Ejemplos con silbante

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

En este partido fue mal anulado un gol de Francisco Javier El Abuelo Cruz, por un supuesto fuera de lugar que decretó el silbante colombiano Jesús Díaz Palacio.
Se cree que en la gran dispersión, asimismo, que Daniel y Marty, los danzarines rostro vistos en su visión por Duncan Idaho, son Super Danzarines Rostro, que son inmunes al lenguaje silbante y pueden absorber personalidades, se cree que también pueden manipular los Techys, o partículas más veloces que la luz para doblar el espacio y transportar a un ser o seres de un lugar del espacio al otro.
Todas sus sentencias dejaban un rumor silbante de cohete.
No se calmó hasta que regresaron los que se habían llevado a Belisario, y le dijeron: No te sofoques, Diego, ni hagas caso de ese silbante.
Pues luego que echó de su boca los amargos conceptos acerca de la dudosa moral de nuestros días, varió de tono para decirme: En ese asunto de la señora escapada con un silbante se hará lo que se pueda.
¿No era tristísimo que una niña tan bella, dueña de un capital no menos bonito, fuese pescada por un aristócrata madrileño, que quizás era un silbante, un hambrón, un mala cabeza? Cierto que Aurora tenía clavado muy en lo hondo el dardo de aquella pasión, y no era prudente arrancárselo tirando de él muy fuerte: lo mejor sería que el tal D.
El pecho elevábase acelerada y trabajosamente, como si dentro funcionara una válvula vieja, y en la alcoba sonaba sin interrupción un ronquido silbante, cual si a lo lejos estuviera una locomotora expeliendo el vapor de sus calderas.
Oyó la respiración de su marido, áspera a ratos, a ratos silbante y con diversos flauteados, como si el aire encontrase en aquel pecho obstrucciones gelatinosas y lengüetas metálicas.
Algunos se echaron fuera, mas no por eso se acalló el tumulto, y lo peor fue que aparecieron de súbito dos o tres personas que tomaron el partido del orador silbado contra el silbante pueblo.
-Para Cantones bien formados, el de Valencia -afirmó un silbante-.
No se calmó hasta que regresaron los que se habían llevado a Belisario, y le dijeron: «No te sofoques, Diego, ni hagas caso de ese silbante.
Pues luego que echó de su boca los amargos conceptos acerca de la dudosa moral de nuestros días, varió de tono para decirme: «En ese asunto de la señora escapada con un silbante se hará lo que se pueda.
El delirio que atormenta a las cascadas, las furias que desatan las cadenas de las borrascas aprisionadas entre las nubes, los vientos que gimen entre la silbante paja, y la augusta soledad cortejada por el silencio y la melancolía, habrían sido, como son hasta el día, los únicos habitadores de esos palacios de bruñida plata, formados por los eternos hielos de la destrozada montaña.
torva, la nariz encorvada y una voz silbante, atacó a Gillespie durante mucho tiempo, procurando que sus golpes al coloso cayesen de rebote sobre los altos señores del Consejo Ejecutivo.
Dicho esto, se oye un pisar menudito y fuerte, y un zumbido silbante, como de mujer que se marcha renegando, y, acto continuo, vuelve a oírse la voz del hombre de la sala, que grita:.
Bismarck tenía razón, el roce de la tela con la piedra producía un rumor silbante, como el de una voz apagada que impusiera silencio.
De cuando en cuando, una ola corría desde proa a romperse en las aletas, con un chasquido silbante que estremecía a la borda en que estaba recostada Elena.
El cielo de carbón se entreabría de vez en cuando en sordos relámpagos de un extremo a otro del horizonte, pero el chubasco silbante del sur estaba aún lejos.

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