Ejemplos con sobrios

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Algunos de sus edificios son profusos en decoración en cerámicas de colores de formas caprichosas e imaginativas, destacándolo en contraste con los estilos sobrios que le precedieron.
La Mezquita se ha decorado con sobrios elementos tomados de las tradiciones del mundo islámico.
Los dos primeros fueron realizados por el célebre arquitecto cordobés Hernán Ruiz El Joven, en el tercer cuarto del mismo siglo XVI, muy sobrios, sólo horadados por dos óculos y rematado por pirámides de corte manierista, y otros que asemejan jarros de azucenas en piedra y forja inspirados en los de la Giralda de Sevilla, cuyo diseño es de este mismo autor.
La reconstrucción le dio al centro de Bodø un aspecto peculiar, con sus sobrios edificios de estilo funcionalista típico de la posguerra.
El arquitecto Leopoldo Rosa diseñó dos sobrios andenes laterales para la estación de metro.
El poema transcurre en el solitario octubre , una noche de cielos cenicientos y sobrios , mientras las hojas se marchitan por el otoño.
Usaban sayas de lana de colores lisos y sobrios o las de seda, color grana, para las fiestas.
Realizadas completamente en ladrillo, se presentan con planta cuadrada y notable esbeltez, y muestran en sus sobrios paramentos las clásicas ventanas mudéjares con arcos de herradura enmarcadas en alfiz.
Las presentaciones en vivo de Mute Math son versátiles y con mucha movilidad, contrastando con momentos intensos en sus canciones más tranquilas, en escenarios sobrios de acuerdo al arte del álbum en promoción.
Nuestro objetivo primordial es mantenernos sobrios y ayudar a otros alcohólicos a alcanzar el estado de sobriedad.
Más allá de la creadora que iluminaba cualquier ambiente con sus sobrios vestidos de cóctel, sus trajes de chaqueta, sus collares de vueltas de perlas falsas o sus zapatos bicolor, descubrimos a una mujer perpetuamente insatisfecha y resentida, destrozada por el recuerdo de su infancia y de su madre, capaz de despreciar a su hermana, de traicionar a sus amigas y de humillar y tiranizar a sus empleadas.
Tiene una planta de aspecto basilical y sigue unos cánones sobrios.
En la mayoría de los casos los platillos baratos vienen en platos sobrios, y el nivel de decoración del plato está relacionado con el precio.
Solo existe una nave en la que las pilastras son de piedra, como todo el conjunto, con capiteles y arcos de medio punto, muy sobrios y sin ornamentación.
En la Semana Santa Soriana, son ocho las Cofradías que recorren, durante estos días, la ciudad, inundándola tanto con sonidos viejos de cornetas y tambores, como de sobrios pasos de claro corte castellano.
La gama de los colores está reducida a tonos sobrios: ocre, malva y verde o azul verdoso.
Lo habían oído a sus nodrizas y a sus madres cada vez que éstas les recomendaban la necesidad de ser sobrios y ahorradores.
Todos le querían: los capitanes vascos, sobrios en palabras, rudos y de tuteo confianzudo, los capitanes asturianos y gallegos, enamoradizos y derrochadores, que desmienten con su carácter la avaricia y la tristeza de tierra adentro, los capitanes andaluces, que parecen llevar en su gracioso lenguaje un reflejo de la blanca Cádiz y sus vinos luminosos, los capitanes valencianos, que hablan de política en el puente, imaginando lo que podrá ser la marina de la futura República, los capitanes de Cataluña y de Mallorca, conocedores de los negocios tan a fondo como sus armadores.
Ahora lo es amoldarse a las circunstancias, ser sobrios y modestos como soldados.
Sintió nacer el marino en su interior la fiebre agresiva de los sobrios cuando caen en la embriaguez.
Los que no eran sobrios evitaban emborracharse francamente como los marineros de otros mares, disimulando la rudeza del brebaje alcohólico con el café o con el azúcar.
Parecía que, así como la experiencia la había dado una madurez prematura, su pensamiento y su estilo se hubieran fortalecido en igual proporción: algunos paisajes estaban pintados con toques sobrios, pero vigorosos, las imágenes eran nítidas y evidentes.
Completaban su peregrina belleza un perfil intachable, sirio más bien que griego, una boca escultural, clásica, napoleónica, tan audaz como reflexiva, y, sobre todo, una barba negra, undosa, de sobrios aunque largos rizos, trasunto fiel de las nobles y celebradas barbas árabes y hebreas.
Verdad es que los tertulianos eran tan sobrios como los amos de la casa, y ninguno se hubiera permitido desordenados apetitos.
Era ya grande, en efecto, la fama de Foción, y como a esto se agregase el que León, varón entre los Bizantinos el primero en opinión de virtud, y que con Foción había trabado amistad en la Academia, empeñó por él su palabra con la ciudad, no consintieron que acampase fuera, como quería, sino que, abriéndole las puertas, recibieron e hicieron unos mismos consigo a los Atenienses, los cuales no sólo no dieron ocasión de queja con su conducta, siendo moderados y sobrios, sino que en los combates mostraron mayor ardor y denuedo, por la misma confianza que de ellos se había hecho.
Y es que aquellos mandaban, conforme a las leyes, a hombres sobrios y que sabían prestar en silencio sus manos a los jefes, y como éstos fuesen regios en los ánimos, pero muy moderados en toda su conducta, no hacían otros gastos sino los precisos que les estaban asignados, teniendo por mayor afrenta adular a sus soldados que temer a los enemigos.
Mas no queriendo permanecer ocioso y desocupado, se embarcó para Creta con objeto de seguir allí la milicia, y habiéndose ejercitado en ella por largo tiempo al lado de varones amaestrados e instruidos en todos los ramos de la guerra y además moderados y sobrios en su método de vida, volvió con tan grande reputación a la liga de los Aqueos, que inmediatamente le nombraron general de la caballería.
Muy generosos, y aun perdidos, parcos en el comer y sobrios en el beber,.
Lo demás todo era utensilios y atributos de caza, pero sobrios, como los de un Nemrod.
que no conoce el asco, ni el ruido, ni el miedo, ni los guantes, ni el charol, no debe aburrirse nunca en el campo, o no hay en él seres felices, afirmación que negarán los poetas melenudos, de báculo y zampoña, y los novelistas sobrios, ascéticos y filósofos.

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