Ejemplos con vascongados

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Una vez formada la compañia de Ferrocarriles Vascongados y concluida la línea Bilbao-San Sebastián, este trano se consideró un ramal de la línea principal.
La fundaron un grupo de viscaínos, guipuzcoanos y alaveses, para dar culto a San Ignacio y atender las necesidades morales y físicas de todos los vascongados residentes en Madrid que lo necesitasen.
Fue entonces cuando, con la colaboración de Ferrocarriles Vascongados, se creó el servicio directo entre Zumárraga y San Sebastián, conocido popularmente como el talguillo.
Las condiciones de trabajo siempre estuvieron marcadas por el escaso resultado económico de la empresa y fueron peores que las de los trabajadores de la compañía hermana Ferrocarriles Vascongados.
A través del ferrocarril del Urola se unía la localidad de Zumárraga, que era un nudo ferroviario importante al coincidir allí, en un mismo punto, en la llamada Plaza de las estaciones tres líneas ferroviarias: la del ferrocarril del Norte, línea de gran importancia por ser la que unía, por Irún, Madrid con París, a la postre una de las principales líneas de RENFE, la línea de vía estrecha de los Ferrocarriles Vascongados que enlazaba con Vergara y de allí con Vitoria y Eibar y allí con la línea de los Vascongados Bilbao - San Sebastián, y la línea del Ferrocarril del Urola que enlazaba con Zumaya, su puerto, y la línea de vía estrecha de los Vascongados que une Bilbao con San Sebastián.
La tradición legendaria puede tener mucha trama basada en lo verídico, pues la zona alta de Castilla fue repoblada además de con cántabros con muchos vascongados y navarros, a la par de mozárabes.
Pero los españoles vascongados y andaluces estuvimos bebiendo y cantando hasta muy entrada la noche.
Doña Hortensia sentía una extremada debilidad por las preeminencias nobiliarias, y resultó cosa no muy rara entre vascongados, que teníamos un apellido común.
Dolorcitas, a pesar de ser hija de vascongados, era tan aguda y tan redicha como una gaditana.
Me despedí de este paisano, que sin duda no era un caso muy significativo de ternura matrimonial, le conté la conversación a mi segundo, e hicimos una serie de indagaciones entre capitanes, pilotos y contramaestres vascongados.
Es una lástimales dijo una vez Garmendiaque los vascongados, a pesar de ser tan religiosos, sean tan borrachos.
A los diez minutos de escuchar supo cuanto saber no quisiera: que Artegui estaba en París, que vivía en la casa de al lado, que se podía pasar a su domicilio por el jardín, puesto que uno de los vascongados declaraba haber lo hecho aquella mañana con objeto de visitarle.
Había grupos de huéspedes que conversaban esperando, la mayor parte hablaban de la muerte de Pilar en voz queda, por consideración a Miranda, a quien conocían, sólo un núcleo de tres o cuatro navarros y vascongados platicaban de recio, por ser el asunto de su conversación de aquellos que no encierran misterio alguno.
Pero muchas de esas repúblicas, después de su independencia, se han dedicado a matar al indio, a suprimirlo con una crueldad más fría y razonada que la de los virreyes y gobernadores, a organizar el exterminio metódico y el reparto de los niños, para que no quedase ni simiente Nietos de gallegos y vascongados han cantado los intentos de rebelión de los indios contra la metrópoli, viendo en ellos los primeros vagidos de la Independencia, cuando no fueron más que revueltas de razas, sublevaciones de color.
No iba ni uno que tuviera los cuatro apellidos vascongados.
El doctor únicamente había sentido el roce de la vida, algún domingo por la tarde, en los chacolines de las afueras o en la explanada de la Casilla, donde las criadas y los obreros danzaban, al son de orquestas callejeras, los bailes vascongados y de la montaña de Santander.
Cada vez son más: en Bilbao, hay que buscar casi con candil los apellidos vascongados.
Eran vascongados, pero Aresti encontraba en sus ojos duros, en la melosidad con que robaban a los parroquianos despreciándolos, y en su aspecto miserable, algo que le hacía recordar a los judíos.
Los vascongados que trabajan en el ferrocarril, tocaban la flauta de boj toscamente labrada, haciendo como quien dice rancho aparte, y bailaban a las pasiegas con más donaire y animación.
Entonces estaba muy de moda entre los jóvenes pudientes de aquí, irse a San Juan de Luz y a Bilbao, con motivo de unos célebres partidos de pelota que había a cada paso entre vascongados y bayoneses.
Mi padre, que tenía la costumbre de toda la vida de levantarse antes de amanecer o lo más tarde al rayar el alba, para bajar un cesto de cebo a los bueyes, que eran uno de sus amores, como es muy común en los labradores vascongados, se levantó a la hora acostumbrada, y al acercarse a la ventana, no sé si para ver qué tiempo hacía o por qué ladraba furiosamente el perro, retrocedió profundamente sorprendido y alarmado: una partida de cristinos, cuyo correaje blanco se distinguía muy bien, a pesar de que aún no era día claro, estaba rodeando la casa.
-Vaya, vaya, se acabó, dejarse de historias -dijo el pacífico Martín, saboreando el humo de su pipa con una delicia que comprenderías si supieses hasta dónde llevan los vascongados su pasión al tabaco, tan anatematizado por los médicos y los escritores.
, desapareció a causa del continuo trato de los encartados con los castellanos, reemplazándole el idioma de estos últimos, mezclados de voces y giros vascongados.
Llamado por el Duque, pasó el ayudante a la sala de audiencias para hacerse cargo de todo el papelorio que dejaban los dos pedigüeños de gollerías, y al abrirse la puerta oímos a Narváez que gritaba: «¿Pero esto es España o la ermita de San Jarando que hay en mi tierra, donde cada sacristán no pide más que para su santico? Ea, caballeros, yo estoy aquí para mirar por el Padre Eterno, que es la Nación, y no por los santos catalanes o vascongados.
Eran la trinca riojana y otra mixta de burgaleses y vascongados.
Pues, para su gobierno, sepa que doña Salomé pasó a mejor vida el día de San Juan por la tarde, y que don Baldomero y su hija, que entre paréntesis es preciosa, salieron por el Norte hace bastantes días, en compañía de dos curas vascongados y una religiosa francesa.
Bajaron primero dos campesinos vascongados y un cura, luego, un hombre rubio, al parecer extranjero, y después saltó una muchacha morena, que ayudó a bajar a una señora gruesa, de pelo blanco.
En las Vascongadas sólo he estado de paso, pero he conocido a muchos vascongados, los más han sido bilbaínos, capitanes de buque, y éstos son gente chapada a la antigua, con la que da gusto hablar, los que son casi intratables son los modernos, los enriquecidos con los negocios de minas, que no sólo niegan a España y hablan de ella con desprecio, sino que desprecian también a Bilbao y prefieren vivir en Inglaterra.

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