luego suena que yo soy el vendedor, porque saca con mi mano el ascua, y él gana mucho y no pierde su opinión, y yo, de quien dicen que no la tengo porque se le figura a la gente que un hombre mal vestido o que sirve a los otros por precisión está dispensado de tener honor, gano poco de dinero y no gano nada en crédito.
Si yo vendo pan, no es pan, sino levadura o fermento.
Márchate, que ya no la vendo.
yo soy un ambicioso, y lo que es peor, mil veces peor, infinitamente peor, yo soy avariento, yo guardo riquezas mal adquiridas, sí, mal adquiridas, yo soy un déspota en vez de un pastor, yo vendo la Gracia, yo comercio como un judío con la Religión del que arrojó del templo a los mercaderes.
Cada día vendo una cosa.
Pero sé muy bien que ese pescado que yo vendo, y ese dinero que me dan por él, y con el cual compro el estambre que luego hilo, no es más que una limosna, y como tal la recibo.
Y para ocupar parte del tiempo, vendo y compro.
»-Gracias -dijo Luigi retirando la mano-, os doy un servicio, pero no os lo vendo.

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