Ejemplos con vendré

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Sin embargo, se pueden sustituir por sintagmas preposicionales: Vendré en el lunes, durante el lunes.
Algunos sintagmas nominales pueden funcionar como complementos circunstanciales: Vendré el lunes.
Así Jesús, para cuya venida se han preparado los cristianos durante el Adviento y a quien se dirigen con estos siete títulos mesiánicos, les habla ahora: Mañana vendré.
Si se empieza por el último título y se toma la primera letra de cada una Emmanuel, Rex, Oriens, Clavis, Radix, Adonai, Sapientia se forman las palabras latinas ero cras, que significan Mañana vendré.
Las primeras letras de los títulos leídas en sentido inverso forman el acróstico latino Ero Cras , que significa Mañana, yo vendré , y reflejan el tema de las antífonas.
Te libertaré, vendré por ti muy pronto, espérame y ten ánimos.
¡Alberto! ¡Pequeño mío! Soy yo, tu abuela, ¿no me conoces? Vendré a verte todas las noches.
Dentro de quince días vendré a saber su resoluciónrepuso discretamente Miranda cogiendo el sombrero.
Noexclamó Lucía posando en el viejo su clara mirada: si no es que soy simple, es que no quiero entender, ¿lo oye usted? Porque si comienzo a cavilar en esas cosas, doy en no comer, en no jugar, en no dormir Esta noche de fijo no pegaría ojo y después dice el señor de Rada, en latín, que enfermo del cuerpo y que vendré a enfermar del alma.
¡María Soledad, espérame! Tienes los ojos abiertos y siento que me miras Ahora me voy, pero vendré pronto y para siempre a tu lado ¡Dios! ¡Dios! ¡Cativo Dios, por qué me llevaste a la Rusa!.
Pues nada, padre rector, comulgaremos los dos con el niño, y yo, no crea usted, vendré de uniforme.
No, madrina, ¡no hay que afligirse! Vendré a ver a ustedes cada ocho días.
No hagas tal, mujer, no hagas tal Vendré a tiempo.
No, Antonio, otro día vendré con menos prisa: he entrado para esperar a Nelet y continuar las compras.
Pero, en fin, vendré por tener el gusto de charlar un rato.
¡Horror! Hay que decirle que vendré cuando pueda plazo indeterminado los negocios y al volver a Madrid no parezco por el teatro en que ella esté.
Bueno, vendré, pero usted las lía de tanto madrugar.
Adiós, rica, vendré, vendré, y seremos buenos amigos.
Sí, sí, vendré, vendrérepetía el estanquero, que ya sentía prisa por marcharse: mas ella, como si quisiese sellar su amoroso contrato de un modo inolvidable, dio un salto de pantera celosa, y arrojándosele al cuello le abrazó, besándole el cerdoso bigote, al mismo tiempo que decía con la voz astutamente entrecortada por la emoción:.
Por eso no puedo tirar mucho de la cuerda, y esta noche no vendré.
Tú no te separas de aquí, y si despierta el niño, le arrullas y le meces, diciéndole que yo vendré en seguidita Cuidado cómo te separas de él.
¿Cómo voy a colocarlo yo? Téngalo usted, yo guardo el recibo y vendré todos los trimestres a recoger el premio.
Pues si quieres volver mañana, yo vendré a llamarte.
¡Pero volveré! ¡Volveré con oro bastante para pagar mi deuda y ahogar despues en onzas a mi deudor! ¡Volveré, sí, y vendré a este mismo sitio tal dia como hoy.
Prometo que vendré a saberlo, a recibir la confirmación -indicó el joven, con intención de retirarse.
—Y cómo si vendré, replicó Loaysa, y aun con tonadicas nuevas.
Y si quiero con desdenes despedille, en término le veo que, no usando el que debe, usará el de la fuerza y vendré a quedar deshonrada y sin disculpa de la culpa que me podía dar el que no supiere cuán sin ella he venido a este punto.
¿No vees, ladrón, que la sangre y la fuente no es otra cosa que estos cueros que aquí están horadados y el vino tinto que nada en este aposento, que nadando vea yo el alma en los infiernos de quien los horadó? No sé nada respondió Sancho, sólo sé que vendré a ser tan desdichado que, por no hallar esta cabeza, se me ha de deshacer mi condado como la sal en el agua.
Pero lo que más me le quitó de las manos, y aun del pensamiento, de acabarle, fue un argumento que hice conmigo mesmo, sacado de las comedias que ahora se representa, diciendo: Si estas que ahora se usan, así las imaginadas como las de historia, todas o las más son conocidos disparates y cosas que no llevan pies ni cabeza, y, con todo eso, el vulgo las oye con gusto, y las tiene y las aprueba por buenas, estando tan lejos de serlo, y los autores que las componen y los actores que las representan dicen que así han de ser, porque así las quiere el vulgo, y no de otra manera, y que las que llevan traza y siguen la fábula como el arte pide, no sirven sino para cuatro discretos que las entienden, y todos los demás se quedan ayunos de entender su artificio, y que a ellos les está mejor ganar de comer con los muchos, que no opinión con los pocos, deste modo vendrá a ser un libro, al cabo de haberme quemado las cejas por guardar los preceptos referidos, y vendré a ser el sastre del cantillo.

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