Ejemplos con tétrica

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Addams: es la mamá y cría a los niños, cuida de su planta carnívora Cleopatra y mantiene toda la casa sucia y tétrica.
Para la segunda parte, el compositor volvió también creando una musicalización mas tristona y tétrica como la propia película, aunque ciertamente más cercana a los estándares normales del músico.
Algunos dicen que se trataba de una niña pequeña en estatura, otros, de una mujer que, con tétrica vestimenta, solicitaba la comunicación con los vecinos que ocasionalmente transitaban por sus dominios con el temor de toparse con ella.
Las figuras están envueltas en una noche tétrica que contrasta con la iluminación de los protagonistas.
Es verdad que ya nadie duda de que él hubiese sido el fundador de El Tocuyo, pero parece que hasta este mérito indiscutible, se le quiere envolver bajo la sombra tétrica de la tristemente célebre ceiba tocuyana.
Mansión Boo: Espeluznante y tétrica mansión donde viven muchos Boo.
Golpeó con el palillo el parche lentamente para dar una tétrica gravedad a su canto monótono, soñoliento y triste.
En marcha se puso la tétrica procesión, Prado abajo, en dirección del santuario de Atocha.
Bajé después hacia el pie de la misma nave, donde vi, en soledad tétrica, olvidado de la devoción, un Cristo de espantosa anatomía, de espeluznante horror traumático, piernas y brazos en carne viva, con cárdenos bultos y cuajarones de sangre, que resultaban de una realidad viva por la reciente mano de barniz.
Y rápidamente se vió otra vez con todos sus muebles sobre el carro, errante por los caminos, en busca de lo desconocido, para crearse otra existencia, llevando como tétrica escolta la fea hambre, que iría pisándole los talones.
Imágenes horribles era lo que inspiraba la contemplación de estos campos abandonados, y su tétrica miseria aún resaltaba más al contrastar con las tierras próximas, rojas, bien cuidadas, llenas de correctas filas de hortalizas y de arbolillos, a cuyas hojas daba el otoño una transparencia acaramelada.
Como para apartar de sí toda imagen tétrica se miró entonces al espejo.
¡Creese un absurdo eso de morir, cuando todo se conmueve y resucita!—Ni ¿cuál será el arbol seco, cuál el corazón gastado que permanezca aterido cuando llueven del cielo promesas de amor y placidísimas esperanzas?—Por el contrario: ¡es tan grato dejar la capa umbrosa y tétrica, atacarse el pantalón de lana dulce, desabotonarse la levita de primavera, calzarse el guante de medio color y dar cuatro vueltas por el paseo de las Estatuas! ¡Es tan dulce comprar flores, comer fresa, revolcarse en los trigos, leer a la sombra de un árbol, fumar en Chamberí hablando con un amigo, tirar a la pistola en la Fuente Castellana, almorzar en la Alameda de Osuna, escribir versos en la Montaña del Príncipe Pío, tomar leche en la Casa de Campo! ¡Es tan hermoso vivir, andar, correr, dar brincos como un corzo, estirarse como un D.
Pasada aquella hora, desaparecía de su rostro rossiniano la seriedad tétrica que en la iglesia tenía, y volvía a ser el hombre afable, locuaz y ameno de las tertulias de tienda.
Jacinta, que había visitado algunas casas de corredor, no había visto ninguna tan tétrica y mal oliente.
Veo que pones una cara muy tétrica.
Jacinta observó en su mirada una expresión tan tétrica, que no pudo menos de decirse: Está ya completamente trastornado.
Decoraba tan tétrica pieza una mesa-escritorio, y sobre ella un tintero de cuerno, un viejísimo bade de suela, no sé cuántas plumas de ganso y una caja de obleas vacía.
Sí, señor, lo mismo la hija del Marqués o del Conde, que la del médico o el abogado y la del artesano o el campesino, así la doctora en amor de la metrópoli, como la tétrica de la ciudad sedentaria, y la díscola lugareña, todas hablan con el novio por el balcón, por la reja baja, por el tejado, por las rendijas de la puerta, por la tapia del huerto a la luz del sol, a la de la luna, a la de los faroles y a ninguna luz: ¡á la faz de los transeuntes, cuando los padres son gustosos, y de media noche para abajo, entre la una de la madrugada y el amanecer, cuando se opone la familia!.
Fadrique se avenía mal con la misantropía tétrica de Rousseau.
Hacía más imponente el cuadro el contraste de la luz del sol iluminando gran parte de los altísimos peñascos más próximos y reluciendo a lo lejos sobre las veladuras de los Picos, con la tétrica penumbra del fondo de aquel brocal enorme, cuyo lado más bajo me servía a mí de observatorio.
No vacilé más: busqué a mi tío, le hallé en su cuarto cerca de un brasero, hojeando unos papeles, tosiendo mucho y moviéndose mal debajo de la espesa ropa que le abrumaba, a la tétrica luz de la media tarde y al ruido ingrato de las celliscas y de los truenos que no cesaban afuera.
Como conocía la de que Facia, al revés de todos los demás, anduviera tan alicaída y tétrica las pocas veces que se dejó ver en la cocina.
-Por el de los puertus -me respondió la tétrica mujer muy apenada.
La joven Adela era sin duda alguna de las picantes, hermosa a sabiendas suyas y con una conciencia de su belleza acaso harto pronunciada, sus padres habían tratado de adornarla de todas las buenas cualidades de sociedad, la sociedad llama buenas cualidades en una mujer lo que se llama alcance en una escopeta y tino en un cazador, es decir, que se había formado a Adela como una arma ofensiva con todas las reglas de la destrucción, en punto a la coquetería era una obra acabada, y capaz de acabar con cualquiera, muy poco sensible, en realidad, podía fingir admirablemente todo ese sentimentalismo, sin el cual no se alcanza en el día una sola victoria, cantaba con una languidez mortal, le miraba a usted con ojos de víctima expirante, siendo ella el verdugo, bailaba como una sílfide desmayada, hablaba con el acento del candor y de la conmoción, y de cuando en cuando un destello de talento o de gracia venía a iluminar su tétrica conversación, como un relámpago derrama una ráfaga de luz sobre una noche oscura.
En el balcón sólo se veían unos girones de papel de cartelón, que el viento y los aguaceros habían destrozado, y que su dueño, cansado de renovar, dejaba ya en el mismo estado, con cuyo mal aspecto parecían poner en entredicho aquella tétrica y abandonada mansión.
El desgraciado Macías veía los preparativos recostado en un horcón de mi rancho y su tétrica fisonomía revelaba el sufrimiento de la desesperación.
El viento no incomodaba, las velas ardían iluminando un crucifijo de madera, en el que se destacaba, salpicada de sangre, la demacrada y tétrica faz de Cristo, el altar brillaba cubierto de encajes y de brocado pintado de doradas flores, resaltando en él la reluciente custodia y las vinajeras plateadas.
La luz tétrica.
una madrugada tétrica disipando las sombras, llenándome.

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