Ejemplos con tatarabuelos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Los tatarabuelos de Marty, Seamus y Maggie McFly aparecen en Regreso al futuro III.
Para nuestros tatarabuelos era una especie de Satán terrenal, un infiel subversivo, rebelde contra su Dios y contra su rey.
Vida: A pesar del crecimiento de la esperanza de vida, son pocos los tataranietos y tatarabuelos que se conocen.
Vida: Aunque la esperanza de vida crezca, son muy pocas las personas que alcanzan a conocer a sus tatarabuelos.
Louis preparando el viaje a Lago Salado, se desató una explosiva plaga de cólera que asoló con muerte a varios miembros infantes de los antepasados del presidente incluyendo los tatarabuelos.
Sus tatarabuelos fueron Charles Stewart Miller y M.
Manuscrito de Ayala: Se engatuza al novio con la Ejecutoria de sus padres, abuelos y tatarabuelos, ¿¿ y ella quién es? luego lo verá.
Explicación de esta estampa del manuscrito del Museo del Prado: Aquí se trata de engatuzar al novio haciéndole ver la ejecutoria quienes fueron sus padres, abuelos, bisabuelos y tatarabuelos de la Señorita y ella, ¿quién es?, luego se verá.
En fin, que él amortajó a Doña Armanda, y entre él y yo la velamos, y al amanecer ¡zas! tren especial y a Bretaña con el cuerpo en un ataúd de palo santo fileteado de plata: al castillote de qué sé yo qué, a enterrar con sus padres, abuelos y tatarabuelos a la pobre señora.
Sin duda, aquel noble señor y su familia obedecían a un impulso atávico, inconsciente, y creían cumplir una misión social reduciendo a los inferiores a servil obediencia, procedían según la conducta y hábitos de sus tatarabuelos, en tiempos en que no había Constituciones encuadernadas en pasta para decorar las bibliotecas de los , no eran peores ni mejores que otros mandones que con nobleza o sin ella, con buenas o malas formas, caciqueaban en todas las provincias, partidos y ciudades de este vetusto reino emperifollado a la moderna.
No pongas ese gesto, óyeme con calma, no te muevas como un autómata a impulsos de los mismos hilos que movieron a nuestros abuelos y tatarabuelos.
¿Qué dirán los reyes y emperadores de Europa si reciben carta de la Reina de España con una mala construcción y un giro defectuoso? En cuanto a la Historia, estudiándola entablaban las niñas mental conocimiento con personas de su propia familia: sus abuelos y tatarabuelos.
Entre los pliegues de las blancas cortinas, y en el cristal de unas laminotas de la Virgen de Calatrava, muy hueca de vestido y con tiara en la cabeza, lucían unos puntos negros, obra de las moscas al parecer, pero en realidad eran las miradas de los tatarabuelos, que allí permanecían contemplando la rotación majestuosa de la casa al través de los siglos.
Avanzada la noche, Doña Leandra se acostaba en la cama donde habían nacido sus tatarabuelos, tan alta, que a los colchones se subía por escalera, y desde arriba fácilmente se cogía con la mano el ahumado techo, con las vigas en panza.
¿Qué dirán los reyes y emperadores de Europa si reciben carta de la Reina de España con una mala construcción y un giro defectuoso? En cuanto a la Historia, estudiándola entablaban las niñas mental conocimiento con personas de su propia familia: sus abuelos y tatarabuelos.
Sin duda, aquel noble señor y su familia obedecían a un impulso atávico, inconsciente, y creían cumplir una misión social reduciendo a los inferiores a servil obediencia, procedían según la conducta y hábitos de sus tatarabuelos, en tiempos en que no había Constituciones encuadernadas en pasta para decorar las bibliotecas de los centros políticos, no eran peores ni mejores que otros mandones que con nobleza o sin ella, con buenas o malas formas, caciqueaban en todas las provincias, partidos y ciudades de este vetusto reino emperifollado a la moderna.
Desde sus verdes años fue empleado, empleados fueron sus padres y abuelos, y aún se creo que sus tatarabuelos y los ascendientes de estos sirvieron en la Administración de ambos mundos.
Capricho de ricos nuevos, nostálgicos de su prosapia servil que al fin se encontraba encumbrada en la propiedad que sus tatarabuelos nunca hubieran podido poseer en los antiguos regímenes.
Como solían decir nuestros tatarabuelos, tal vez fue verdad.
Señor Monner Sans: Si le hiciéramos caso a la gramática, tendrían que haberla respetado nuestros tatarabuelos, y en progresión retrogresi¬va, llegaríamos a la conclusión que, de haber respetado al idioma aque¬llos antepasados, nosotros, hombres de la radio y la ametralladora, ha¬blaríamos todavía el idioma de las cavernas.
Pero en recompensa ¡qué chasco llevaría uno de mis tatarabuelos si hallase, como me sucedió pocos días ha, un papel de mi hermana a una amiga suya, que vive en Burgos! Moro mío, te lo leeré, lo has de oír, y, como lo entiendas, tenme por hombre extravagante.
Gil Gil era hijo, nieto, biznieto, chozno, y Dios sabe qué más, de los mejores zapateros de viejo de la corte, y al salir al mundo causó la muerte a su madre, Crispina López, cuyos padres, abuelos, bisabuelos y tatarabuelos honraron también la misma profesión.
Ya nos habían dicho que era viejísimo, inmemorial, contemporáneo sin duda alguna de los tatarabuelos de ABEN-HUMEYA.
Hago lo qua hicieron mis antepasados, mis abuelos, mis tatarabuelos.
Así estábamos constituídos, cuando algunos españoles, honra, por cierto, de nuestro siglo, recordando las glorias de sus tatarabuelos conquistadas a la sombra de chambergas alas, llenos de noble arrojo, se echaron a la calle, protestando contra la vil chistera, cubiertos con gracioso chambergo.

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