Ejemplos con teta

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

La teta de Niquitao, el paramo de la ortiz, entre otros más.
En este tramo fronterizo los tributantes del lado derecho más importantes son: el río Teta cerca de la población de Lomitas, el río Quilichao que pasa por Santander de Quilichao, y el río Palo que pasa por Puerto Tejada.
¿Me entendés? Cada lechón en su teta es el modo de mamar.
Y para dar emplazamiento al Paraíso, que, según sus autores favoritos, está situado en la cumbre de una gran montaña, escribía a los Reyes Católicos afirmando que el mundo no es redondo en la forma que dicen los antiguos, sino en la forma de una pera, que es toda muy redonda, salvo allí donde tiene el pezón, que es lo más alto, o como quien tiene una pelota muy redonda y encima de ella coloca una teta de mujer, y esta parte del pezón es la más alta y más propincua al cielo.
Podía ser esférico en el hemisferio boreal, donde aquellos sabios habían hecho solamente sus estudios, pero este otro hemisferio por cuyos límites navegaba él tenía la forma de una pera, que es redonda salvo allí donde tiene el pezón, que es más alto, o la de una pelota con una teta de mujer puesta encima , y el extremo de tal pezón era la parte del mundo más propincua al cielo.
¿Sabéis quién es ésta, la guapa, la más joven, la que la Virgen de la Paloma? Las que me conocéis, las de mi lavadero, ¿no oído contar que cuando mi hijo se me moría le dio la teta una señora? ¡Pues ésta es! ¡ hacerla daño me tenéis que matar a mí!.
¡Miren la tía brujadecía para sí, bebiéndose las lágrimas, con su teta menos! Mejor tuviera vergüenza de ponerse la teta de trapo para que crea la gente que tiene las dos de verdad, como las tienen todas y como las tendré yo el día de mañana.
Hizo algunos ascos, pero al fin pudo más el hambre que los remilgos, y apencó con la teta artificial.
Obedeciendo a un impulso instintivo, Estupiñá se quitó el sombrero en el momento en que sentía los chillidos del heredero de Santa Cruz que estaba pidiendo la teta con mucha necesidad.
Mientras la chupaba, haciéndole un agujerito y apretándola como aprietan los chicos la teta, a la señora de Rubín le pasó por el cerebro otra ráfaga de aquel furor que determinó el acto de la mañana: Tu marido es mío y te lo tengo que quitar Pinturera santurrona ya te diré yo si eres ángel o lo que eres Tu marido es mío, me lo has robado como se puede robar un pañuelo.
¿Pedía la teta? Aquello era, según la opinión del astrólogo, un incomprensible aforismo.
Oyendo esto la turbada señora, soltó los chapines, y desalada y corriendo salió a la sala, adonde habia dejado a Preciosa, y hallóla rodeada de sus doncellas y criadas, todavía llorando, arremetió a ella, y sin decirle nada, con gran priesa le desabrochó el pecho, y miró si tenia debajo de la teta izquierda una señal pequeña a modo de lunar blanco con que habia nacido, y hallóle ya grande, que con el tiempo se habia dilatado: luego con la misma celeridad la descalzó, y descubrió un pié de nieve y de marfil hecho a torno, y vió en él lo que buscaba, que era que los dos dedos últimos del pié derecho se trababan el uno con el otro por medio con un poquito de carne, la cual cuando niña nunca se la habian querido cortar por no darle pesadumbre.
Asimismo, no podía ver pasar la majada, sin dejar todo tirado, para correr a mezclarse con ella y atropellar brutalmente a los corderos recién nacidos, quitándoles la teta materna y tratando de chuparse él solo toda la leche, con balidos tan quejumbrosos como si estuviera muerto de hambre.
Mas un tal Panites, que este era su nombre, natural de Messena, sugirió entonces a los lacedemonios un buen medio para salir de duda, a saber: avisarles que fuesen observando cuál de los gemelos fuese siempre el primero a quien limpiara y diera la teta la madre que los había parido, y si notaban que ella constante en esto nunca variase, no les quedaba ya más que hacer ni averiguar a fin de saber lo que pretendían, pero que si la madre fuese en ello alternando, se cercioraran de que ni la misma madre que parió a los mellizos les distinguía ni acababa de conocerles, y en tal caso les sería preciso tomar otro rumbo para salir de duda.
,Hamlet:Sí, y aun antes de mamar hacía ya cumplimientos a la teta.
Arremetió a ella, y, sin decirle nada, con gran priesa le desabrochó el pecho y miró si tenía debajo de la teta izquierda una señal pequeña, a modo de lunar blanco, con que había nacido, y hallóle ya grande, que con el tiempo se había dilatado.
En medio de una majada en parición andaba la víbora buscando cómo colgarse de la teta de alguna oveja para llenarse de leche, dando de chupar al cordero, como suele hacer, la punta de la cola para engañarlo, cuando oyó el balido de un cordero que se acababa de despertar, y al ratito, la voz de la madre que le contestaba.

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