Ejemplos con sangrías

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Aprendió la ciencia de los astros del famoso matemático y canónigo de Viena, Andreas Stiborins, la cual aplicaba al diagnóstico y curación de enfermedades, basándose para ello en el estado del firmamento cuando el paciente experimentaba los primeros síntomas de su enfermedad, deduciendo de esta observación los días en que convenía más administrale las purgas y las sangrías.
Argan, en su delirio, ordena constantemente que se le practiquen sangrías y purgas, y toma todo tipo de remedios, dispensados por unos médicos pedantes más preocupados por complacer a su paciente que por su propia salud, y que no quieren más que su dinero.
Los elementos de arquitrabe muestran sangrías de elevación con forma de U, destinadas a pasar cierres de descarga simétricos.
Los médicos trataban a los pacientes usando eméticos, sangrías y pomadas nocivas.
Otros afirman que el código no debería contener demasiadas sangrías.
En programación, el uso de tabulaciones de formato de código y sangrías es un debate abierto.
Fuera de la Iglesia no existía otro porvenir que ser aventurero en aquella América que de nada servía a la nación, pues la convertían en una caja de caudales del rey, o ser soldado de oficio en Europa, batiéndose por la reconstitución del Sacro Imperio Germánico, por la supeditación del Papa al Emperador y por la extinción de la Reforma religiosa, empresas que en nada interesaban a España, y eran, sin embargo, sangrías sueltas por las que se escapaba su vida.
El general, por su parte, seguía la política de Butrón, barrer para dentro, y calculaba ya las copiosas sangrías que, en nombre de los conspiradores, podría hacer su espada victoriosa en las repletas arcas de los consortes López Moreno.
Respondió el medroso villano que para el paso en que estaba y juramento que había hecho y aún no había jurado nada, que no eran tantos, porque se le habían de descontar y recebir en cuenta tres pares de zapatos que le había dado y un real de dos sangrías que le habían hecho estando enfermo.
Bien está todo eso replicó don Quijote, pero quédense los zapatos y las sangrías por los azotes que sin culpa le habéis dado, que si él rompió el cuero de los zapatos que vos pagastes, vos le habéis rompido el de su cuerpo, y si le sacó el barbero sangre estando enfermo, vos en sanidad se la habéis sacado, ansí que, por esta parte, no os debe nada.
En cuanto a las sangrías, no había que pensar en semejante cosa.
¡Oh, malditos pesquisidores contra la vida, pues ahorcan con el garrotillo, degüellan con sangrías, azotan con ventosas, destierran las almas, pues las sacan de la tierra de sus cuerpos sin alma y sin conciencia!.
Yo prometo solemnemente que si a mi enferma imaginación le aprovechan estas sangrías y mañana o pasado puedo disponer de mí mismo, he de aplicar todas mis facultades a algo más que enjaretar majaderías, y tal vez mi nombre pase a las futuras generaciones, unido al de un nuevo betún, unos polvos dentífricos o algún otro descubrimiento o invención útil a la humanidad.
Es público y notorio que en más de cien sangrías que lleva hechas en el pueblo a los animales de sus vecinos, a la oreja, al ''pelo'' y al rabo, que es la más difícil, no se le ha desgraciado una sola res.
¡Quiá! ¡Pues están los tiempos, gracias a Dios, para esas sangrías.
A pesar de las sangrías espantosas hechas a mi bolsillo por tu madre, todavía os dejo una gran fortuna, como veréis por el testamento cerrado, cuya copia hallaréis en mi pupitre.
Mientras tomábamos nuestras sangrías, volví a hablar del picazo:.
También se sirvió licor y algunas sangrías.
Esto, que a algunos los hacía mirarme con desconfianza, me puso en boga entre la muchachada de mala vida, que me llevó a los boliches convidándome con licores y sangrías a fin de hacerme perder la cabeza, pero una desconfianza natural me preservó de sus malas jugadas.
El negocio era para el dueño de la pulpería y a la vez del Juego de pelota, menudeando las horchatas, las naranjadas de agrio en las Islas, las vinagradas y sangrías y los buenos vasos de vino.
sangrías de Italia, los sumideros de Francia, la sanguisuelas de Génova, ¿no estuvieran hoy.
Moreno Rubio se manifestó contrario en absoluto a las sangrías, ventosas y sanguijuelas, y recomendó la convallaria, los tónicos, la digitalina y el uso constante de los bromuros, indicando para los accesos de disnea inhalaciones de oxígeno.
-Éste es -me decía- como el doctor Sangredo que, viendo al enfermo desfallecer a fuerza de sangrías y agua caliente, le recetaba más sangrías y más agua caliente, y cuando moría, declaraba que era porque no se le había sangrado lo bastante ni dado toda el agua caliente necesaria.
Por fortuna, el bendito ataque vino a cambiar completamente el rumbo de las cosas, porque don Higinio me casa, como hay Dios que me casa o me mata, si no pierde el sentido y no tiene que guardar cama después, muchos días, con ventosas, cáusticos, sangrías y toda la terapéutica provinciana de aquel entonces.
Esta no es noche de sangrías.
Sus efectos en la vida equivalen a tumores, úlceras, sarna, postemas, calambres y demás lacerias, contra las cuales hay que aplicar, no sólo el movimiento, sino el fuego y las sangrías.
¿No sabe la noticia de esta tarde, la retirada de Cabrera después de la paliza que le ha dado León en Berga? Ya no hay guerra, señores, ya no hay más que política, lo que a mí no me parece un grave mal, pues España es un enfermo que no puede vivir sino a fuerza de sangrías.
''Faltriqueras'' en el brazo, por lo menos para pañuelos que serán a propósito los mozos para fuentes o cicatrices de sangrías.
ellos mismos, disputando con el médico los jarabes y las sangrías.

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