Ejemplos con tute

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

La botifarra o buti también es juego de naipes similar al tute y muy popular en Cataluña.
Cuando se canta tute: Gana la mano o el partido según la variante que se esté jugando.
El tute pierde en medio, también conocido como tute cabrón, es una variedad del juego de naipes del tute.
Las reglas son similares a las del tute, es decir, el orden de las cartas va de mayor a menor empezando por el As: As, tres, rey, caballo, etc.
Durante la primera quincena de agosto otras actividades van preparando el ambiente festivo para los días grandes: actividades y talleres infantiles, concursos de mus, tute y bolos y diversas charlas y conferencias conforman la semana cultural.
En la década del sesenta se destacó como dramaturgo y actor, con recordados trabajos actorales en las películas Tute Cabrero y Quebracho, así como libretista de Cosa Juzgada por televisión y en cine con La Raulito.
Han cargado contra los Tute Bianche!.
¡Están cargando contra los Tute Bianche, puerco Judas!, tenían que ir a Piazza Giusti, no a Via Tolemaide.
Por Via Tolemaide pasaba la manifestación autorizada de los Tute Bianche, una de las más numerosas con unas cien mil personas.
Agosto: campeonatos de tute, ping-pong, bolos, fútbol, espectáculos infantiles, verbena, etc.
Miguel, cura de la parroquia, anciano excelente aunque de cortísimos alcances, con quien se confesaba todos los meses, a quien daba sus ahorrillos para que los repartiese en limosnas a los necesitados, y con quien a menudo jugaba al tute.
Hemos pasado un día delicioso: hemos bailado, cantado, jugado al tute.
De sobremesa, si no jugaban al tute, el buen señor le contaba a su querida aventuras y pasos estupendos de su dramática vida militar.
A veces, cuando sentados todos, de noche, en torno de la camilla, leían periódicos o jugaban al tute por distraer a don José, Millán, espiando a Leocadia con el rabillo del ojo, creía descubrir en su fisonomía de madrileña vivaracha un gesto indefinible, un nublarse repentino de las pupilas, una ligera sombra de tristeza, en medio de la risa, que delataban incompletamente cierto afán de aspiraciones vagas o impulsos latentes de ambición mal entendida.
Me pondré a leer o a jugar al tute con el señor de Izquierdo.
Si estaba jugando al tute o al mus, únicos juegos que sabía y en los que era maestro, primero se hundía el mundo que apartar él su atención de las cartas.
Soñando estoy con las agradables veladas que vamos a pasar en el invierno, jugando a la malilla y al tute, disputando sobre nuestras no muy concordes teologías, y refiriendo yo a V.
¡Ya era tiempo de que me hiciese usted una visita como antiguamente! ¡Aquí tiene usted al oso enjaulado y aburrido, deseando tener con quién pelear! ¿Quiere usted que echemos una mano al tute? Pero.
¡Vamos señora, no diga usted simplezas! ¡Usted trabajar! ¡Trabajar con esas manos tan bonitas, que no me cansaba de mirar cuando jugábamos al tute! Pues, ¿a qué estoy yo en el mundo, si la hija de doña Teresa Carrillo, ¡de mi única amiga!, ha de coger una aguja, o una plancha, o un demonio, para ganarse un pedazo de pan?.
, ¡y en paz! Con los dos sueldos que reúno hay de sobra para que todos lo pasemos muy bien, puesto que en adelante no me formarán causas por desacato ni volveré a perder nada al tute, como no sea la paciencia.
¡Qué tiempos aquellos, en que me traía el chocolate y jugábamos al tute! Ahora, siempre que llamo, entra la gallega.
-¡Hable usted, señora! ¡Hable usted! ¡Todos hemos pasado apuros! ¡Si supiera usted los atranques en que a mí me ha metido el pícaro tute!.
¿Me guarda usted rencor porque, desde aquella mañana, no hemos vuelto a jugar al tute?.
Reparó en ello el Capitán, diose prisa a taparse el rostro con el embozo de la cama, murmurando para si mismo: -¡Me he fastidiado con decir que no quiero jugar al tute! ¿Pero cómo volverme atrás? ¡Sería deshonrarme! ¡Nada! ¡Trague usted quina, señor Capitán Veneno! ¡Los hombres deben ser hombres!.
-¡Vaya usted a los mismísimos diablos! ¡Generala! ¡Condesa! ¡Llame usted a su hija y dígale que no me queme la sangre! En fin, ¡mejor es que no juguemos al tute! Conozco que no puedo con usted.
El tute era una comedia y hasta un drama diario.
¡Que no es menester que venga tan peinada y reluciente como de costumbre! ¡Que de todos modos la detestaré con mis cinco sentidos! ¡Y, en fin, que si no viene pronto, hoy no habrá tute!.
-Angustias, cuando me duela menos esta condenada pierna, jugaremos al tute arrastrado.

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