Ejemplos con silbando

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Durante siete años, los aluxes ayudarán a crecer el maíz, llamar la lluvia y vigilar los campos de noche, silbando para espantar a los animales de rapiña o delatar a los ladrones.
Todos se van y el emisario se aleja silbando.
Burlarse del tunchi, insultarlo, puede costarle caro al atrevido, ya que lo hará enfurecer y entonces atacará con mayor insistencia, silbando.
Parece que no se dio cuenta y siguió silbando hasta que Del Burgo le soltó un tiro y lo mató allí mismo.
Al ser sorpendidas pueden reaccionar de diferentes formas: silbando fuertemente, permaneciendo inmóviles, huyendo o mordiendo.
En adición, cuando se hacen Monster Tricks durante un evento, la música disminuirá,para ser remplasado por el sonido del viento silbando mientras el jugador corta el aire.
En la casona, enero reinaba exterminador, silbando por las innúmeras rendijas de las ventanas, y en la cocina, enorme y abandonada, entraba por la bocaza bruna de la chimenea y se complacía en apagar el rescoldo mezquino del llar, casi cegado por un montón de helada ceniza.
Salieron doña Rebeca y Narcisa de sus habitaciones, como dos víboras de sus escondrijos, silbando:.
Colgóse la escopeta de un hombro y bajó la escalera de la torre silbando y con paso arrogante, como si su resolución le llenase de alegría.
Iba marchando de prisa, silbando, cuando de repente dos hombres se lanzaron sobre mí, me agarraron, y antes de que pudiera gritar me taparon la boca y me ataron los brazos.
Los quintos salían de un cuartel próximo, derechos, muy abotonados de uniforme, las orejas coloradas con tanto frotárselas en las abluciones matinales, el cogote afeitado al rape, las manos en los bolsillos del pantalón, silbando alguna tonada.
Metióse las manos en los bolsillos, y miró detenidamente aquella inextricable maraña, silbando débilmente aires truncos.
Una bala de winchester pasó silbando por la picada.
Se sentaron en la borda, silbando despacio, con la vista perdida a lo lejos.
Cuando le parecía llegado el momento oportuno, o porque observase síntomas de cansancio en Pablo o por cualquier otra circunstancia que no está a nuestro alcance, se levantaba del asiento y hacía una seña con la mano a su amigo silbando al mismo tiempo.
Y apenas se dijo esto, salió de entre las cañas una recta y fugaz lengua de fuego, una flecha roja, que al disolverse produjo un estampido, y algo pasó silbando junto a una oreja de Batiste.
Sonaban a lo lejos, como una tela que se rasga, los escopetazos contra las bandas de golondrinas que volaban a un lado y a otro en contradanza caprichosa, silbando agudamente, como si rayasen con sus alas el cristal azul del cielo, zumbaban sobre las acequias las nubes de mosquitos casi invisibles, y en una alquería verde, bajo el añoso emparrado, agitábanse como una amalgama de colores faldas floreadas, pañuelos vistosos.
Al poner el pie en la acera, respiró Currita algo más desahogada y atrevióse a mirar a un lado y otro, todo parecía solitario, y tan sólo por la calle del Almirante vio a un hombre que marchaba a lo lejos, con las manos en los bolsillos, silbando la marcha de Pan y Toros.
Bien le oí, bien le oí, pero estaba Ángela despierta y no podía bajar Por cierto que me hizo reír cuando me dijo: ¿Oyes, Rosa? Ahí está Juan el de la tía María silbando.
Hace una hora estuve silbando ahí delantedijo él en falsete y sin soltar la mano de su amiga.
Revueltos con ellos, iban los disfraces de siempre: mamarrachos con arrugadas chisteras y levitas adornadas con arabescos de naipes, bebés que asomaban la poblada barba bajo la careta y al compás del sonajero decían cínicas enormidades, diablos verdes silbando con furia y azotando con el rabo a los papanatas, gitanos con un burro moribundo y sarnoso tintado a fajas como una cebra, payasos ágiles, viejas haraposas con una repugnante escoba al hombro, y los tíos de ¡al higuí! golpeando la caña y haciendo saltar el cebo ante el escuadrón goloso de muchachos con la boca abierta.
Por ahí subían lentamente unos arrieros, silbando una canción popular, arreando a unos cuantos asnillos enclenques cargados de loza arribeña: ollas y cazuelas vidriadas que centelleaban con el sol.
Al pronto no distinguió nada, pero apartándose un poco hacia atrás, volvió a mirar, y entonces vio una ceja, luego se quitó la ceja, y en su lugar aparecieron los labios de don Juan, cuya voz entraba por aquel estrecho conducto casi silbando, y decía:.
En los breves momentos que la tocata cesaba, oíase el canto de un mirlo silbando la frase del himno de Riego, lo único que del tal himno queda ya.
Por entre estos residuos de pasada grandeza andaba el último vástago de los Ulloas, con las manos en los bolsillos, silbando distraídamente como quien no sabe qué hacer del tiempo.
Don Pedro volvió a bajar la escalera rápidamente silbando una , y el capellán, al pronto, se quedó inmóvil.
¿Qué han hecho estos desdichados, que ansí los azotan, y cómo este hombre solo, que anda por aquí silbando, tiene atrevimiento para azotar a tanta gente? Ahora yo digo que éste es infierno, o, por lo menos, el purgatorio.
El Capitán seguía silbando el himno de Riego, y aun creemos que el de Bilbao y el de Maella, con los iracundos ojos fijos en el techo de la alcoba, que no sabemos cómo no principió a arder o no se vino al suelo.
Petaca, que había visto, al mismo tiempo que su primo, la aparición, echó a correr por el declive de la loma, golpeándose los muslos con las palmas de las manos, y silbando al mismo tiempo su aire favorito.
Son como el rugido del mar cuando, silbando el viento, azota encrespado la pedregosa orilla.

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