Ejemplos con rompí

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Después de mucho tiempo Rosa Cabarcas me llamo y me dijo que ya estaba con ella y que me esperaba, ella dormía, pero olía a perfume, traía rojos los labios, y sus senos ya no cabían en mi mano, de repente vi su ropa de noche y grite como loco, rompí todo lo que estaba a mi paso, desgraciada Rosa, le vendió su virginidad a un licenciado y se fue para salvarse de la muerte del contador, por eso no las encontraba, ella entro de repente, que te pasa, me grito, ya, ya se que los celos saben más que la verdad, hambre olvida todo, ella te ama, paso el tiempo y le propuse a Rosa comprarle la tienda, ella me dijo que mejor quien se muriera primero, heredara al otro, y este a su vez, se lo dejaría todo a Delgadina, le dije, crees que este de acuerdo ella,.
Yo rompí mi alcancía, y con un duro que me encontré, encargué un sello con mi nombre y pueblo.
Hice lo humanamente posible para olvidar, me rompí las muelas tratando de concentrar todo mi pensamiento en la escena.
Más animado yo en cada estación, pues por estas contaba yo las etapas de mi aventura, rompí a cantar, cerca de Burgos, la cavatina de mi declaración, con la mala pata de que en los primeros compases despertó mi padre, y estirándose y bostezando exclamó:.
Rompí la carta en los pedacitos más chicos que pude obtener, cuidando mucho de que alguno de ellos no se me quedase pegado a la ropa, porque.
¿Cómo la he mantenido durante tres meses? ¡Ay, tía! Rompí la hucha, tenía tres mil y pico de reales, lo bastante para que viva con modestia, porque es muy económica, sumamente económica, tía, y no gasta más que lo preciso.
Cuando mi madre me llamó un día, y después de darme dos palmetazos porque tenía las manos manchadas de tinta, me dijo que había determinado casarme, sentí mucha alegría, y al volver a mi cuarto rompí todas las planas de escritura, diciendo a D.
la rompí toda y la hice unos pedacitos muy chicos, muy chicos.
Allí seguro de no ser oído, de no ser visto, rompí a llorar: si no hubiera llorado mi corazón se hubiera roto.
¡Qué astucia de Satanás! Rompí el papel en cien pedazos.
Antes jugaba al ajedrez, pero conociendo yo que hacía trampas, que mudaba las piezas subrepticiamente, rompí con él, en cuanto jugador, y me fui a buscar adversario más noble al café.
Lo poco que escribí desde la petición de mano hasta el día de mi casamiento, pareciome tan falto de interés y sobrado de fastidiosas declamaciones tocantes a la dignidad humana sacrificada en aras del positivismo, que lo rompí para no causar risa y tedio a mis futuros lectores.
Me fui a la calle, rompí con trabajo las filas de coches, y chapoteando me vine acá.
Allá estaba, pero rompí un barrote de la ventana, me escapé y estoy aquí.
Acepté y tomé con gusto lo que me ofrecían y al acabar rompí el plato como por descuido y tiré la cuchara.
Al fin rompí el papel lacrado y vi un retrato suyo con esta sola dedicatoria «A Santiago, Rosalinda», puesta en gruesos caracteres, como por una mano inexperta, un rizo de sus cabellos y las medallitas doradas que le dieron de premio en el colegio de mi pueblo y que siempre había ella guardado cuidadosamente.
No necesito decir que rompí con Celita, fue un trueno silencioso, sencillamente, no volví a poner los pies en su casa.
Rompí el silencio de su tez oscura,.
Yo rompí mi alcancía, y con un duro que me encontré, encargué un sello con mi nombre y pueblo.
y rompí la mía en doscientos pedazos.
Ella prosiguió: ¿Qué dirías si conocieras el estado en que se halla mi pobre señora? ¡Ah! ¡Ya rabbi! ¡Me desmayo sólo con recordar el momento en que la vi regresar a palacio! ¡Yo pude llegar antes, huyendo de azotea en azotea, y tirándome al suelo desde la última casa! ¡Si la hubieras visto llegar! ¿Quién habría podido creer que aquella cara tan pálida como la de un cadáver desenterrado era la de Schamsennahar, la luminosa? Así es que al verla rompí en sollozos, echándome a sus pies y besándoselos.
Rompí a Túnez, vencí, volviendo a Flandes,.
Rompí la funda y lo extraje.
-Ya viste que rompí aquel papel -balbució Danglars.
Y yo, no pudiendo soportar aquella vergüenza, me levanté súbitamente y me tiré al suelo, pero con tal precipitación, que me rompí una pierna, y desde entonces estoy cojo.
Pero no pude contener las lágrimas y rompí a llorar.
-¿Pues qué mal te hice? ¿Qué teja te rompí?.
Mucho zapato rompí paseando la calleja, enronquecí cantándola de noche, y lo que no asomó en paseos y cantares, teníalo ya a la punta de la lengua para salir de una vez de pesadumbres, y ¡recaráspitis!, volvió la nube a Valdecines de la noche a la mañana.
Como tenía las manos libres, me rompí la camisa, hice unas tiras y medio me até las heridas, que eran en la cabeza y en la caja del cuerpo.

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