Ejemplos con tapones

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Las epistaxis anteriores se suelen beneficiar de taponamientos anteriores con diversos materiales: gasa de bordes, mechas de algodón, tapones autoexpandibles, etcétera.
El sacacorchos es un instrumento consistente en una hélice metálica con un mango o una palanca que se inventó para poder quitar los tapones de corcho a los frascos y botellas de vino y jarabes embotellados.
Durante sus dos primeras temporadas, los tapones y los robos de balón no se contemplaban en las estadísticas oficiales.
Cuando se usa un dispositivo para cargar la batería se deben retirar los tapones a rosca y evitar las chispas o cuerpos candescentes debido al peligro de explosión por la formación de oxihidrógeno.
Ganó unos tapones en los últimos años, aunque sólo participó en los juegos amistosos.
En origen los tapones de las botellas de vino se fabricaban sólo con corcho natural, aunque hoy en día se fabrican con muchos otros materiales, plásticos principalmente, siguen denominándose muchas veces de forma genérica como corcho.
¡Deje, padre! , tal vez ella sabría hacerlo mejor Y Jaime creyó percibir en su carne viva, sensible, vibrante por el cruel rasguño, una impresión de frescura, de dulce calma al hundirse en ella los tapones manejados por los dedos de la muchacha.
Con sus manos rústicas, a las que pretendía infundir cierta delicadeza femenil, pugnaba por formar unos tapones de hilas, intraduciéndolos en aquellos orificios de carne rota y sanguinolenta, que seguían vomitando mansamente el rojo líquido.
Comencé a remar despacio, con cuidado, haciendo la menor violencia, para que no saltaran los tapones del bote.
-Por vía e la Malena, que tenéis dambos los sesos de lo que son los tapones, si precisamente lo que ha conseguío el Tobi con darle la puñalá al Joseíto es condenarse a dos cosas, a tres u cuatro años de trena y a perpetuidad a lo que él sólo de pensar que podría ocurrir lo llevó al disparaéro.
Su presencia resulta pestilente, porque no tiene por boca una boca vulgar, sino un brocal sucio comparable al agujero de una letrina, sus ojos de pez le salen de los lados y parece que se le van a saltar hasta caer a sus pies, sus labios tumefactos se dirían una llaga maligna, y cuando habla, lanzan chorros de saliva, sus orejas son unas orejas de puerco, sus mejillas, fláccidas y pintadas, se asemejan al trasero de un mono viejo, sus mandíbulas carecen de dientes a fuerza de mascar basuras, su cuerpo está aquejado de todas las enfermedades, en cuanto a su ano, ya no existe, a fuerza de servir de estuche a las herramientas de arrieros, poceros y barrenderos, está atacado de podredumbre y lo reemplazan ahora unos tapones de lana que impiden que se le salgan por allí las tripas.

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