Ejemplos con testera

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Sólo se activa a la testera del sol.
Detras de la gran mesa de la testera, cubierta de paño rojo, se ubica el solio que ocupa el Arzobispo de La Plata en los actos académicos de la Universidad.
El debate de la sala se produce desde el asiento asignado al parlamentario en el hemiciclo, con la excepcion de los diputados informantes o Ministros que si lo desean lo harán desde un podio ubicado en un lugar cercano a la testera.
El Presidente y los Vicepresidentes toman asiento en la testera de la Sala de la Cámara de Diputados.
Tras ingresar el Presidente de la República al salón, se ubica al centro de la testera junto al Presidente del Senado a su derecha y del Presidente de la Cámara de Diputados a su izquierda.
Sus caballos llevaban testera, petral y plumas, y los jinetes utilizaban tobilleras en lugar de grebas.
Dejó esparcir sus miradas por la pared testera, como buscando por allí un apoyo.
Casi todos los ocupaban tres señoras sentadas en el único asiento o de testera de esos carruajes, las mayores a los lados, recostadas muellemente, la más joven en medio y erguida siempre, porque nuestros quitrines ni nuestras se construyen en realidad para tres personas, sino para dos.
Veces infinitas se asomó al postigo de la ventana, creyendo la cuitada que así apresuraría la venida del objeto de sus ansias, y otras tantas se dejó caer, desfallecida de alma y cuerpo, en el columpio arrimado a la testera opuesta.
Arrimada a la testera de frente para la calle, se hallaba sentada en un columpio con los pies apoyados en el travesaño de la silla que tenía delante, una joven que a María de Regla le pareció blanca.
Adornaba la testera principal de la sala el magnífico dosel, cuyo centro ocupaba el retrato del rey Fernando VII.
Ardía, junto a la testera, copiosa fogata, y a todos alcanzaban su luz y su calor.
En una de las laterales se alzaba un púlpito que, por decreto de la Junta, se había llevado allí de la ermita de San Roque, en la testera, una mesa, sobre ésta una vela de sebo en palmatoria de barro, un tintero de cuerno, un cuadernillo de papel, un jarro y un vaso, detrás de la mesa, dos sillas, alrededor de la sala, bancos, maderos y cajones boca abajo.
Y en efecto: por la parte de adentro y en la testera del cuarto se veía una mesa tendida con un paño blanco, y adornada con moños de cinta celeste, con recortes o estrellitas de papel dorado con festones de cuentas de vidrio y con mil otras zarandajas deslumbrantes.
Allí lo vendamos con la testera y la montura le oprimió por.
La tal cátedra, como todas las de entonces, se reducía a un salón con una puerta y algunas ventanas, un largo banco de pino, bajo y angosto, arrimado a cada pared lateral, en la testera, y entre los dos bancos, una mesa con tapete verde y tintero de estaño, y enfrente la puerta.
Enseguida dio un par de chupadas a una punta que halló pegada a la testera del catre, mientras se amarraba con una escota los enciclopédicos calzones a la cintura, ocultó sus greñas bajo la cúspide de un gorro catalán, y, por último, lanzóse calle abajo en busca de aventuras, osado el continente, alegre la mirada, y tan lleno de júbilo como pudiera estarlo, en un caso muy parecido, el famoso manchego, si bien, a la inversa de éste, no se le daba una higa por que la posteridad recordase o no que ya el rubicundo Apolo extendía sus dorados cabellos por la faz de la anchurosa tierra, cuando él, perdiendo de vista su casa, comenzó a respirar los corrompidos aires de la Dársena.
¿Cómo supieran condenarse las mujeres de los pícaros en su rincón, si no fuera por el desvanecimiento de verse en coche?, que hay mujer destos, de honra postiza, que se fue por su pie al don, y por tirar una cortina, ir a una testera, hartará de ánimas a Perogotero.

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