Ejemplos con toldilla

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

En un total estado de abandono en la dársena del Guadalquivir, al pie del Puente del V centenario, sufrió dos incendios, uno de los cuales, destruyó la toldilla completamente, fue refugio de mendigos y fue expoliado por coleccionistas y chatarreros, que al robar las válvulas de cobre de los machos del fondo, provocaron su hundimiento, tas lo cual, quedo posado sobre el lecho del río.
El aparejo permaneció prácticamente igual, salvo el añadido de un botalón para una vela cangrejo, no así el casco, en el que se le instaló un puente de mando abierto a proa del trinquete, con rueda y telégrafos de máquinas, se prolongó la toldilla hasta la base del mástil donde se instalaron los botes salvavidas.
Todo esto unido por una larga toldilla que llegaba a las torres popeles.
La cubierta tenía castillo, combés y toldilla, llevando en el combés una gran escotilla de carga.
Realizado el tercer abordaje, los británicos conquistaron el castillo y el combés, pero Cagigal estaba en la toldilla, con la poca gente que le quedaba, defendiendo la bandera.
Como la cámara de debajo de la toldilla era pequeña y cerrada, el teniente no quería que durmiésemos todos en ella, y nos repartíamos en los cuatro departamentos que poseíamos.
Avanzamos por el techo de la toldilla sin hacer el menor ruido.
Allen corrió por la toldilla y vino al poco rato, deslizándose con nuestras sandalias de madera.
Agachados, corriendo por cerca de la borda, nos fuimos acercando hasta saltar a la toldilla de popa, que cogía casi toda la mitad del barco.
No se desconfió de la petición, y Allen hizo seis tablas delgadas, aunque bastante resistentes, que guardaba con autorización de un vigilante en la toldilla de popa.
De aquí había que subir a la toldilla, que ocupaba casi la mitad posterior del barco, descolgarnos por las galerías de la cámara del comandante con una cuerda, y echarnos al mar.
Estos o suelen ser, generalmente, lanchas afiladas que navegan a vela y a remo, y llevan varios hombres armados con fusiles, la mayoría tienen cobertizos de esteras, pero hay algunos de estos grandes, de tres palos, que llevan una toldilla sólida con cristales y están defendidos con una porción de cañones.
Nuestro capitán iba dando órdenes desde la toldilla, echamos el palo mayor al mar, y seguimos navegando.
Se oía el ruido de la lluvia, que azotaba y repiqueteaba en la toldilla.
El teniente mandó que cerráramos la puerta de la toldilla y le siguiéramos.
Debajo de la toldilla hacía un calor horrible, al amanecer, la abrimos para ventilarla un poco.
Hecho esto, volvimos debajo de la toldilla porque hacía más fresco, y además porque podíamos desde allí ver algo de lo que pasaba en cubierta.
Como he dicho, la sobrecámara de la toldilla tenía una trampa que daba a la cámara del capitán, por ella bajamos nosotros y cerramos la puerta de nuestra cámara, donde solíamos dormir los vascos.
La brújula estaba delante de la toldilla, a la vista del timonel.
Mis dominios eran desde la toldilla hasta el palo de popa.
Cuando subía a la toldilla, seguido de Old Sam, el contramaestre, que refrendaba las órdenes con los silbidos del pito, se veía a un hombre sabiendo mandar, tenía una gran precisión en sus disposiciones, y su voz áspera de marino, formada de gritar en medio del mar y de las tempestades, parecía hecha para dominar a los hombres y a los elementos.
Subía al alcázar de proa, inspeccionaba el sollado, recorría el barco mirándolo todo, riñendo porque no encontraba las cosas bastante limpias, y al final de su paseo escalaba la toldilla de popa y se apoyaba en unos de los cañones.
estaba autorizado, según decían, para usar cañones, y tenía tres de a seis pulgadas en la toldilla de popa y dos sobre el castillo de proa.
Sobre el techo, un pequeño paseo, la última toldilla del buque, en la parte delantera, el puente, algo así como el Ministerio del Interior, donde se vigila día y noche por el mantenimiento del orden, cerca de él, la oficina telegráfica, o sea el Ministerio de Relaciones Exteriores.
A la caída de la tarde se encontraron Ojeda y Mina en la última toldilla, sobre la cubierta de los botes.
Los que esperaban el mágico espectáculo de su puesta reunidos en la última toldilla, tenían que renunciar a la diurna apoteosis, corriendo a los camarotes para vestirse apresuradamente y no llegar con retraso al comedor.
Deseaba ocultarse, como si en su vergüenza necesitase más sombra, más silencio, y huyó otra vez, siempre hacia lo alto, remontando la escalera de la última toldilla, cerca del puente.
Sobre la cubierta de paseo, la de los botes, en la que estamos ahora, y más por encima, esta toldilla que sirve de techumbre a los camarotes del alto personal del buque y tiene en la parte delantera el puente, con su cuarto de derrota para el oficial de guardia y su depósito de cartas de navegación.
Su toldilla era una elegante galería, colgada de ricas cortinas, y adornada como un salón.
Vivía viajando, En el mar, arrinconado bajo la toldilla de su yate, recibiendo, para no asfixiarse con emanaciones de imbéciles y esclavos, bocanadas de aire libre y sano que le enviaba el mar, misericordioso y grande.

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